Chile: Las hojas y el cuerpo… un ensayo poético

Siento que estamos llegando tarde a la solución que requiere el compostaje urbano de las hojas de los árboles municipales. No pretendo resolver el asunto, pero me llama la atención la necesidad que tenemos de plastificar, envolver y sellar elementos que en contacto con la tierra se degradarían fácilmente.

Texto por Paz Ercilla

Debe haber allí un problema filosófico, estético, socioeconómico, de género, etc., un  nudo casi indesatable a través de nuestros medios físicos y conceptuales. Me pregunto cuántos árboles necesitaríamos para limpiar el aire de Santiago y qué sentido tendría  llenar de árboles la ciudad para luego tener que envolver en plástico y trasladar todas  las hojas en gigantescos camiones de basura, que son ruidosos, contaminantes y  empeoran el tráfico. Otras preguntas que cabría hacerse son: ¿cuántos árboles hay por  habitante?, ¿en qué comunes se concentran?, ¿con cuántos árboles respira una persona?, ¿en qué comunas se concentran?,  ¿cuántas hojas se desechan en otoño en Santiago?, ¿cuántas personas barren esas hojas y qué porcentaje de estas son mujeres?, ¿cuántas hojas han caído en la historia de este territorio?, ¿cuántos árboles han nacido y cuántos han muerto desde que existen los  árboles? o ¿qué otras relaciones pueden establecerse entre las personas y los árboles?

                                                                                    ©Cris Dinoto


Cuando llegó el otoño del año 2021 estábamos en plena pandemia y teníamos que  permanecer en cuarentena para no propagar aún más los contagios por COVID-19. Las  hojas de los dos árboles que están frente a mi casa caerían profusamente, como todos  los años. Ese año decidí cavar un hoyo en mi patio, de tamaño suficiente como para no tener que botar una sola hoja a la basura. El espacio del que disponía no era demasiado grande y las hojas eran muchísimas, por cuanto realicé todo tipo de mediciones y cálculos: el  volumen de hojas que se desprendería cada día, el tamaño que debía tener la fosa, el espacio que necesitaba para guardar las hojas mientras realizaba la  excavación, etc.
Consideré, primero, que el patio es un espacio privado de convivencia entre los habitantes de una casa, pero también es lugar de encuentro entre los diferentes seres que han circulado por allí a lo largo del tiempo: otras familias, culturas anteriores a la nuestra, animales extintos, plantas y árboles que ya no están, piedras, chacras, etc. Excavar la tierra es buscar los vestigios de situaciones inexploradas que conviven con nosotros y nos dan un suelo para vivir.

©Paz Ercilla

Me entusiasmaba poder profundizar mi conocimiento y experiencia naturalísticos, así como pensar relaciones no habituales entre el ciclo de vida de las personas y el de los árboles, por cuanto decidí abordar el asunto desde una mirada artística. A través de una interacción profunda con el medio que me rodeaba (mi casa y sus inmediaciones) decidí lanzarme a una acción de arte al más puro estilo Earth Art. Esto me permitiría sondear formas de exteriorizar las emociones que me provoca la crisis ecológica, pensar en las relaciones que las personas establecemos con la tierra, en las distinciones que pueden establecerse entre espacio público y espacio privado, el modo en que el confinamiento influía en nuestra concepción de ”lo natural”, etc. Así, la intervención transformaría mi espacio doméstico en lugar de exploración.
Dado que los seres humanos estamos profunda e incuestionablemente relacionados al ciclo de las plantas, me pareció prudente analizar posibles equivalencias científicas y poéticas entre las hojas de los árboles y el cuerpo humano. De esta forma, y para delinear el proyecto, escribí lo siguiente:
    •    “Esta investigación analiza posibles equivalencias científicas, filosóficas o poéticas entre las hojas de dos árboles y un cuerpo humano. El objetivo del estudio es conocer la forma como los cambios en el ecosistema de las ciudades, los estudios de la subjetividad y la transformadora experiencia de nuestro habitar provocada por la pandemia del COVID-19 inciden en la relación cuerpo-hojas, así como vislumbrar las implicancias que esta relación podría tener en la vida de ambos (del cuerpo y de las hojas). Para el trabajo recurriré a la observación del comportamiento de las hojas de dos árboles que se sitúan en la entrada de la casa de un cuerpo (el mío), como también a los procesos que suceden en dicho cuerpo al entrar en contacto con el ciclo de las hojas.
    •    Por las características particulares del estudio, el cual realizaré durante la pandemia por COVID-19, solo analizaré un cuerpo humano (el resto está en confinamiento) y las hojas de dos árboles (Liquidambar styraciflua), todos ellos localizados en una misma dirección de Santiago, en la comuna de La Reina, durante el otoño del año 2021.
    •    La disminución de la exposición del cuerpo al contacto con el entorno que trae asociado el acontecer de una pandemia, hace aún más imperativa la necesidad de conocer acerca de la correspondencia entre dicho cuerpo y su contexto más inmediato. El análisis espera indagar en la consistencia y particularidades del mundo (o de los mundos) que hoy nos toca habitar para abrir espacios de interrelación futura entre el cuerpo y la naturaleza.
    •    PALABRAS CLAVE: Hojas, mundo, cuerpo, pandemia, subjetividad”.
Más adelante anotaría:
    •    “El cuerpo humano de este estudio (en adelante el cuerpo) ha estado años  sometido a una movilidad limitada y posible solo dentro del perímetro de su  casa, saliendo contadas veces al espacio público. El cuerpo de este estudio  aparentemente está vivo, pertenece a la especie Homo sapiens, es de sexo  femenino, cisgénero, y una vez tuvo otro cuerpo pequeño adentro pero este  salió hace ya 17 años. A su vez, el cuerpo de este estudio salió de otro cuerpo  hace 41 años. No existe otro ejemplar igual en el mundo (del cuál tengamos  conocimiento, al menos). El cuerpo solía ser de contextura delgada, pero al  inicio de la pandemia empezó a ingerir más alimento y disminuyó la cantidad de ejercicio que realizaba diariamente. Ambos factores incidieron en que su  contextura cambiara de delgada a media”.
Hallazgos
Durante el estudio, algunos insectos (chanchitos de tierra, escarabajos, moscas y lombrices) fueron hallados bajo las hojas, alimentándose de  su proceso de degradación.  A su vez, el cuerpo portaba signos evidentes de vida que habitaba en él: un impétigo.
Al observar la excavación donde se enterrarían las hojas se pudo apreciar que su  volumen negativo era rectangular, y que medía 60 x 50 x 170 centímetros, es decir,  tenía el tamaño casi exacto de lo que podría ser la tumba del cuerpo. 
Es interesante constatar que, llegado este punto, al cuerpo lo sobrecogió una extraña  sensación: sintió cómo sería alguna vez su propia putrefacción. Es posible que la  idea de su propia muerte lo haya forzado a abandonar el proyecto, puesto que en  determinado momento se vio cercano al borde de otro tiempo. Se pensó a sí mismo  como el pasado de un estado de descomposición que lo relacionaba íntimamente al  estado que entonces transitaban las hojas. Y es que,  finalmente, nuestra tierra es una mezcla de todo lo que ha vivido y que hoy nos da  suelo para poder estar de pie.
Es posible que nuestra manera de percibir el tiempo y la naturaleza se hayan visto  modificadas para siempre luego de la crisis sanitaria provocada por el virus Sars Cov 2.  Para el filósofo Giorgio Agamben (2008) vivimos entre un “demasiado pronto” y un  “demasiado tarde” (p.5), y ser contemporáneos a nuestra época significa “ser  puntuales en una cita a la que solo se puede faltar”(p.4). 
Sería en ese espacio intermedio de nuestro acontecer, en ese tiempo que nos es a la  vez extraño y familiar, en el cual debemos hallar la forma de adaptarnos, de pensar  otros mundos que sean posibles a pesar de la inevitable emergencia climática y  medioambiental.

Bibliografía
Maturana, H. (1995) La realidad. ¿Objetiva o construida? Fundamentos biológicos de la realidad, Ed. Anthropos
Flusser, V. (1985) El universo de las imágenes técnicas. Elogio de la superficialidad. Ed Caja Negra
Rojas, S. (2016). El big-bang de la cosa en sí. Revista de Teoría del Arte, (7), p. 161-202.
https://revistas.uchile.cl/index.php/RTA/article/view/41589/43104
Agamben, G. (2008) ¿Qué es lo contemporáneo? Seminario Fundación Paiz https://19bienal.fundacionpaiz.org.gt/wp-content/uploads/2014/02/agamben-que- es-lo-contemporaneo.pdf
Borges, J.L. (1960) Del rigor en la ciencia.
Fuente: Revista Endémico - Imagen de portada: ©Jakob Owens - https://endemico.org/las-hojas-y-el-cuerpo-un-ensayo-poetico/

 

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