«Algas verdes», un cómic de denuncia ecosocial

Algas verdes. La historia prohibida (2022) es un cómic de no ficción, parte reportaje, parte ensayo, pero que trata temáticas que contienen todos los ingredientes necesarios para un buen argumento de ficción del género de intriga o de serie negra: un asesino sigiloso e invisible acecha a todo aquél que se acerque a la costa en Bretaña. El criminal lleva actuando desde por lo menos la década de los 1970 y reaparece todos los años con las temperaturas cálidas, a pesar de los enormes recursos puestos por las autoridades para erradicarlo. Lo peor del caso es que el asesino cuenta a su favor con la ley del silencio que parece imperar en la clase política y empresarial y, en general, en la sociedad civil bretona. Un pequeño grupo de periodistas, científicos y activistas medioambientales intentan detener definitivamente al criminal, desvelar a sus cómplices y encubridores y sacar a la luz la verdad…

Xose Carlos Nuñez Lodeiro

Ya desde las contundentes cinco primeras páginas, los autores, los franceses Inès Léraud (guion) y Pierre Van Hove (dibujo) van a partir de esta intriga, pero van a revelarnos quién es el asesino, puesto que su principal interés es informarnos sobre este grave problema medioambiental y de salud pública que afecta especialmente a Bretaña y que todavía es poco conocido para la opinión pública general: las mareas verdes.
Durante los meses más cálidos (antes, primavera y verano; actualmente, la mayor parte del año), en playas y estuarios de los ríos se depositan enormes cantidades de algas verdes, molestas, pero inocuas mientras están frescas. Cuando se pudren generan sulfuro de hidrógeno (H2S), un gas a temperatura ambiente, que se acumula en burbujas y no se libera hasta que las algas son movidas. El H2S tiene un olor muy desagradable, a huevos podridos, pero en concentraciones muy altas bloquea el olfato y, lo que es peor, es muy tóxico por simple inhalación, pudiendo causar la muerte de una persona en segundos.
Podremos considerar mejor los contenidos de la obra si vemos las partes de las que está compuesta, fundamentalmente dos: una primera que abarca el prólogo, los primeros capítulos y los dos capítulos finales y donde se reconstruyen los incidentes más graves, acontecidos entre 1989 y 2016 (en total, tres personas fallecidas y una cuarentena de animales muertos, tanto salvajes como domésticos) y las reacciones que éstos producen en las sociedades bretona y francesa. En este punto, el cómic representa con total acierto el choque entre aquéllos que investigan, tratan de conocer las causas, ponerles remedio y advertir a la opinión pública para que los incidentes no se vuelvan a repetir (y que resultan ser una minoría: allegados de las víctimas, un médico, unos pocos periodistas y activistas medioambientales…) y aquéllos que obstaculizan las investigaciones, ocultan la verdad, encubren a posibles responsables o, simplemente, no hacen nada. Entre ellos: políticos en los varios niveles de la administración (local, regional, estatal), miembros de la administración judicial, científicos que trabajan para corporaciones o lobbies empresariales, parte de los periodistas y directivos de medios de comunicación, y también agricultores y ganaderos (individualmente o en sus organizaciones representativas).

Así, como ejemplo de ello, en toda el área costera bretona afectada por las mareas verdes, una sola alcaldesa, después de uno de los incidentes, hizo instalar inmediatamente letreros en las playas advirtiendo del peligro de las algas; los otros alcaldes prefirieron no hacerlo ante el temor de que pudiesen “espantar a los turistas”, sin duda siguiendo la máxima ultra-capitalista de jamás permitir que una mala noticia, un dilema moral, una desgracia personal, ni por supuesto un desastre medioambiental, te arruinen un negocio… Esta parte de la obra conecta directamente con la empatía y con el sentido ético del lector y consigue comunicar auténtico desasosiego.
La segunda parte, constituida por los capítulos centrales, es la que explica cómo se ha llegado a esa situación. Porque, además de ser un grave problema de salud pública, las mareas verdes son un síntoma de una patología medioambiental más profunda. La hipertrofia de las algas verdes está vinculada directamente con el exceso de nutrientes en el medio (principalmente nitratos, disueltos en el agua), los cuales son aportados en forma de residuos de actividades humanas (mayormente ganadería y agricultura, también la actividad urbana), residuos que llegan a hacer tóxicas (también para los humanos) e inhabitables para la flora y la fauna propias las aguas de algunos ríos, pero que paradojicamente son un fertilizante potentísimo para las algas verdes de la zona intermareal.
Este desequilibrio total del ecosistema tiene sus raíces en la introducción de la agroindustria moderna en Bretaña a partir de los años 1950 y 1960, con su uso sistemático de agroquímicos. La agroganadería bretona ha pasado en poucos años de un sistema extensivo y de subsistencia a otro intensivo y altamente industrializado, algo análogo, aunque anterior en el tiempo, a lo ocurrido en Galicia. De la misma manera que el consumo de agroquímicos y la emisión de purines no deja de aumentar año tras año, también aumenta la concentración de nitratos y el tamaño y la duración de las mareas verdes.

El cómic muestra en detalle cómo, siendo Bretaña una de las principales regiones productoras de alimentos de la UE, con un sector agroalimentario muy industrializado, además de un creciente sector turístico, y formando parte del actual sistema capitalista del crecimiento infinito, son ejercidas múltiples presiones, desde todos los rincones del sistema, contra cualquiera que pretenda actuar contra las mareas verdes y contra sus causas directas. A pesar de todo, en los últimos años, la tendencia está dándose la vuelta y las administraciones comienzan a reconocer el desastre medioambiental y a actuar (insuficientemente) contra mareas y excesos de contaminantes.
Por otro lado, en esta segunda parte se explica también cierta trampa económico-legal en la que se ven metidos los agroganaderos bretones actuales, para los cuales casi la única opción de supervivencia es trabajar para las poderosas corporaciones alimentarias de la región, favorecidas por los gobiernos regional y estatal y abastecidas de fondos de la UE y, de ese modo, perder toda iniciativa a la hora de escoger lo que cultivan/crían, cómo lo cultivan/crían y cómo lo comercializan. Sin duda, ésta es la sección informativamente más densa y la que requiere un mayor esfuerzo por parte de los lectores.
En definitiva, Algas verdes. La historia prohibida es un ensayo-reportaje exhaustivo, con continuas notas al margen y con un extenso apéndice documental (textos y fotografías) que apoya el contenido gráfico. Una obra que cumple fundamentalmente unha función informativa, didáctica y de denuncia ecológica y social, pero que no descuida en absoluto el entretemento del lector, área donde destaca, ocasionalmente, una afilada sátira política. En la humilde opinión de este comentarista, es de obligatoria adquisición por parte de bibliotecas que tengan una sección medioambiental.

La guionista Inès Léraud (Saumur, 1981), periodista con formación superior en cine y filosofía, lleva colaborando con diversas radios francesas desde la década de 2000, produciendo programas y audio-documentales centrados en temas sociales y ecológicos. En 2015 se traslada a Bretaña e inicia una investigación sobre la situación del campo, de la agroindustria y del medio ambiente en esta región, que da como fruto, entre otros, una serie de audio-reportajes. Ya centrada en el problema de las mareas verdes, Léraud crea una primera versión de Algas verdes, también dibujada por Van Hove, en forma de reportaje de historieta de 43 páginas y que, con el título “Sur la plage empoisonnée” (En la playa envenenada), fue publicado en setiembre de 2017 en La Revue Dessinée nº 17 (una revista trimestral francesa de investigación periodística y reportajes integramente en cómic). Dos años después, luego de una reelaboración y ampliación de contenidos, Delcourt publica, en edición conjunta con La Revue Dessinée, éste que es el primer álbum de Léraud como guionista.
Para el dibujante Pierre Van Hove (Angoulême, 1974) éste es su segundo álbum completo en esa labor. Van Hove es un autodidacta que ha pasado previamente por los campos de la animación audiovisual, la ilustración infantil y para la prensa, antes de centrarse en el cómic. En esta obra usa un estilo semi-realista muy sobrio pero expresivo, que le da a muchas secuencias cierta cualidad de largometraje documental en soporte papel (por ejemplo, cuando sostiene un mismo encuadre a lo largo de varias viñetas o imita encuadres típicos del reportaje audiovisual) y que le permite componer con claridad viñetas y páginas con gran cantidad de información gráfica. No obstante, Van Hove rompe el estilo con ocasionales escapadas hacia la sátira gráfica y la caricatura, aportando variedad a la obra (como en las dos páginas dobles (92-95) en las que hace saltar una diminuta caricatura del presidente del consejo regional de Bretaña por todas las oficinas y reuniones de las organizaciones empresariales del llamado lobby bretón).
Para acabar, la colorista Mathilda, colaboradora habitual de Van Hove, consigue combinar claridad con expresividad y añadir algunas notas expresionistas a los dibujos de éste, usando siempre colores desaturados, en una paleta notablemente limitada, en la que predominan verdes, azules y amarillos.
La edición en castellano a cargo de Astiberri (Colección Sillón Orejero, 2022, con traducción de Rubén Lardín, 130 páginas + apéndice documental de 25) compagina la estupenda calidad que es marca de la casa, con un precio muy asequible.
Y si decíamos al comienzo que la temática de Algas verdes daría un buen argumento para una ficción de intriga, resulta que ésa va a ser precisamente su próxima vida: para julio de 2023 está previsto en Francia el estreno de Algues vertes, l’histoire interdite, una adaptación en forma de largometraje de ficción de producción franco-belga, dirigido por Pierre Jolivet, guionizado por Jolivet e Inès Léraud y protagonizado por Céline Sallette y Nina Meurisse.

XOSE CARLOS NÚÑEZ LODEIRO: Técnico en medios audiovisuales, colaboró en la edición y redacción de la revista gallega sobre el audiovisual Cielo Negro. Ha impartido cursos y talleres sobre medios audiovisuales y ha colaborado con varias iniciativas eco-socio-culturales gallegas, convencido de que fertilizar, sembrar y regar nuestras mentes nos ayuda a imaginar la Tierra e imaginarnos a nosotros. Desde la azotea de su ático sin ascensor vigila el ir y venir de las borrascas atlánticas.
Fuente: https://www.15-15-15.org/webzine/2023/06/09/algas-verdes-un-comic-de-denuncia-ecosocial/ Imagenes: Pierre Van Hove - (Traducción del original en gallego publicado en el blog Saber Sustentar, de El Salto, realizada por el propio autor.)

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