Argentina: Volcó el ómnibus

El gobierno de Javier Milei sufrió una derrota de consideración antes de cumplir los dos meses de mandato. Su proyecto más preciado volvió para atrás luego de una prolongada discusión parlamentaria: Frente a la perspectiva de salir perdidosos en la votación en particular de buena parte de los artículos, el bloque de diputados de La Libertad Avanza (LLA) junto con algunos asesores del presidente decidieron enviar de nuevo a comisión al proyecto llamado “Ley Ómnibus”. Una declaración de impotencia, ya que de acuerdo al reglamento de la Cámara de Diputados, la vuelta a comisión implica regresar a fojas cero, como si nada se hubiera discutido o aprobado en el recinto legislativo.

Por Daniel Campione


La frustración del gobierno no sólo no indujo a ningún gesto de autocrítica o conciliación, sino que dio paso inmediato a voces de resentimiento y amenaza. Por empezar la del propio presidente, que tronó en la red X a poco de conocerse el fracaso parlamentario: “La casta se puso en contra del cambio que los argentinos votamos en las urnas.” Y agregó “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país.”
No faltaron quienes le recordaran al primer mandatario que la integración del parlamento está también legitimada por el sufragio popular. Y que LLA tiene un conjunto de legisladores tan reducido porque en las elecciones generales obtuvo el 30% de los sufragios, no el 56% de la confrontación a todo o nada de la segunda vuelta.
Y queda la pregunta que cae de su peso: ¿Qué significa continuar sin el apoyo de la dirigencia política? Es posible que se piense en instaurar una suerte de dictadura civil en la que el poder ejecutivo haga y deshaga. Por lo pronto ya se habla de que el presidente y su hermana, ambos hoy en Israel, estarían dispuestos a llamar a una consulta popular no vinculante para tratar de esquivar al parlamento
"Leales" y "traidores", los tuits furiosos de Javier Milei tras la caída de la Ley Ómnibus
Desde Israel el mandatario compartió en sus redes sociales escraches con nombres y fotos de los legisladores que le pusieron un freno a su megaproyecto. Además, acusó a los diputados de ser "un conjunto de delincuentes que quieren una Argentina peor”. Algún tweet oficial del partido oficialista fue aún peor: «La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión». El mandatario también le dio me gusta a varios tuits de distintas cuentas en donde se leen amenazas como “a los enemigos de la libertad, ni justicia” (José Luis Espert); algunos en los que trató a los peronistas de “pedofilos” y “violadores de niños” y a los radicales de “las putitas del peronismo”, además de otros que le sugerían ir a la “guerra”.

El escrache, en un contexto social caldeado, implica serios perjuicios para la seguridad e integridad de los legisladores.

“Desubicación total” y “fascista”: así reaccionaron al escrache de Milei los diputados dialoguistas
La lectura, casi unánime, entre los opositores “dialoguistas” es que entre ayer y hoy, el Gobierno no dejó de cometer impericias y equivocaciones. En criollo, de “pegarse tiros en los pies”, tal como afirmó Cervi. “No va a ser lo mismo y, si quieren consensos, lo primero es respetar al otro”, aseguró el hombre de Evolución. Su compañero de bancada, Cobos, aseguró que seguirán “actuando de la misma manera” y que “los que tienen que repensar la relación son los diputados del oficialismo”. Su correligionario, pero del sector de Evolución Radical, Pablo Cervi, calificó la acción como “lamentable”-“Si su entorno le vendió algo que no existía, que empiece por casa a ver quienes son los traidores. Y que se dediquen a gobernar”. “Hay límites y códigos” 
agregó Martín Tetaz, en su cuenta oficial de X, trató de “lamentable y fascista” el comunicado de la Oficina del Presidente.
Nicolás Massot, presidente de la bancada de Hacemos Coalición Federal (HCF) le respondió a Milei y señaló que el listado “recuerda las épocas más oscuras de la historia contemporánea”. “Este traspié parlamentario es exclusiva responsabilidad de su impericia, falta de diálogo y nula vocación por construir consensos”, precisó.
La diputada Mónica Fein, líder del Partido Socialista y otra de las mencionadas en la lista, destacó que “Milei no cree en la democracia, a los que tienen otro pensamiento los considera traidores”, y aunque admitió que no lo toma de modo personal, “es institucionalmente muy grave que use la cuenta oficial” para sus escraches. En esa misma línea, el diputado cordobés Carlos Rodríguez sumó: “Siempre hay que desconfiar de las escaladas de violencia. La historia demuestra que se sabe cómo empiezan y nunca como terminan”. “Ojalá las fuerzas del cielo en Israel y el Papa en Roma lo hagan reflexionar. Que larguen el Twitter y se pongan a laburar”, lanzó una figura del radicalismo. “Escalan sin medir consecuencias y sin aceptar errores propios. Sostienen un modelo que no se compadece con la democracia y el estado de derecho”, sostuvo Margarita Stolbizer, del GEN. Por su parte, Paula Oliveto, de la Coalición Cívica-ARI, consideró que la actitud del Presidente “habla de la intolerancia” y expresó: “Pensar distinto no es ser traidor. Nosotros no le podíamos dar superpoderes porque no creemos en los gobiernos sin límites. Al presidente no le gusta la división de poderes y ese es su mayor problema y dificultad”. Julio Cobos, de la Unión Cívica Radical (UCR),sumó: “Incitar al odio que puede generar violencia es repudiable en cualquier persona y más aún en un Presidente de la Nación. ¿Dónde está la anunciada libertad?”.
Las posiciones son aún más duras en el bloque de HCF, donde consideran que este proyecto “está terminado” y que es “imposible que salga la ley”. “¿A quién se le ocurre meter una ley de reforma del estado con más de 500 artículos?" 
Ese tono de superioridad moral y dignidad ofendida no puede llevar muy lejos a “las fuerzas del cielo”. Han impulsado un proyecto de manifiesta inconstitucionalidad, que aspira a una reformulación de la sociedad argentina. El conjunto de su articulado entraña una agresión a los intereses populares y proporciona carta blanca para que los grandes grupos económicos hagan sus negocios mientras condenan a la mayoría a la pobreza, a la marginación, al hambre.
Con ese “programa” no pudieron ponerse de acuerdo ni con buena parte de los que estaban ampliamente dispuestos a “colaborar”, y emergen de esta situación con un enfrentamiento rampante con el poder legislativo. Y con los gobernadores de provincia, incluidos los que tienen origen en Juntos por el Cambio, ya que se acusó y amenazó a los mandatarios provinciales de forma indiscriminada.
Tampoco ayudó en nada al gobierno el espectáculo dado por todo un abanico de fuerzas “de seguridad” que desató un día tras otro la represión en Plaza Congreso contra los manifestantes. Que no eran otra cosa que varones y mujeres cansados de ver empeorar sus condiciones de vida y avasallar sus derechos. Y reaccionan con espanto y rabia contra una norma que preanuncia abusos mucho peores.

Sobre llovido… ahora el decreto.
Para completar una jornada desafortunada para los actuales gestores de la “cosa pública” un juez federal emitió un pedido de informes dirigido al ministerio de Seguridad, con un plazo de 72 horas para responderlo, acerca de la elaboración y aplicación del protocolo que pretende suprimir las manifestaciones públicas.
Esta medida podría derivar en una declaración de inconstitucionalidad del instrumento represivo pergeñado y aplicado por la ministra Patricia Bullrich. El mismo que seguirá combatido en las calles, como ya ha ocurrido casi desde el mismo día en que fue dictado.

El gobierno de LLA experimentó un traspié importante, de todos modos no hay que llamarse a engaño. La derrota no es total ni definitiva. El furioso ajuste que impulsa el ministro de Economía Luis Caputo sigue su curso, como lo mostró hoy mismo el desmedido aumento del transporte público. Continúa asimismo en pie el DNU 70/23, que contiene a su vez un “empoderamiento” del gran capital en cada una de sus cláusulas. En las cuales, entre muchas otras disposiciones, se modifica en sentido regresivo buena parte del derecho laboral y se libera de cualquier restricción todo tipo de contratos. La ley del más fuerte.
Sin duda ahora la lucha popular y las miradas críticas irán contra esa norma, que mantendrá su vigencia hasta que se alcance el rechazo parlamentario o, lo que es más probable, se lo declare inconstitucional. Las organizaciones que están movilizadas para la protesta es difícil que aguarden a una cosa ni a la otra.
El gobierno está golpeado, su “proyecto estrella” mordió el polvo luego de largas jornadas de discusión y decenas de heridos después de que comenzó su tratamiento. La mirada mesiánica que lo caracteriza lo llevará con certeza a ser un mal perdedor. Es muy probable que intente redoblar la apuesta, que procure un ajuste aún más desbocado. Y que trate de arrogarse “facultades extraordinarias”, sin el consentimiento de nadie más que sus partidarios más fervientes.
La democracia verdadera, las conquistas sociales, el nivel de vida, se defenderán en la calle. Allí también habrá que dar la disputa para que la libertad no siga revolcada en el barro por quienes creen que los únicos sujetos que la merecen son las grandes empresas. Y para “…que se vayan todos…” recupere su sentido original, después de su absurda apropiación por quienes van en contra del pueblo que se rebeló en 2001.

Fuentes: Rebelión

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué