Un fantasma del océano que jamás habíamos visto vivo fue avistado en Baja California, México

Durante años, la ballena gingko dentada fue algo así como el “fantasma” del océano: una especie real, sí, pero casi imposible de ver. Solo existía en fotos antiguas de animales varados y documentos científicos polvosos. Pero en 2024, frente a Baja California, un equipo internacional finalmente logró lo que nadie había conseguido: verla viva, grabar su voz y confirmar su ADN, cerrando uno de los enigmas más grandes del mundo marino. Un descubrimiento que revela lo poco que conocemos del océano y lo mucho que aún se esconde ahí abajo.

 por Carolina Gutiérrez Argüelles

La ballena gingko dentada, un fantasma que por fin tiene rostro
La ballena gingko dentada (Mesoplodon ginkgodens) pertenece al grupo de los zífidos, las ballenas buceadoras más profundas del planeta. Son maestras del sigilo: se sumergen cientos de metros durante casi una hora, salen a la superficie por segundos y vuelven a desaparecer en la oscuridad del mar. Esa vida secreta hizo que durante décadas fueran consideradas los mamíferos grandes menos conocidos de la Tierra, un grupo rodeado de mitos, vacíos científicos y un aura casi extraterrestre.

Hasta 2024, nadie había registrado una ginkgo dentada viva en su hábitat. Solo había dos casos confirmados en más de 70 años en toda la costa del Pacífico oriental. Era como estudiar una constelación: sabías que existía, pero nunca la veías frente a frente. Ese misterio cambió cuando científicos de México y Estados Unidos pasaron cinco años rastreando un sonido específico: un clic muy agudo conocido como BW43, una firma acústica tan rara que parecía pertenecer a una especie “fantasma”.
Tres pruebas en un solo día: el momento exacto del descubrimiento
El 5 de junio de 2024, en aguas profundas de Baja California, todo coincidió. Primero, los investigadores a bordo del buque Pacific Storm escucharon BW43 a través de hidrófonos remolcados. Luego, los observadores en cubierta vieron a un grupo de zífidos emerger por segundos. Y finalmente, el investigador Robert Pitman logró tomar una muestra de piel usando una flecha especializada: un pedazo del tamaño de una goma de lápiz que resolvió todo.

Los análisis genéticos confirmaron que se trataba, por fin, de la ballena gingko dentada, viva y nadando frente a México. Era una triple verificación científica: imagen, sonido y ADN, algo extremadamente difícil en animales que evitan barcos y pasan la mayor parte de su vida bajo 800 metros de agua. Los científicos celebraron en el barco. Estaban presenciando algo histórico: la primera identificación en vida de esta especie en todo el planeta.
Un mar lleno de secretos: lo que revelan sus colores y cicatrices
Las fotografías tomadas ese día permitieron documentar detalles nunca antes descritos con claridad. Los machos adultos tenían la piel marcada por mordidas de tiburón y líneas blancas finas, señales de peleas con otros machos. Los jóvenes mostraban un patrón más suave: un parche claro frente al ojo y marcas oscuras en el pico provocadas, probablemente, por los picos de los calamares que comienzan a cazar.
Estos detalles parecen mínimos, pero para la ciencia son oro puro: revelan edad, comportamiento social y hábitos de alimentación de un animal del que nunca habíamos visto más que huesos. Por primera vez, la ballena gingko dentada dejó de ser un rumor científico para convertirse en un ser con rostro, colores, heridas, familia y territorio.
México en el mapa global: por qué este hallazgo cambia la historia
Antes se creía que esta ballena vivía exclusivamente cerca de Japón y el Pacífico occidental. Pero el hallazgo, sumado al análisis de miles de horas de registros acústicos, demuestra que el BW43 aparece constantemente frente a California y Baja California. Esta especie no era una visitante ocasional. Era un residente silencioso del océano mexicano todo este tiempo.

Este descubrimiento cambia el mapa global de los cetáceos, agrega una nueva especie a la lista de habitantes permanentes del Pacífico oriental y deja abierta una pregunta emocionante: ¿Qué otras especies desconocidas viven en las profundidades de México sin que aún lo sepamos?
El siguiente misterio: las ballenas que aún no sabemos identificar
Lo más fascinante es que este hallazgo solo resolvió uno de los enigmas pendientes. Hay al menos tres tipos de sonidos de ballenas en el Pacífico que no pertenecen a ninguna especie identificada. Uno podría ser la enigmática ballena de Perrin, otra especie nunca vista viva. Otros quizá correspondan a especies nuevas o variaciones sonoras que nadie ha podido estudiar. El océano funciona como un archivo antiguo lleno de páginas faltantes. Y cada descubrimiento como este es una puerta abierta: más allá de lo que ya vimos, todavía queda un universo submarino por descifrar.

Este hallazgo confirma algo poderoso: nuestros mares todavía guardan secretos que desafían lo que creemos saber sobre el planeta. La ballena gingko dentada pasó décadas oculta, viviendo su vida a miles de metros de profundidad, hasta que finalmente decidió mostrarse. Quizá sea una señal de que estamos apenas empezando a comprender el verdadero cosmos que existe bajo nosotros. ¿Cuántos misterios más siguen escondidos bajo la superficie?

Fuente: https://ecoosfera.com/medio-ambiente/natura/ballena-gingko-dentada-mexico/

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