Algo muy podrido en Dinamarca








Escrito por el Capitán Paul Watson
 
¡Qué admirable fábrica es la del hombre! ¡Cuán baja su razón! ¡Qué finitas sus facultades! ¡Qué primitivo y despreciable en su forma y sus movimientos! ¡Qué semejante a un demonio destructor en sus acciones! Y en su espíritu, ¡qué semejante a un cruel Dios! Él es sin duda el martirio de la tierra, el más monstruoso de todos los animales. Pues, no obstante, ¿qué juzgáis que es en mi estimación este polvo? La terrible carnicería de la humanidad no me deleita... bien que ya veo en vuestra cínica sonrisa que no aprobáis mi opinión.
-Shakespeare revisado para los tiempos actuales
-Fragmento de Hamlet utilizado por el autor para ilustrar un punto

Mi madre era danesa y su padre, Otto Larsen, fue un famoso pintor Danés. La hermana de su padre fue la primera mujer juez en Dinamarca y estábamos orgullosos de su patrimonio danés.
Sin embargo, no puedo sentirme orgulloso de Dinamarca. Es una nación que apoya y fomenta tremendas crueldades a ballenas y focas contribuyendo a llevar a la extinción a muchas especies de animales.
Dinamarca se defiende ‘valerosamente’ de los fundamentalistas Musulmanes a través de tiras cómicas pero se muestra indiferente frente a la matanza indiscriminada de las especies de fauna marina.
Esta horrible matanza anual de miles de indefensos calderones en las Islas Faeroe es tan cruel como la matanza de delfines en Taiji llevada a cabo por los japoneses.
Los niños de las Islas Faeroe tienen un nivel aun mayor de mercurio en sus cuerpos que los niños de Taiji en Japón.
Durante años he estado luchando contra los balleneros y contra las autoridades de las Islas Faeroe. En 1985 y 1986 tuvimos dramáticas confrontaciones en aguas de las Faeroe, y de nuevo en el 2000 intentamos evitar que condujeran los calderones a la orilla, que las acuchillaran, clavaran lanzas, apedrearan y golpearan en una orgia atroz de crueldad y derroche.
He visto las bahías de las Islas Faeroe teñidas de rojo por la sangre y he escuchado los gritos de las ballenas mortalmente heridas implorando por sus vidas mientras bestias borrachas e insensibles chorrean de la sangre caliente de las ballenas, riendo e insultando mientras sus cuchillas feroces rajaban a las ballenas sin descanso. Es un espectáculo monstruoso y una obscenidad apoyada por el gobierno danés y mucha de la gente danesa.
La industria pesquera danesa, masivamente industrializada, peina el Mar del Norte limpiando la arena de anguilas, los diminutos peces que son el alimento básico de los cómicos frailecillos. Las anguilas de arena sirven de alimento barato para proveer las fábricas de pollos en Dinamarca. Si los frailecillos se extinguen, Dinamarca tendrá que soportar la carga de culpabilidad más grande sobre estos maravillosos y alegres frailecillos por unos pocos McNuggets de pollo.
Dinamarca apoya la matanza de ballenas y focas en Groenlandia incluyendo a la amenazada ballena boreal y al rorcual común.

Y ahora abiertamente ataca a la Unión Europea por no apoyar la caza ilegal de las grandes ballenas por parte de Japón, Islandia y Noruega.
La pasada semana (5 de Junio) la Unión Europea llegó a la posición de común de apoyar la moratoria en el comercio de ballenas. Así la Unión Europea se presentará en un frente unido ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que tendrá lugar dentro de dos semanas.
Sin embargo Dinamarca ha decidido excluirse de este frente unido.
“Con esta decisión, la Unión Europea puede representar ahora un fuerte papel en la Comisión Ballenera Internacional y utilizar su política, moral y peso económico para asegurar una protección efectiva para todas las ballenas de todo el mundo”, dijo el delegado de medioambiente Stavros Dimas.
Dinamarca respondió con hostilidad a dicha declaración tachando al movimiento de “imperialismo cultural”.
Dinamarca no apoya el comercio de ballenas, aunque sí apoya la caza de ballenas en las Islas Faeroe y en Groenlandia, que aunque forman parte del reino de Dinamarca no son parte de la Unión Europea.
“Durante 20 años, Dinamarca ha mantenido la misma posición de apoyo”, decía Ole Samsing, diplomático danés en la Unión Europea delegado a la vez en la CBI.
“Es un imperialismo cultural el que está intentando decidir en nombre de las gentes que no forman parte de la Unión Europea”, dijo.
¿Cuándo la preocupación por el medioambiente y por la protección de especies ha sido un ‘imperialismo cultural’? Es una acusación ridícula de un país que lo único que reclama últimamente es la publicación de tiras cómicas con el profeta Mohammed con una bomba en su turbante. Aun así, Dinamarca defiende las tiras y los daneses han expresado su creencia de que Dinamarca está defendiendo los valores cristianos en el frente del extremismo Musulmán. Estos azotes, más de imperialismo cultural que legítimo, preocupan a las naciones de Europa en su intento por detener la matanza ilegal de ballenas.

Defendiendo los derechos de dibujantes de chistes como campeones de los valores Cristianos mientras siguen apoyando la matanza ilegal de ballenas y de delfines, demuestran un retorcido sentido de los valores de la moral.
El pasado mes el delegado de Europa preguntó a los ministros de medioambiente de los Estados Unidos si dirían lo que pensaban en respuesta a que Islandia hubiera retomado la caza ilegal de ballenas.
Desde que en 2006 Islandia reanudara sus actividades ilegales, ha afirmado que la matanza es únicamente con fines científicos.
La Comisión Europea rechaza esto como una actividad legítima con tan sólo Dinamarca apoyando la postura de Islandia.
Copenague anunció a mediados de Mayo que pediría una medida raramente utilizada, ‘Declaración 25’, un anexo del Tratado de Maastricht. La declaración hace referencia a los estado miembros que tienen territorios fuera de la Unión Europea, como es el caso de las Islas Faeroe y Groenlandia y que permitiría a Dinamarca no estar obligada a apoyar la común posición.
El Sr. Samsing señaló que dicha posición enmascara lo que viene a ser el mosaico de posiciones entre la Unión Europea y los estados miembros.
Viendo a los animales tales como los simios, elefantes, delfines, más inteligentes y socialmente complejos que otros mamíferos, “existen estos estado miembros que no quieren que ninguna ballena sea asesinada, no importa el por qué”, dijo el diplomático danés.
“Pero existen otros miembros que quieren proteger las ballenas de la extinción, pero una vez ya no estén en peligro ya no deberían tener ningún problema para reanudar la caza de ballenas”, añadió, “mientras fuera bajo estrictas condiciones."
Como resultado, dijo, la posición común se acuerda únicamente con objeto de la conferencia de la CBI y no más allá.
“Pero desde luego, la comisión vendrá con algo similar el próximo año y entonces volveremos al mismo lío de siempre.”
Lo que el Sr. Samsing está queriendo decir es que Dinamarca, por alguna razón, no apoya la protección de las ballenas aún si están amenazadas.

Por su parte, la comisión rechazó cualquier sugerencia de imponer sus deseos a todo el mundo: “La posición común fue hecha por el más alto cargo [en la Unión Europea] y fue apoyada por la mayoría de sus miembros”, dijo la portavoz delegada de medioambiente.
Dinamarca es el mayor colaborador en la destructiva explotación del mundo oceánico. La flota de pesca danesa está entre las más rapaces del mundo y su saqueo de los mares no se ha visto afectada por la seria preocupación ecológica sobre la capacidad de los océanos a sobrevivir a este incesante saqueo.
Haciendo alarde de su superioridad con su defensa en tiras absurdas no eliminará el hedor de la moral ecológica que emana de Copenague.
La putrefacción en Dinamarca de los cuerpos de pescado, granjas y frailecillos muriendo de hambre, las ballenas gritando de agonía y ahora su oposición a la defensa de las grandes ballenas frente la caza ilegal es el olor repugnante y que uno presagia como enfermedad para nuestros océanos y para nuestro futuro.
Fuente: Sea Shepherd Conservation Society  
(Imágenes de Wikimedia Commons)

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