La crianza del salmón de Escocia. Este pescado huele mal




Revista: The Ecologist para España y Latinoamérica
Autor: Stephanie Roth



"Salmón de Escocia"... La denominación parece sinónima de Naturaleza y calidad... Stephanie Roth, miembro del consejo de redacción de The Ecologist, describe aquí la realidad de las prácticas piscícolas que amenazan la ecología de los ríos escoceses y la salud de los aficionados al salmón.

La piscicultura, particularmente en el sudeste asiático, es una práctica que se remonta a siglos si no a milenios. Las albuferas de crianza, generalmente de tamaño pequeño, se ubicaban en tierras no arables. Los peces eran alimentados con las defecaciones animales, se drenaban las albuferas varias veces al año y su rico sedimento era entonces utilizado como abono.
Este tipo de crianza imitaba un ecosistema natural con sus numerosas clases de peces, de las cuales cada una ocupaba una celda ecológica distinta. La carpa plateada, Hypophthalmichthys molitrix, y la Tilapia Oreochromis sp., se alimentaban de fitoplancton; el pez Wuchang Megalobrama amblycephala y la carpa común, Cyprinus carpio, de forraje verde. Otros peces, como la carpa negra (Mylopharyngodon piceus) y la carpa Cirrhinus molitorella, encontraban su alimentación en los sedimentos de la charca. De manera que este uso óptimo de los nutrientes disponibles se revelaba muy productivo por las menores aportaciones. Así, la charca funcionaba en sistema cerrado, no afectado por las incertidumbres exteriores. La productividad de esta crianza a pequeña escala era muy importante. En una albufera de más o menos dos metros de profundidad, criaderos experimentados podían criar hasta 25 toneladas de peces por media hectárea. Tal productividad contribuyó mucho a completar los recursos alimentarios proporcionados por el resto de las actividades agrícolas (1).

LA REVOLUCIÓN AZUL
Fue sólo a mitad del siglo pasado que se desarrolló la crianza para fines comerciales. Presentada como medio para asegurar la subsistencia de una población mundial creciente, debía ser implantada a gran escala, aunque fuese sólo porque el coste de la infraestructura requerida era muy elevado. Además, la pesca de alta mar podía ser amenazada por las tempestades o por conflictos territoriales, a la inversa del pescado de crianza protegido de este tipo de avatares. Estos argumentos dieron en el blanco. Informes atiborrados de "tasa de conversión" de alimento en pescado (2), de "valor nutricional" (3) y de "parte consumible por pez" (4) anunciaban el amanecer de la nueva revolución azul. Desde los años ochenta, diversas agencias de desarrollo financiaron investigaciones para conseguir el pez transgénico que crecería más rápido, resistiría mejor a las enfermedades, tendría un mejor gusto, y proliferaría en entornos muy controlados.
Hoy en día, la piscicultura es uno de los sectores más dinámicos de la producción alimentaria mundial, incluso si la pesca suministra aún el 80% de la alimentación de origen marítimo: el 95% del salmón consumido en Francia, por ejemplo, proviene de crianza. La FAO estima que, de aquí al 2010, la piscicultura podrá suministrar hasta 39 millones de toneladas de pescado por año (5).
Ahora bien, el ejemplo de la salmonicultura intensiva en Escocia refleja fielmente lo que ocurrió en Asia del Sur-Este y en otros sitios. Por todas partes la misma euforia, en apariencia justificada: la crianza del salmón Atlántico en Escocia ha visto aumentar su producción de unas 500 toneladas en 1980 a unas 30.000 en 1990, para llegar a las 120.000 toneladas en 1998. Hoy, Escocia está en el tercer lugar mundial de este sector, que proporciona 350 millones de libras esterlinas por año. Según el gobierno, la salmonicultura es "una de las industrias cuyo crecimiento será el más fuerte en el curso de los próximos 20 años en los Highlands y sus islas costeras". Con relación a los criterios económicos en vigor, está considerada un éxito y modelo para los otros países.
Sin embargo, los costes ecológicos y, por consiguiente, los costes en términos de salud animal y humana... son espantosos. En efecto, desde hace cuatro decenios, la piscicultura intensiva está sin duda en el origen de la peor catástrofe medioambiental que han conocido las Highlands del Oeste (6).

¿CONCILIAR CALIDAD Y PISCICULTURA INTENSIVA?
En 1997, el norte de Escocia contaba no menos de 6.398 criaderos de salmón. La producción piscícola, con su medio millón de peces por criadero amontonados en jaulas, plantea muchos problemas. Para empezar: el de la polución. Los residuos no tratados, los desechos contaminados, los excrementos, los productos químicos, han tocado de muerte la vida salvaje de numerosos lagos y correderas de Escocia. Luego, no es sorprendente si la duración de vida de un salmón criado de manera intensiva no pasa de 15 años, al término de los cuales los espacios donde está criado llegan a estar tan contaminados que se tiene que cambiar de sitio... La piscicultura intensiva ha provocado, también, cantidad de enfermedades infecciosas, nuevas y viejas, que los piscicultores han intentado combatir con la ayuda de productos químicos, legales e ilegales. Pero estos últimos, a su vez, han agravado la contaminación sin por eso eliminar las enfermedades que se suponía que erradicarían. Una declaración del gobierno escocés ha clarificado de manera predecible sus prioridades: "La concentración en criaderos menos numerosos y más grandes proporciona beneficios evidentes para sus productores", dice, antes de añadir: "Las normas sanitarias tienen que ser mantenidas dado que la propagación de una epidemia podría provocar pérdidas financieras considerables" (7).
Dicho de otra manera, intentando reconciliar lo irreconciliable, el gobierno escocés ha incitado a la creación de inmensas piscifactorías mientras intenta reducir la propagación de epidemias y "las pérdidas financieras". Para alcanzar este objetivo irrealizable, hay que pasar por una guerra química contra las enfermedades de las que el salmón criado en condiciones intensivas se ve inevitablemente afectado.

GUERRA QUÍMICA EN AGUAS TURBIAS
Pero es una batalla perdida de antemano. Las leyes en vigor algunas veces no fueron defendidas, o no fueron aplicadas por falta de inspecciones regulares. En 1999, el consejero medioambiental del gobierno escocés, la SEPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente Escocés), aconsejó firmemente al Parlamento "que efectúe controles piscícolas más severos que los que preconizan los reglamentos en vigor" (8). ¿Cómo ser más claro? La primera reglamentación escocesa concerniente a la crianza del salmón, nacida de un proyecto de ley con fecha de 1991, no entró en vigor antes de 1999. Mientras tanto, señala la SEPA, los casos de contaminación del agua, causados por los residuos de los criaderos de salmón, se han cuadruplicado entre 1997 y 1999. Tales incoherencias han dado lugar a prácticas de crianza peligrosas. Con estanques de la medida de una casa en los que caben 20.000 peces, la aparición de enfermedades infecciosas es inevitable. Los copépodos, parásitos equivalentes a la garrapata para los borregos y el ganado, se cuentan por millares. Se registra una importante mortalidad "inexplicada" y enfermedades desconocidas aparecen cada año.
La prevención y el tratamiento de las enfermedades y parásitos han consistido en la inyección de antibióticos en los peces y en el agua de compuestos hormonales y de productos químicos como los organofosforados. Así, una cantidad muy grande de productos químicos contaminan el salmón y los lugares de crianza, para encontrarse después en la cadena alimentaria y los ríos; los salmones de criadero se escapan regularmente de los ríos en los que se reproducen, contaminan los salmones salvajes y diluyen el patrimonio genético natural. ¡En los primeros meses del año pasado, 400.000 salmones de criadero se escaparon a ríos escoceses y ahora son 400 veces más numerosos que sus primos salvajes! De todos los estragos, la infestación por copépodos es la más temida a largo término por los piscicultores. Para contener la amenaza mientras se mantienen estanques abarrotados, los piscicultores han abandonado todo escrúpulo al elaborar cócteles muy tóxicos. El verano pasado Les Amis de la Terre escoceses denunciaron el uso ilegal de Deosan Deosect en la crianza del salmón Ardessie en Little Rock Broom. El Deosect es un insecticida a partir de Cypermétrine, sospechoso de estar en el origen de desórdenes hormonales y que es cien veces más tóxico en el medioambiente acuático que los organofosforados en los baños parasiticidas de las ovejas. Este producto es utilizado contra los parásitos de los pollos y de los caballos. En un testimonio, una de las dos personas que han hecho sonar el timbre de alarma, dirigiéndose a Los Amigos de la Tierra escoceses, escribe: "He utilizado Ivermectine numerosas veces. Reponíamos la comida tratada en sacos y alimentábamos a mano los fines de semana con el fin de no sufrir una inspección sorpresa de la SEPA. En peces en pleno crecimiento, usábamos el Deosect... El método utilizado consistía en levantar redes a tres metros por encima de las jaulas y tratar los peces durante una hora, con una aplicación suplementaria media hora después... Cuando los peces empezaban a sacudir la cabeza, el tratamiento tenía que ser interrumpido" (9). El Ivermectine es un neuroinsecticida tóxico generalizado. En 1994, el VMD (Veterinary Medicines Directorate), autoridad encargada de la administración de los medicamentos veterinarios, encontró residuos ilegales en el 11% de la producción de los salmones de crianza vendidos en grandes superficies. En junio de 2001, el VMD encontró otra vez rastros del producto incriminado hasta cuatro veces los niveles autorizados (10). Pero hay más, el Dichlorvos o DDVP (2,2 Dichlorovinyldiméthylphosphate), prohibido hace sólo dos años, es un pesticida a partir de organofosfatos que se encuentra en el origen de tumores de páncreas, de leucemia y de cáncer del cerebro. Antes de su prohibición, las crianzas de salmón escocés utilizaban nueve millones de toneladas de este producto extremadamente peligroso. La exposición al Dichlorvos ha provocado cataratas hasta la ceguera en los peces, pero, aún hoy, aunque este producto está prohibido desde hace dos años, algunos salmones sufren de ceguera. La Organización Mundial de la Salud ha expresado su inquietud a propósito de los efectos del DDVP en todos los organismos, y no solamente en los organismos directamente en tratamiento (11).

UNA LEGISLACIÓN COMPLACIENTE
¡En vez de impedir la utilización ilegal de productos tóxicos, la SEPA ha legalizado un gran número de ellos! Con la aceptación de 412 demandas de puesta en el mercado (contra sólo 12 negativas), los piscicultores tienen el derecho de utilizar productos tales como el Cypermethrine (Excic), el Azamethtipos (Salmosan), el Teflubenzuron (Calicide), el Emamection (Slice) y el Ivermectine (Ivomec) en honor a la verdad. Sin embargo, estos productos no convienen al medio acuático. El Ivermectine, utilizado para el tratamiento del copépodo, es muy tóxico para todo un abanico de la vida marina. Se degrada muy lentamente en el medioambiente y se acumula en el marisco y también en el hombre. El eslógan de Slice es: "Slice Kills Lice" (Slice mata la miseria). Pues Slice mata al copépodo, que es un crustáceo, y asimismo a todos los crustáceos que entren en contacto con éste. El Teflubenzuron, de uso legal, es un producto químico también controvertido, usado para luchar contra los copépodos. Aunque entra en la categoría de los contaminantes muy potentes, su uso ha sido aprobado en 61 criaderos de Escocia. El Sunday Herald de marzo de 2001 ha dado a conocer que este agente, muy poco eficaz (es directamente expulsado en los excrementos en un 95%), alcanzaba sus concentraciones máximas un año después del tratamiento. Esto significa que otras clases de mariscos o de crustáceos... podrían encontrarse afectadas. Y, lo que es más, Nutreco, firma que produce el Calicide, ha reconocido poco tiempo después: "Es posible que el Calicide pueda ser ingerido y entre en la cadena alimentaria" (12).

TODO SIGUE IGUAL
Hasta ahora, todas las declaraciones oficiales de riesgos medioambientales han sido hechas por las empresas concernidas y redactadas por un mismo y único autor (13). Hace exactamente dos años, el gobierno escocés ha lanzado un estudio de un millón de libras sobre los riesgos medioambientales de los productos químicos utilizados en piscicultura. Tardará cinco años, lo que significa que no se dispondrá de ningún resultado antes del 2004. En este intervalo, los 474 productos químicos controvertidos seguirán siendo utilizados. El nivel de dependencia de los productos químicos es tal que el WWF ha calificado a la industria de marras de "industria drogada".
En 1999, cuando se encontraron mil copépodos sobre un único salmón salvaje, la SEPA reconoció que la relación entre estos crustáceos parásitos y el hundimiento catastrófico de la población de salmón salvaje y de trucha "existe, según toda probabilidad". Con una disminución de la población de salmón de un 40% desde 1998, la SEPA en vez de coger el problema de raíz, ha concluido que es una razón más válida aún para autorizar a los piscicultores a utilizar estos productos químicos.

PELIGRO: ANTIBACTERIANOS
Pero la infestación por los copépodos no es el único mal que afecta los estanques de los lochs y de los ríos. En efecto, el inyectar en los peces y en el agua antibacterianos y productos antiparasitarios, purificadores y una notable cantidad de otros aditivos, es el principal método usado para luchar y prevenir las enfermedades. La OMS ha expresado sus inquietudes a propósito de sus efectos sobre la salud humana (14). El Tributyline (TBT), por ejemplo, purificador marino a partir de estaño usado en pinturas, se revela muy tóxico para los crustáceos en los cuales, incluso en bajas dosis, puede provocar trastornos de crecimiento. Cambios en el metabolismo sanguíneo y hepático de los peces suceden con dosis de exposición aún más baja. El TBT se concentra en la grasa. Los alevines de salmón Quinnat en Canadá, los Oncorhynchus Tshawytscha, son conocidos por concentrar el TBT inmediatamente después de una exposición, incluso leve. El TBT y su metabolito, el DBT, han sido reencontrados en los tejidos del salmón, mientras que residuos de organostánicos (compuestos orgánicos del estaño) fueron detectados en los salmones Quinnat criados en los estanques tratados con TBT.
Ahora bien, se sabe que los niños son sensibles a tales productos químicos, sobre todo los que afectan al sistema nervioso, y los adultos no se salvan tampoco.
El uso de antibacterianos puede también estar en el origen de "super-virus", es decir, de bacterias que resisten a los antibióticos. La SEPA estima que unos 10.000 kilos de antibióticos han sido utilizados en las crianzas de salmón en Escocia en 1995. Según la OMS, la resistencia a los antibióticos da lugar a problemas de dos tipos. Primero, "la frecuencia de la resistencia de los patógenos en el hombre puede aumentar a causa del uso de antibacterianos en la acuacultura" (15). En segundo lugar, "hay un riesgo debido a la introducción en el entorno humano de bacterias no patógenas que contienen genes de resistencia a los microbios, y la transmisión de tales genes a los patógenos de los que el hombre es portador" (16).
La OMS concluye que, cuantos más productos antimicrobianos se utilicen, más alta será la frecuencia de microorganismos resistentes: "Está probado que cepas de patógenos resistentes en peces se han desarrollado a partir del uso de antibacterianos para luchar contra las enfermedades de los animales que viven en el agua." (17). Un salmón de crianza capturado en Columbia británica contenía, así, rastros de 11 remedios corrientes de los cuales algunos eran la penicilina, la eritromicina y la ampicilina (18). Mientras la resistencia a los antibióticos se incrementa en el hombre, en fuerza y en complejidad, no se han hecho bastantes esfuerzos para arrancar el problema de raíz, y menos aún para conocer los efectos de los peces en la salud humana y en la población de peces salvajes.
Mientras tanto, nuevas enfermedades como la furonculosis causada por Aeronomas Salmonicida, la necrosis pancreática infecciosa, la anemia infecciosa del salmón AIS y el síndrome cardiomiopático (CMS), resurgen a intervalos regulares. La furonculosis fue responsable del 20% de los fallecimientos de los peces escoceses en 1998. Para citar sólo el último año, el CMS, enfermedad cardiaca mortal, ha eliminado el 60% del pescado de una única corredera (19). La erradicación de la enfermedad costó varios miles de millones de libras. Los veterinarios inculparon a las condiciones de crianza intensivas. "No hay tratamiento conocido puesto que no sabemos con lo que nos enfrentamos", dice el Dr Roger, uno de los veterinarios especialistas. Gordon Rae, el director técnico para la Scottish Quality Salmon, señaló en tono tranquilizador: "No hay motivo para inquietarse" (20).
Cuando el AIS, virus que ataca las células del hígado, fue detectado en Escocia en mayo de 1998, 400.000 peces murieron y tres cuartos de la crianza de salmón fue puesta en cuarentena (21). Contrariamente al principio "el que contamina paga", los contribuyentes han tenido que enjuagar una factura de nueve millones de libras, considerada suficiente para terminar con el AIS. Apenas un año más tarde, nuevos casos se han manifestado en los Shetlands, las islas del Oeste, Loch Roag y Orkney. Para arreglar las cosas, el AIS había pasado la barrera de las especies: fue detectado en la trucha de los mares de diversos criaderos de Escocia (22).
El uso combinado de productos químicos, de pesticidas y de antibióticos, ha fracasado en la erradicación de la enfermedad. Bien al contrario, como los microorganismos se adaptan muy rápidamente, se hacen enseguida resistentes a cualquier nueva mezcla química, sea cual sea su complejidad.

ESCÁNDALO EN LAS HARINAS DE PESCADO
La alimentación de los peces es un sector clave por muchos motivos. Como el salmón es carnívoro, la mayor parte de su alimentación contiene aproximadamente un 45% de harina de pescado y un 25% de aceite de pescado. La primera es habitualmente procedente del pescado de forraje o de derivados de aves de corral (incluidas sus plumas) y de sangre (mezclado con maíz, con soja y con trigo) usado como amalgama. La alimentación basada en despojos de carne y huesos es la menos cara.
En diciembre del 2000, los expertos del Comité Científico para la Alimentación Humana de la Unión Europea, afirmaban en un informe que el pescado de crianza es regularmente contaminado con dioxinas y toxinas. Según el panel, el aceite y la harina de pescado presentaban los niveles más elevados de estos productos químicos, o sea más de diez veces el nivel de dioxinas de los huevos y de la carne. Las dioxinas procedentes de los desechos de industrias y de la incineración son responsables de trastornos hormonales graves y son cancerígenos para los animales y los hombres. Todavía más, estas dioxinas fueron detectadas con niveles aun más elevados en el salmón.
Nada inédito sin embargo: en junio de 1999, unos científicos encontraron niveles de dioxinas elevados en salmones de crianza escoceses. Mientras que la detección de un nivel equivalente en pollos y en cerdos belgas ha llevado a una moratoria, nada parecido sucedió en Escocia. Cuando se preguntó a Susan Deacon, ministro escocés de la Salud, si la alimentación de los salmones estaba sometida a controles de rutina para medir los niveles de dioxinas y otros contaminantes de origen humano, respondió: "¡La Food Standard Agency me ha informado que la alimentación de los salmones no se somete a controles de rutina para medir los niveles de dioxinas y otros contaminantes!" (23). La promesa para el año próximo de una legislación con niveles más estrictos provocará una inevitable protesta general de los lobbies de la industria del pescado.
La fabricación de alimentos para pescado produce residuos de amoniaco en la costa oeste de Escocia. La SEPA ha calculado que, en el año 1999, aproximadamente 100 kilos de compuestos nitrogenados, entre los cuales se encontraba el amoniaco, fueron vertidos en el entorno acuático por cada tonelada de salmón producida. En el mes de julio del mismo año, las veneras (o conchas de pelegrino) fueron alcanzadas por la biotoxina amnésica (24), lo que llevó al cierre temporal de 13.000 km de las aguas con más peces.

INTOXICACIONES
El año pasado, los criaderos de peces vertieron 7.500 toneladas de compuestos nitrogenados al mar, o sea el equivalente de las aguas negras de una ciudad de 3,2 millones de habitantes. La intoxicación amnésica por los moluscos (IAM) reapareció, como se podía prever, en agosto del pasado año. Provoca dolores de cabeza seguidos de entumecimientos y de pérdida de memoria que pueden acarrear la muerte por asfixia. No se conoce antídoto y, en Canadá, una crisis llevó a la muerte a 20 personas. Sabemos igualmente de otras dos intoxicaciones similares, la intoxicación paralizante por moluscos (IPM) y la intoxicación diarreica por moluscos (IDM), nombradas según el trastorno más importante que causan. Algunos conchicultores y algunos ecologistas han atribuido estas crisis a la expulsión de amoniaco que proviene de las crianzas de salmón, afirmando que los compuestos nitrogenados estimulan el crecimiento del alga que produce la toxina. Incluso los expertos gubernamentales admiten hoy en día que hay un vínculo plausible entre la producción de biotoxinas por los mariscos y la crianza intensiva de salmón.

MUERTE DE LA PISCICULTURA FAMILIAR
La expansión masiva de la industria del salmón no ha conducido solamente a estragos medioambientales, sino a la desaparición de los pequeños criaderos, en tanto continúan su actividad otras firmas, a menudo extranjeras. Mientras se afirma que el salmón de Escocia produce 550 millones de libras por año, las compañías extranjeras controlan las tres cuartas partes de las mismas. Las compañías holandesas, belgas y alemanas controlaron 80.000 de las 120.000 toneladas producidas en 1999.
Hablando únicamente del año pasado, Marine Harvest e Hydro Seafoods, las piscifactorías más importantes de Escocia, fueron recompradas por Nutreco, la multinacional holandesa y principal productora en el mundo de alimentos para animales. Ahora, la firma puede imponer su alimento para peces al 50% de las piscifactorías escocesas.
Mientras que los criaderos fueron engrandeciéndose y la producción aumentando en un 400% desde 1998, el número de compañías en el sector piscícola ha bajado en un 40%. En 1999, un informe del gobierno admitía que "Escocia se está haciendo un mercado atractivo para las compañías noruegas, deseosas de aumentar su producción a fin de despacharla al Mercado Común. Con un bajo nivel de confianza en la industria escocesa, a causa de la caída de los cambios, esta tendencia se prevé duradera" (25).

CAMBIOS RADICALES
Son necesarios cambios radicales pero no es preciso que sean dolorosos, onerosos o utópicos. ¿Para empezar, qué decir de un poco de moderación y de toma de conciencia por parte del consumidor?
Una moratoria sobre la expansión de las actividades piscícolas intensivas, la relocalización de criaderos situados en sitios inapropiados, una reducción de la densidad de peces por criadero, la prohibición de los productos tóxicos, un aumento del periodo de desove, una distancia mínima entre los criaderos y una encuesta independiente sobre las consecuencias medioambientales de la piscicultura... ya serían un buen principio, del todo realizable, y cada vez menos inevitable... si queremos restaurar la fama de Escocia como productora de salmón de alta calidad.

Stephanie Roth es miembro del consejo de redacción de The Ecologist

Notas
1 Ann Plaft McGinn. The Blue Revolution. World Watch Magazine, vol. 11, núm 2, marzo-abril de 1998.
2 La cantidad de comida necesaria para producir una tonelada de pescado es menor que para el cerdo y la vaca, y tan económica como para el pollo.
3 El pescado contiene poca grasa y colesterol y es rico en ácido graso.
4 Para los industriales de la acuacultura, el pescado es en este aspecto más interesante que los crustáceos y los mariscos: de media, el 65% del peso neto del pescado es consumible.
5 The Blue Revolution, op cit.
6 Michael Wigan. Farmed Salmon kill the rivers., The Field Magazine, junio de 2000.
7 The One That Got Away. Friends of the Earth, Scotland, abril de 2001. Ver www.foe.scotland.org.uk
8 Ibid
9 Friends of the Earth/Scotland. Whistleblower speaks out over ilegal chemical use., 14 de julio de 2000.
10 Scottish Environmental News. Septiembre de 2000, p5.
11 Food and Safety issues associated with products from Aquaculture. WHO Technical Report Series 833, 1999, p28 y 79 www.who.int/fsf/new.htm
12 Sunday Herald. Dynamite report reveals fish pollution. 11 de marzo de 2001.
13 Friends of the Earth. The One that Got Away., op.cit.
14 Food and Safety Issues Associated with Products from Aquaculture. WHO Technical Report Series -833,1999 www.who.int/fsf/ new.htm
15 Food and Safety Issues Associated with Products from Aquaculture, WHO Thecnical Report Series 833, 1999, p26. www.who.int/fsf/ new.htm.
16 Ibid.
17 Food and Safety Issues Associated with Products from Aquaculture. WHO Technical Report Series 833, 1999, p26.
18 Letter to the editor by Anne Maseness Bellingham, The World and I Magazine, octubre de 2000.
19 The Independent. Deadly Heart Disease fund at Salmón Farms., 2 de mayo de 2000.
20 Ibid.
21 The Guardian. On a Salmón Farm that kill Wild Fish, too, 27 de noviembre de 1999.
22 Ibid.
23 Scottish Parliament, Question and Answer: ¿Dioxin Testing in Salmón Feed? Asked by Georges Lyon (Argyll & Bute), 12 de marzo de 2001.
24 La intoxicación amnésica está causada por una toxina marina, el ácido domoico, secretado por un alga microscópica del plancton, Pseudo-Nitzchia Australis. El ácido domoico puede acumularse en proporciones tóxicas, hasta mortales en los moluscos bivalvos y en las vísceras de cangrejo de mar. Las toxinas no matan a los mariscos y no provocan ninguna modificación visible de su apariencia, de su olor o de su gusto que podría señalar su toxicidad a los consumidores. A medida que las condiciones hidrográficas se hacen menos favorables para el alga, la proliferación disminuye y, gradualmente, los mariscos eliminan por sí mismos la toxina y su consumo ya no presenta peligro.
25 Friends of the Earth. The One that Got Away., op.cit.


Entradas populares de este blog

Científicos declaran oficialmente el fluoruro (flúor) como una neurotoxina

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Japón decidió deshacerse de todos los hornos de microondas en el país antes de finales de este año