Nuevo vaciamiento del Cachet 2 hace resurgir cuestionamientos a represas en el río Baker



* Preocupación en Caleta Tortel debido a que en el estudio de impacto ambiental de Endesa y Colbún para construir centrales hidroeléctricas no se evaluó el efecto de los GLOF’s en un posible colapso de los embalses.

Coyhaique.- “El evento del desagüe del Lago Cachet 2 ocurrido este año 2008 no fue una sensación de riesgo, los pobladores de nuestra comuna y que están el tramo final de la desembocadura del Baker sufrieron inundación de sus predios llegando el agua hasta sus casas y en el caso de Caleta Tortel el nivel del agua superó los niveles normales para época considerando que el río Baker venia con un nivel bajo”.
Esta frase no corresponde a una declaración hecha durante los últimos días producto del nuevo vaciamiento del lago Cachet 2, que obligó a la evacuación de decenas de pobladores en la zona donde llegan las aguas del río más caudaloso de Chile. Forman parte de las observaciones que la Municipalidad de Tortel hizo al estudio de impacto ambiental que HidroAysén presentó en agosto del año pasado, y en el cual no se consignó información actualizada sobre el fenómeno, y en opinión de varios servicios simplemente se le bajó el perfil.
“El estudio no presenta antecedentes del vaciamiento catastrófico del lago de origen glaciar Cachet 2 ocurrido en abril de 2008. Se solicita  estudiar sus efectos sobre la Cuenca del Río Baker y la recurrencia del evento” señaló en la ocasión el Servicio Nacional de Geología y Minería, en tanto que la Dirección General de Aguas solicitó “considerar el riesgo por vaciamiento violento de lagos interglaciares conocido como GLOF’s por su sigla en inglés. Como por ejemplo el reciente vaciamiento del lago Cachet 2 en el Glaciar Colonia”.  En la práctica, se habrían minimizado los efectos sus efectos del fenómeno (que ha generado graves problemas a la zona sur de Aysén como cortes de caminos, pérdida de ganador, aislamiento de localidad), como lo dejó en claro el gerente general de HidroAysén, Hernán Salazar, quien dos meses antes de la presentación del EIA expresó que la primera ocurrencia del fenómeno en abril del año pasado (se ha vaciado ya en 4 ocasiones) no modificaba la línea base y que “éste no es un fenómeno nuevo y fue ampliamente estudiado y previsto por los glaciólogos e ingenieros que participaron en la definición de nuestro estudio de línea base ambiental”.
Pasadas las 19 horas del jueves, Claudia Torres, funcionaria municipal, enviaba un mail de alerta expresando que “se está evacuando a los pobladores por precaución porque está creciendo mucho el Baker”. Posteriormente los organismos de Gobierno como la Onemi y Conaf apoyaron la evacuación preventiva ante posibles inundaciones que pudieran ser causadas por la recurrencia de este fenómeno.
Ante las dudas que dejó el estudio la Municipalidad de Tortel solicitó expresamente realizar una modelación física del riesgo de inundación que tendría esa localidad frente a una eventual ruptura de la presa de la central Baker 2 (que se emplazaría aguas arriba de la caleta), dado que un análisis realizado por el Departamento de Física de la Universidad Tecnológica Metropolitana estableció que un colapso de miles de metros cúbicos por segundo llegarían a la localidad en menos de una hora, con catastróficas consecuencias.

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Fenómeno ocasiona daños y pérdidas a los pobladores del Baker.
Molestia por nula presencia de las autoridades en los predios afectados por vaciamiento del lago Cachet II
 
Pérdidas en ganado, la inundación de los caminos que unen a Cochrane con los sectores Colonia Norte y Colonia Sur, el daño temporal en puentes en dichas rutas vecinales, además del anegamiento parcial de casas y galpones ubicados en las riberas de los ríos Baker y Colonia fue el saldo del último vaciamiento del Lago Cachet 2, el cuarto en menos de un año.
Este fenómeno, que afecta al lago de origen glacial ubicado en Campos de Hielo Norte, produjo al igual que en ocasiones anteriores un rápido aumento del caudal del río Baker, llegando a alcanzar los 3.812 metros cúbicos por segundo según registró la estación satelital de control fluviométrico que la Dirección General de Aguas (DGA) tiene instalada un kilómetro aguas debajo de la confluencia de los ríos Baker y Colonia.
Así pudieron comprobarlo y padecerlo también varios pobladores de la zona.
Es el caso de Pablo Ruiz, quien se encontraba en el Fundo Tres Limones, de propiedad de sus padres, ubicado a orillas del Colonia. Justamente en la playa tenía una treintena de animales, los cuales desaparecieron debido al enorme caudal que mantenía el río.
“Creció mucho más que todas las veces, y venía el agua más fuerte que nunca.  Se me quedaron unas ovejas en una isla, y por lo visto murieron.  Fueron como 30 a 35 que desde la última creciente que las llevamos allí, pensando que no iba a crecer de nuevo.  Estaba en la isla, pero cuando quise salir vi que estaba repleto de agua, así que tuve que hacer nadar al caballo, volver y dejarlas ahí nomás.  Después estaba la isla tapada de agua” explicó sobre la situación.
 
MOLESTIA DE LOS POBLADORES
Pablo Ruiz se quejó de la poca preocupación y presencia de las autoridades, pues según dijo los funcionarios sólo se han limitado a sobrevolar la zona en helicóptero sin aterrizar en los predios afectados para constatar el estado de los pobladores y ver in situ la real magnitud de los daños que ocasionó el fenómeno.
“Lo he escuchado por radio.  Pero igual andan  todos medio asustados, por la siguiente creciente que viene, que no se sabe cómo va a ser.   Igual está bien eso de que avisen todo, pero hay poca preocupación de la autoridad.  Pasan en los helicópteros lejos, pero qué sacan si desde arriba no van a ver cómo está la gente abajo.  De allá arriba lo ven todo bien, pero tendrían que bajar a visitar a los pobladores, no a tomar mate y todo eso, pero sí a ver cómo están, a ver si necesitan algo” señaló.
Otros vecinos también se vieron afectados por la crecida del río. Es el caso de Gabriela Loeschner, quien vive a unos diez kilómetros aguas arriba de la confluencia de los ríos Colonia y Baker, quien vio como las aguas de este último regresaban contracorriente debido al gran caudal del río Colonia que producía el retroceso del Baker, causando la inundación parcial de su casa en cerca de medio metro.
Otro poblador afectado es Neftalí Barros, propietario del Fundo Piedra Blanca, quien padeció la inundación parcial de su galpón, ubicado en las proximidades del río Colonia.
 
EL OPERATIVO
En la Agrupación de Defensores del Espíritu de la Patagonia se dio una versión distinta a la que ha circulado sobre el origen de la alerta.  Explicó su presidente, Marco Díaz, que el operativo para informar a los pobladores del Baker se inició pasadas las 15:00 horas del jueves pasado en la organización se constató a través del sitio web que de DGA que la estación satelital registraba un rápido y constante aumento en el caudal del Baker.
Los dirigentes, que venían revisando permanentemente el volumen de agua del río, alertaron a Carabineros de la Cuarta Comisaría de Cochrane, a la Gobernación Capitán Prat y al Municipio local, donde dialogaron con el funcionario Luis Parada, encargado de Oficina Nacional de Emergencias, quien informó inmediatamente por vía radial a los pobladores del Baker, que establecían contacto en ese momento a través del reporte de las 15:00 horas.
“Hemos estado monitoreando el río, porque nos dimos cuenta que las autoridades no lo estaban haciendo y no nos hacían caso con el plan de emergencia que habíamos presentado.  El jueves 5 de marzo a las 11 de la mañana nos dimos cuenta que el caudal comenzaba a subir considerablemente, y lo monitoreamos para confirmar a las 2 de la tarde que el lago Cachet II se estaba vaciando” señaló Marco Díaz.  Agregó que luego de ir a distintos organismo públicos para dar la alerta, “se procedió a avisar a todos los pobladores de la cuenca del Baker y Caleta Tortel, y gracias a eso se pudo dar la alerta temprana y gran parte de los pobladores pudieron sacar sus animales”.
Finalmente, el dirigente señaló que el proyecto Centinela que se  planea implementar en el futuro debe ser complementado con la instalación de equipos satelitales en el río Colonia y junto con eso se debe diseñar e implementar un sistema informático que avise del aumento de los caudales, el cual debiera instalarse según dijo, en la DGA y en la instalaciones de la Comisaría de Cochrane con el objeto de acelerar el aviso de alarma a los pobladores.

Comunicaciones
Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida

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