Lo pequeño es hermoso

En el entusiasmo producido por el descubrimiento de los poderes científicos y tecnológicos, el hombre moderno ha construido un sistema de producción que viola la naturaleza y un tipo de sociedad que mutila al hombre. Se piensa que si tan sólo hubiera más y más riqueza, todo lo demás estaría solucionado. Se considera al dinero todopoderoso; si no puede comprar valores inmateriales tales como la justicia, la armonía, la belleza o incluso la salud, al menos puede hacer olvidar la necesidad de ellos, o compensar su pérdida. La ‘lógica de la producción’ no es ni la lógica de la vida ni la lógica de la sociedad. Es tan sólo una parte pequeña de ellas y está al servicio de la humanidad. El llamado ‘realismo’ que se comporta como si el bien, la verdad y la belleza fueran demasiado vagos y subjetivos para adoptarlos como los objetivos más altos de la vida social o individual, o que los considera como un trampolín hacia la obtención de la riqueza y del poder, ha sido apropiadamente...