El "error" de la EPA que puede matar millones de abejas y sus repercusiones en la UE



“La Agencia de Protección Ambiental de los EEUU, EPA, tendrá que enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones, ahora que un tribunal federal ha decidido que no cumplió con la Ley de Especies en Peligro de Extinción, cuando aprobó el empleo de 59 pesticidas sin consultar primero con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre sobre si esos productos químicos representaban un riesgo para algún animal.”

El caso EPA
La demanda contra la EPA fue presentada por el Centro de Seguridad Alimentaria, Beyond Pesticides, el Sierra Club, el Centro para la Salud Ambiental y cuatro apicultores particulares, afectados por la aplicación de los pesticidas neonicotinoides. El tribunal sostuvo que la EPA aprobó indebidamente 38 plaguicidas que contenían tiametoxam y 21 plaguicidas que contenían Clothianidin. pesticidas del tipo neonicotinoides, que muchos científicos sostienen que son los responsables de la muerte de millones de abejas durante la última década.
La jueza Maxine Chesney, del Tribunal de los Estados Unidos en el Distrito Norte de California, señaló en la página 22 de su decisión, que la EPA la estableció que tenía evidencia de daño a especies en peligro en sus propios documentos. Una hoja informativa de la EPA afirmaba que los pesticidas neonicotinoides podrían resultar un riesgo tóxico agudo o crónico para las aves pequeñas y los mamíferos en peligro de extinción, si comían semillas o plantas tratadas.
Debido a esta decisión, la EPA tendrá que consultar con el USFWS para determinar, a través de una consulta sobre las Especies en Peligro de Extinción, si cualquier animal amenazado podría ser víctima de los pesticidas.
¿Qué son los neonicotinoides? 
Los agricultores de los EEUU y de otras partes del mundo (incluida España) emplean insecticidas del tipo de los neonicotinoides, para cultivar una enorme cantidad de productos, que van desde maíz, soja, algodón, trigo y algunas frutas y verduras. Buen ejemplo de ello es el maíz: en general solo el 30% de los cultivos de estas plantas eran tratados con insecticidas, pero tras la introducción de este tipo de productos a mediados de la década de 2000, entre el 80 y el 95 % de los cultivos lo emplean rutinariamente.
Los insecticidas neonicotinoides funcionan de manera diferente que otros insecticidas, porque son sistémicos. Y eso significa que la planta realmente absorbe el tratamiento, por lo que está presente en su polen, néctar, tejidos, residuos de cultivos, raíce, etc. Este tipo de producto no se puede quitar una vez aplicado, porque pasa a ser parte de la planta. Eso significa que quienes ingieren los productos y sub productos de los cultivos tratados, se están comiendo parte del insecticida. Y según el Centro para la Seguridad Alimentaria de los EEUU, los restos de neonicotinoides persisten en los suelos y son solubles en agua.
¿Qué dice la UE?
Desde 2013 se viene librando una feroz batalla entre activistas ambientales y los fabricantes y agricultores. Estos últimos argumentan que los insecticidas son vitales para la protección de los cultivos y que la oposición a ellos es política.
UE impuso una prohibición temporal del uso de los principales neonicotinoides, en algunos cultivos ese año. Sin embargo, las nuevas propuestas pretenden una prohibición total de su uso en los campos, con la única excepción de las plantas enteramente cultivadas en invernaderos
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) encontró en 2016 que el uso de estos pesticidas en todos los cultivos representa un alto riesgo para las abejas. Como resultado, la Comisión Europea ha propuesto una prohibición total fuera de los invernaderos, que deberá votarse en breve.


Fuente: Naturaleza

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