Mares que desaparecen: el legado ambiental de una prosperidad efímera
La evidencia científica nos dice que el nivel de los mares y océanos del mundo está subiendo. Enormes volúmenes de hielo que se funden debido al calentamiento global fluyen para aumentar sin cesar el nivel del mar, alterando, además, su salinidad. Sin embargo, en muchas cuencas endorreicas, aquellas que no tienen salida al mar, ocurre lo contrario. Estos grandes lagos o pequeños mares se vacían a un ritmo asombroso y en ese proceso de achicamiento cada vez son más salinos. La lista no deja de aumentar, y un estudio reciente lo corrobora con imágenes satelitales. En los últimos 30 años, el almacenamiento de agua en el 53 % de estos cuerpos de agua, que acumulan el 87 % del agua dulce líquida en la superficie terrestre, ha disminuido significativamente. Por Jaime Martínez Valderrama El caso del mar de Aral: El mar de Aral era, en su esplendor, la cuarta masa de agua interior más grande del mundo, ocupando una extensión de 68 000 km². La enorme evaporación de esta cuenca, en el corazón de