Argentina: Bosques en disputa, aportes para una discusión a destiempo
El libro compilado por Lorenzo Langbehn y Mariana Schmidt reúne el trabajo del colectivo de la Red Bosques, Políticas y Territorios. Los textos ponen en perspectiva los aprendizajes de la aplicación de la Ley de Bosques en un contexto de destrucción deliberada de las capacidades estatales de intervención y control en materia ambiental.
Por Lorenzo Langbehn y Mariana Schmidt *
Hablar de las políticas de protección de los bosques nativos en Argentina es hablar de contradicciones, ambigüedades y conflictos. Pero también es hablar de esperanzas, organización colectiva y esfuerzos genuinos de activistas, asambleas ambientales, organizaciones campesinas, pueblos indígenas, equipos técnicos y de investigación, integrantes de organismos gubernamentales y no gubernamentales. De este panorama con altibajos trata el libro Bosques en disputa, una obra colectiva de la Red Bosques, Políticas y Territorios, que acaba de salir publicada por la colección del Instituto de Investigaciones Gino Germani y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación.
Repasemos un poco la historia. La sanción en 2007 de la Ley 26.331, conocida como ley “de Bosques”, fue consecuencia de un amplio proceso de movilización social. Se opusieron a ella grandes intereses del sector agropecuario, principalmente, de varias provincias del norte del país, con buena llegada a las bancadas legislativas. También su implementación, una vez aprobada, fue objeto de importantes conflictos y controversias.
El gobierno nacional tardó más de un año en sancionar el decreto reglamentario y las provincias, que en el término de un año debían clasificar sus bosques, decidiendo cuáles serían destinados a conservación (categoría I, rojo), cuáles podían ser explotados pero no deforestados (categoría II, amarillo) y cuáles podrían eliminarse (categoría III, verde), se tomaron varios años para hacerlo. A su vez, esta clasificación (denominada Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos) debía actualizarse cada cinco años, pero las provincias se han demorado en cumplir con este requisito. Los procesos de actualización en varias provincias provocaron conflictos intensos que se prolongan hasta la actualidad.
Los ordenamientos vigentes clasifican más de 53 millones de hectáreas de bosques en todo el país. De este total, un 21 por ciento está destinado a la categoría I, un 60 por ciento a la II, mientras que un 19 por ciento quedó en categoría III, liberado a la deforestación. La Ley de Bosques preveía una compensación para las provincias que protegieran sus bosques y para los titulares de los bosques sujetos a restricciones. Pero los sucesivos presupuestos nacionales, comenzando en 2010, siempre otorgaron al financiamiento de la política mucho menos de lo que la norma indicaba (el 0,3 por ciento del presupuesto nacional). En los últimos años, la cifra estuvo en torno al 10 por ciento de lo exigido por la ley, y en el borrador del presupuesto 2025 no alcanza al 1 por ciento.
Según datos oficiales, en el período 1998-2022 se perdieron cerca de 6,4 millones de hectáreas en las distintas regiones forestales de Argentina. De ese total, el 57,6 por ciento, que equivale a más de 3,6 millones de hectáreas, fue deforestado durante la vigencia de la ley. La mayor parte de las superficies deforestadas entre 1998 y 2022 se ubica en la región chaqueña y corresponden a Santiago del Estero (2 millones de hectáreas), Salta (1,5 millones hectáreas), Chaco (800 mil hectáreas) y Formosa (500 mil hectáreas). Por otra parte, desde 2020 en adelante se suman como una importante causa de pérdida de bosques los incendios forestales, que vienen ocurriendo en diversas zonas del país.
En cualquier caso, el ritmo de la deforestación se redujo después de la sanción de la Ley de Bosques. Sin embargo, se debate en qué medida esa reducción puede atribuirse a su aplicación. Se señala, por ejemplo, que gran parte de la superficie deforestada corresponde a bosques zonificados como de alto y mediano valor de conservación. Tomando como ejemplo el año 2022, de casi 212 mil hectáreas deforestadas, cerca de la mitad eran bosques de las categorías I (24.397 ha) y II (72.311 ha). Esto mostraría un escaso acatamiento de la legislación, aunque es posible que sin ésta aún más bosques habrían seguido el mismo destino.
Bosques en disputa, capítulo a capítulo
El libro Bosques en disputa intenta reflexionar sobre los desafíos que significó la implementación de la Ley 26.331, sobre los conflictos y controversias que suscitó, y sobre los aprendizajes que permitió. A lo largo de sus capítulos recorre gran parte de la geografía del país, desde Chubut hasta Misiones y Salta, pasando también por territorios que quizá no se asocian a los bosques, como Mendoza y Buenos Aires. En una primera parte se presentan enfoques más generales, que miran al país en su conjunto o abordan discusiones de orden conceptual.
Lorenzo Langbehn y Lucas Figueroa recorren la construcción de las articulaciones institucionales entre los organismos nacionales y provinciales encargados de llevar adelante la política de bosques nativos. Pablo Barbetta y Diego Domínguez analizan la conflictualidad en torno a los bosques nativos y muestran la coexistencia de demandas de tipo ambientalista con luchas por los territorios de vida de sujetos rurales subalternizados. Por su parte, Pablo Barbetta, Walter Mioni y Clara Minaverry discuten los conceptos de juridificación y judicialización de las fuentes de derecho vinculadas con la protección ambiental de los bosques nativos en el país.
Finalmente, Constanza Casalderrey Zapata y colegas, a partir del análisis de diferentes instrumentos de compensación o incentivo económico para la protección de los bosques, reflexionan sobre la noción de servicios ecosistémicos y la economización de la política ambiental.
El libro Bosques en disputa intenta reflexionar sobre los desafíos que significó la implementación de la Ley 26.331, sobre los conflictos y controversias que suscitó, y sobre los aprendizajes que permitió.
En una segunda parte, capítulos con enfoque comparativo ponen en relación los casos de diferentes provincias. Mariana Schmidt y Malena Castilla muestran paralelismos y divergencias en los conflictos por la actualización de los OTBN en Salta y Chaco. Natalia Boffa y Alma Tozzini reflexionan sobre las (des)vinculaciones entre la aplicación de la política de bosques nativos y el reconocimiento de los derechos territoriales de pueblos indígenas en Salta y en Chubut. Magalí Paz y Gabriel Stecher contrastan los modos en que la naturaleza se vuelve mercancía para la actividad turística en Neuquén y en el valle de Traslasierra en Córdoba.
Delia Ramírez, Jonathan von Below y Fernando Laprovitta muestran cómo se procesa la tensión entre desarrollo y conservación en Misiones y Corrientes. Por su parte, Patricio Straccia y Marina Wertheimer analizan la diferente trayectoria de los conflictos por el ordenamiento de bosques nativos en dos zonas de la provincia de Buenos Aires, las islas del Delta del Paraná y la ribera de Quilmes. Por último, un equipo encabezado por Clara Rubio realiza una comparación entre la experiencia de formulación del OTBN en Mendoza en su primera versión, producida entre 2008 y 2010, y en su reciente actualización.
Un mosaico de regiones y conflictos económico-productivos
Esta mirada amplia y a la vez minuciosa es indispensable para buscar comprender algunos de los desafíos que enfrenta la política ambiental en Argentina, con su enorme diversidad de ecorregiones y su mosaico de diferentes paisajes políticos y económico-productivos. Si en Salta, Santiago del Estero, Formosa o Chaco los principales procesos que amenazan la existencia y la salud de los bosques y de las poblaciones que viven con ellos se vinculan con la expansión del agronegocio, en las provincias patagónicas la presión proviene más bien de los emprendimientos turísticos y la especulación inmobiliaria, mientras que en Misiones y Corrientes el principal vector de disrupción son las plantaciones forestales.
Estos procesos suponen diferentes formas de organización del capital, diversas temporalidades y tecnologías, y se encuentran en cada caso con heterogéneas formas de vida, tramas políticas y capacidades institucionales para canalizar de algún modo los conflictos emergentes. La política nacional se difracta en un caleidoscopio de situaciones locales con sus dinámicas propias, sus disputas y eventualmente sus acuerdos. A la vez, se ha ido construyendo trabajosamente un andamiaje institucional que mantiene unida toda esa complejidad, a costa sin duda de soluciones de compromiso, de ambigüedades e incluso de incoherencias.
Para poder mirar y analizar esta diversidad es necesario que también la investigación se articule de manera federal. La condición de posibilidad para ello vino dada por la Red Bosques, Políticas y Territorios, un espacio que vincula a investigadoras e investigadores de universidades nacionales y organismos estatales, con presencia, hasta el momento, en 15 provincias. Esta articulación permitió aunar el conocimiento detallado de los casos particulares con la mirada ampliada que permite el diálogo y la comparación.
Por cierto, como sucede con cualquier libro de investigación, ha transcurrido un tiempo entre el momento en que se han realizado las indagaciones empíricas hasta la redacción, discusión y edición final. En situaciones de estabilidad política e institucional, esta demora se hace menos patente y lo que se ha estudiado puede seguir enseñándonos algo acerca del funcionamiento presente de una política y aportar al aprendizaje colectivo necesario para su mejoramiento. Pero en un contexto de grandes turbulencias, e incluso de destrucción deliberada de las capacidades estatales de intervención y control como el que estamos atravesando, es posible que el destino de un libro como éste finalmente sea el de una cápsula de tiempo, que contribuya a guardar algunas enseñanzas para la construcción, en un futuro menos desquiciado, de las políticas ambientales de las que la Argentina no podrá prescindir en el mediano y largo plazo.
Sin duda, no son sólo enseñanzas positivas las que podremos extraer del modo en que se ha desplegado hasta aquí la política de protección de los bosques nativos. En todo caso, los actuales dispositivos de protección del bosque y del ambiente, precarios y desarticulados, deberán ser superados por propuestas más transparentes, eficaces y justas. Para esto será clave aprender de la experiencia adquirida en los procesos de construcción de las actuales políticas, sistematizada en trabajos como éste y muchos otros.
*Coordinadores del libro Bosques en disputa, que se presentará el próximo viernes 29 de noviembre a las 17 en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (Pte. J. E. Uriburu 950, 6to piso, aula 1).
Bosques en disputa se encuentra disponible para su libre descarga en el siguiente link: https://iigg.sociales.uba.ar/2024/11/13/bosques-en-disputa
La Red Bosques, Políticas y Territorios invita además a la Jornada “El futuro de los bosques en Argentina: mercados, derechos e instituciones en disputa”, que tendrá lugar el jueves 28 de noviembre de 9.30 a 19 hs en Edificio Volta (Av. R. S. Peña 832, piso 6, aula 605, CABA).
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/bosques-en-disputa-aportes-para-una-discusion-a-destiempo/