Bolivia: “La minería es una de las armas más letales para extinguir a los pueblos indígenas”

La portavoz de la CONTIOCAP, Ruth Alipaz, denuncia las agresiones a territorios indígenas en Bolivia por el plan IIRSA y cómo la figura de Estado plurinacional ha servido para justificar invasiones: En 2018, Ruth Alipaz, como miembro de la Mancomunidad de Comunidades Indígenas de los Ríos Beni, Tuichi y Quiebey; y actual portavoz de la CONTIOCAP, Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas, denunció ante las Naciones Unidas al gobierno boliviano de Evo Morales por llevar adelante un proyecto de construcción de dos centrales hidroeléctricas, el Bala-Chepete, sin realizar la consulta libre, previa, informada y de buena fe a las comunidades que ancestralmente habitan su región, y que serían afectadas con desplazamiento forzoso por la inundación de sus territorios.

Carlos Soledad

El proyecto hidroeléctrico Bala-Chepete, respondía a las necesidades del plan IIRSA. En el 2000 se reunieron doce presidentes de Sudamérica para la lanzar la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, IIRSA, como se le conoce popularmente. Su historia nació con el objetivo de la “superación de los obstáculos logísticos y de infraestructura física de la región”(1). Desde entonces, se han llevado a cabo trece cumbres sudamericanas en las que se fue progresando hacia la conformación de la Unión de Naciones Suramericana, UNASUR, constituyéndose en mayo de 2008. Según los principales estudios disponibles en 2010, para el analista Raúl Zibechi, uno de los objetivos de esta integración ha sido “poder volcar los recursos naturales de los países sudamericanos para los mercados norteamericanos y europeos”.
En el tratado constitutivo de la UNASUR, la integración y la unión suramericanas se basan en principios como participación ciudadana y pluralismo, así como en la reducción de las asimetrías y en la promoción del desarrollo sostenible, a través de “canales efectivos de comunicación, consulta y discusión en las diferentes instancias de UNASUR” (2). Sin embargo, este ideario “dista mucho de las prácticas que han sido ejecutadas por el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) con el expresidente Evo Morales a la cabeza hasta 2019 y a partir de 2020 con Luis Arce”, afirma Ruth Alipaz a quien conocimos en el mes de mayo en València, Estado Español, como parte de una gira de denuncia por Europa organizada por las ONGs Alianza por la Solidaridad y Action Aid. En esta ocasión ha atendido a El Salto para dialogar sobre los efectos del IIRSA en su región y sobre la trampa en que se ha convertido el Estado Plurinacional boliviano.
¿Cómo te convertiste en defensora del territorio?
Cuando ya no pude soportar cómo los poderes empresariales y estatales amenazaban nuestra existencia como pueblo indígena. En 2009 en mi territorio, empresarios madereros, vinieron a mi pueblo a ofertar camino asfaltado, ofrecían motosierras para que nosotras taláramos nuestros bosques y les pagáramos el nuevo camino con madera. Te doy máquina para que cortes árboles y me pagas con madera. Trabajo indigno, humillante, para sus propios intereses. Esto me provocó a ponerme al frente en la defensa del territorio.
En esta ocasión se impulsaba la concesión de 31 mil hectáreas de bosque de mi territorio. Entonces presentamos otra idea de aprovechamiento para que ese bosque permaneciera generando beneficios. No igual, como la madera que genera dinero mucho más y rápido. Nosotros propusimos hacer turismo especializado en observación de aves. Después de mucha lucha, el bosque sigue en pie. En el largo tiempo, el objetivo de proteger el área se ha cumplido, ya son 15 años que podemos seguir disfrutando del bosque y del agua que se protege, porque el área ha sido zonificada en nuestro Plan de Vida como Zona 1, Refugio Turístico y Reservorio de Agua. Pero he sentido mucha indignación y rabia de que te quieran atropellar. Y defender el territorio significa vencer barreras personales y colectivas.
Como segunda amenaza, se quisieron construir dos centrales hidroeléctricas como parte de la IIRSA, 40% o 50% de mi territorio se iba afectar, lo iban a inundar, la sola idea de perder el territorio, la memoria, tu raíz, tu origen y punto de partida… No puedes quedarte callado. ¿Por qué nos convertimos en defensoras? Porque nos obligan, nos vemos forzadas a tener que luchar. Estar en alerta constante. Te conviertes en esa persona que incomoda incluso en tu territorio porque te ven como la que se opone al desarrollo, y que eres mal vista por el Estado y las empresas. No es algo que queramos. No se planifica, es una responsabilidad, nos vemos comprometidas a defender la vida, el agua y el territorio.
¿Cómo es tu pueblo y qué relación tiene con el Estado boliviano?
Mi pueblo está ubicado en el noroeste del departamento de la Paz, en la región amazónica, dentro del Parque Nacional Madidi, que es un área que en 2018 fue catalogada como una de las áreas protegidas más megadiversas del mundo por su notable biodiversidad en cuanto a especies. Somos un pueblo, San José de Uchupiamonas, lleva el nombre de un santo por la colonización. Nosotras la nación Uchupiamona, hemos vivido en el valle del río Tuichi desde siempre, éramos nómadas, por lo que nos movíamos de un lugar a otro en las riberas del río, en diferentes momentos en nuestro territorio.
Actualmente viven permanentemente entre 60 y 70 familias, unas 300 o 400 personas. Es un pueblo rodeado por la selva amazónica, en las últimas regiones montañosas de los Andes. Es una cultura que mantiene tradiciones, saberes, espiritualidad, lugares sagrados. La juventud todavía se interesa por aprender la música, las danzas, las fechas de los rituales, etc. Es así como seguimos después de 408 años de nuestro encuentro con los invasores en 1616, y luego fuimos reducidos a una misión de los franciscanos. Estamos aquí y hemos mantenido nuestra cultura.
La relación con el Estado, siempre ha sido de abandono, de olvido. Ante eso, hemos buscado maneras de sobrevivir como cultura. En los noventa incursionamos en el turismo comunitario, para evitar que desaparezcamos y como respuesta al boom de la extracción de la madera en la región. Buscar alternativas que nos permitan vivir, seguir existiendo como cultura, como pueblo indígena. En Bolivia en general todos los pueblos siempre hemos sido relegados, discriminados, no tomados en cuenta. Pero hemos sabido sobrevivir a través del tiempo con nuestros propios recursos, saberes y medios de vida. Cuando se inicia una relación con el Estado, es cuando hay abusos. En los últimos 18 años, con la lucha por el poder y el posterior gobierno catapultado por los movimientos, esperábamos un cambio a esa forma de trato, pero no se consolidó, la relación con el Estado ha continuado siendo de lucha, de defensa, contra el poder empresarial, protegido por el Estado y contra el Estado mismo, que sigue sin tomar en cuenta nuestra existencia y sigue violando nuestros derechos.
Nunca se ha establecido una relación equilibrada para coordinarnos y planificar conjuntamente, según nuestras propias formas de vida, siempre ha sido de imposición. El estado impone su poder sobre los pueblos indígenas, atropella en todos los niveles, en el ámbito político, económico, de educación, de justicia, no hay todavía esa relación que se preocupe en velar por el respeto de nuestras formas de vida como pueblos.
Los indígenas somos obstáculos para los planes desarrollistas del Estado boliviano. Por ejemplo, mi pueblo actualmente se está defendiendo del Estado, tenemos que sacar una resolución para evitar que nuestro río Tuichi sea concesionado al 100% para actividad minera, siendo que ya está 98% concesionado para exploraciones petroleras. ¿Qué relación puede haber con el Estado ante estas amenazas? Lo que hay es imposiciones. Y los gobiernos se justifican, diciendo que hay prioridad nacional, para la economía del país. Entonces, si te opones, de algún modo estás “violando” leyes que son anticonstitucionales. Nosotros que vivimos ancestralmente ahí, te conviertes en el obstáculo para que el país supuestamente se desarrolle. Los pueblos indígenas nos seguimos empobreciendo, porque nos quitan todo, desaparecemos como cultura, nos obligan a migrar, porque ya no hay medios de vida. Esa es la relación que existe con el Estado.
¿Qué papel ha jugado el Movimiento al Socialismo?
El MAS es un partido político nacido desde los sectores populares para reivindicar derechos, para que los pueblos condujeran un proceso de transformación de un Estado republicano a uno plurinacional. Y así, vivir cada pueblo originario con respeto, dignidad y armonía en su territorio. Que nadie fuera discriminado por pertenecer a otra cultura. Pero tristemente, el modelo republicano ha pervivido y el Estado plurinacional se quedó en papel. En casi 18 años de Estado plurinacional poco se ha consolidado, principalmente las normas que permiten ejercerlo, pero más allá de eso, nada. Y es que desde el gobierno se siguen generando obstáculos a esos derechos. Esto nos estanca en reivindicar y no en ejercer. Hay voces desde otras líneas políticas, que ante las próximas elecciones creen que el problema es por tener un Estado plurinacional, que es un Estado fallido que genera la crisis. Pero aún no hemos siquiera podido consolidar, porque no se nos permite desde el Estado, no ha habido un cambio real aún para los pueblos originarios.
El MAS se ha convertido en una decepción para los pueblos indígenas y los sectores populares lamentablemente. Para mí, ha lastimado esa credibilidad que podíamos haber consolidado como pueblos indígenas. Del ex-presidente Morales se vendió una idea de defensor de la madre tierra, de salvador de los pueblos, pero eso quedó para la imagen internacional, lo que sí ha hecho es negociar con los empresarios, con sectores de derecha, que violan nuestros derechos y finalmente permitir el plan IIRSA que garantiza la destrucción de los pueblos. Inmediatamente que se inauguró la nueva constitución hubo una represión muy fuerte a los hermanos indígenas del TIPNIS que se oponían a la construcción de una carretera que dividiría su territorio en dos partes para comunicar el norte con el centro del país, es decir colonizarlo (5).
¿Cuáles han sido los efectos del IIRSA en la región?
La IIRSA ha reconfigurado el territorio de varios países, pero particularmente de Bolivia, por estar al centro de Sudamérica, es uno de los más afectados. Evo Morales comenzó su implementación con la carretera al TIPNIS, ese fue el primer proyecto, lo cual generó su defensa en 2010 cuando se realizó una marcha que fue gravemente reprimida en el 2011. El IIRSA tenía prevista también la construcción de 22 centrales hidroeléctricas para ser el centro energético de Sudamérica, así lo catalogó Evo Morales. El Bala-Chepete estaba localizado en la cuenca del río Beni en mi región, afectando el territorio de seis naciones indígenas, por la cual se hizo la denuncia ante la ONU.
Entonces en 2016 enfrentamos una férrea lucha en nuestro territorio con nuestras 18 comunidades. Más de 5000 indígenas que seríamos desplazados de nuestros territorios. Este proyecto no había pasado por la consulta libre, previa e informada, es por eso que hemos ido al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas. El plan IIRSA ha violado muchos derechos en Bolivia, también el proyecto Rositas en territorio guaraní. Una razón es también porque desde las Naciones Unidas se promueve que son energía limpia, como renovables, pero no se toma en cuenta las graves afectaciones a los pueblos indígenas, como la inundación, que acelera la minería, la apertura de caminos, la devastación del territorio.
El plan IIRSA todavía está vigente porque hay muchas leyes que priorizan estos proyectos. Con una ley SPIE que los declara de prioridad nacional. La Mancomunidad, es la unidad de nuestros pueblos que está por encima de las divisiones políticas territoriales impuestas, con la que les hemos hecho frente a estos proyectos con los cuales querían inundar cinco ríos de un plumazo, más de 5000 indígenas desplazados, pero conseguimos expulsar en 2016 a la empresa italiana Geodata que estaba haciendo los estudios. En el 2021 de nuevo se firma un convenio de organizaciones afines del gobierno para la puesta en marcha de este proyecto. Y por segunda vez, hemos ido a expulsarlos, esta vez con la sociedad civil, parte de la iglesia, periodistas y otra organización indígena. Mientras no se abroguen estas normas que declaran los proyectos prioridad nacional serán una amenaza.
CONTIOCAP nace a finales del 2018 producto justamente de todas estas violaciones generadas por el plan IIRSA, del extractivismo. Nos hemos aliado 12 resistencias a nivel nacional de las cuatro macro regiones, defensores indígenas de nuestras áreas protegidas que se sobreponen a nuestros territorios. Defendemos la vida para nosotras, pero también para el resto de la sociedad y de otras formas de vida. Ahora ya aglutinamos alrededor de 40 resistencias, porque la devastación se ha intensificado sobre todo con la minería. Incluso con incendios provocados para apropiarse de los territorios, una práctica respaldada por el Estado boliviano, cuyo fin es sustentar un modelo de agronegocio y ganadería que provocó el año 2019 la deforestación e incendios forestales sobre más de cinco millones de hectáreas de bosques en la Chiquitania y Amazonía; y cada año se incrementa.
Y se promueven estas actividades extractivistas en áreas protegidas incumpliendo con la consulta previa, libre e informada a pueblos indígenas originarios campesinos en todo el territorio nacional. Y los mineros son la base política del gobierno, los llamados “interculturales” son también parte de la alianza con el sector del agronegocio.
¿Qué se ha conseguido para los pueblos originarios desde que el Estado boliviano se constituyó como Estado Plurinacional?
En nuestro análisis, el Estado plurinacional ha servido para justificar invasiones a territorios protegidos. El MAS ha utilizado la demanda plurinacional de forma clientelista para mantenerse en el poder. Toca hacer mucha lucha para mantener y reconducir a donde queremos llegar como Estado Plurinacional para que de una vez se haga justicia con los pueblos. Pero lo tenemos que hacer nosotros sin interferencias.
Todas las luchas son importantes si se trata de preservar la vida. Desde la colonización hemos luchado por la liberación, contra la esclavitud y hemos podido sobrevivir y trascender hasta el siglo XXI. En los 90 los pueblos indígenas de Bolivia hicimos una lucha muy fuerte por el territorio y la dignidad, para que se nos reconociera que existimos en este país y por el derecho al territorio. Finalmente, le tocó a Evo Morales llamar a una constituyente para aprobar la nueva figura de Estado Plurinacional, que, aunque no fue aprobada como se diseñó en origen porque fue negociada con los sectores de la derecha, representó un avance.
En la constitución se reconoció el territorio, la justicia impartida por los pueblos originarios y campesinos, el derecho a realizar actividades económicas, la autonomía, pero bueno, eso se ha ido quedando en papel y lo que se ha intensificado los últimos años es todo tipo de megaproyectos y planes extractivistas. El plan IIRSA, es el principal ejemplo, el cuál pretendía convertirse en el centro energético de Sudamérica, a base de exploraciones petroleras, minería, mega infreaestructuras, colonización. Son las grandes amenazas en los territorios contra las que estamos luchando.
En esta coyuntura nosotros como CONTIOCAP, somos las diferentes organizaciones que representamos la plurinacionalidad y la lucha de los pueblos. No tomamos decisiones por los territorios, pero ayudamos a defender a todas nuestras hermanas y hermanos en las cuatro macroregiones de Bolivia de todas estas amenazas. La minería es una de las armas más letales para extinguir a los pueblos indígenas, físicamente y culturalmente. Nos van cambiando y convirtiendo en mineros, hacernos cooperativas mineras. Hacer monocultivos y minería que destruye todo, el suelo, el aire, el agua, contamina, transforma porque a la gente ya no le importa más que ganar dinero, se pierden los valores comunitarios. Se suma el tema de la transición energética, que demanda más minería. Para nosotros la minería es lo más letal que estamos enfrentando los pueblos indígenas.

Notas
(1) https://iirsa.org/Page/Detail?menuItemId=121 historia
(2) I.I.R.S.A. (iirsa.org) objetivos.
(3) Acusa a Evo por quemar territorios: Indígenas denuncian a Evo ante la ONU por incendios forestales, extractivismo y la no consulta - ANF Agencia de Noticias Fides Bolivia
(4) Tipnis, explica la carretera.https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40942121
(5) Evo reprime marcha indígena.https://www.alainet.org/pt/node/152850?language=en
Imagen de portada: Ruth Alipaz. Foto de Pedro Armestre para Alianza por la Solidaridad-ActionAid Fuente: https://www.elsaltodiario.com/mapas/mineria-es-una-armas-letales-extinguir-pueblos-indigenas
 

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