Restauración ecológica

Relato
Aunque está escrito en varios lugares yo no lo leí, a mí me lo contó Juan una noche de esas en las que los párpados permanecen abiertos y el tiempo se queda quieto como una hoja de roble recién posada en el suelo. Las flores que se abren con la luna estaban difuminando sin pudor todo su aroma. Arriba, el cielo lleno de estrellas arropaba la conversación.

 
La historia estaba ubicada en el oeste del país, donde las comunidades afrodescendientes habían ido transmitiendo de una generación a otra cómo consiguieron escapar de la esclavitud.
Juan, desde esa voz que suena a madrugada, me contó que las madres trenzaban el pelo de sus hijas colocando semillas adentro. Sabían que allá donde consiguieran llegar necesitarían alimentos.
Le dije que yo no sabría qué semillas esconder en el pelo, aunque ahora, de otra manera, seguimos teniendo que escapar. Que escapamos de muchas cosas pero que, sobre todo, tenemos que pensar en hacia dónde huir del desierto.
Un silencio se quedó acompañándonos durante un rato.
“Yo no me voy a ir”, dijo, “me quedo a frenar el desierto”.
Le miré, sus ojos estaban atentos al movimiento de un insecto nocturno. “¿Y cómo se frena el desierto?“.
“En realidad todo se basa en dejar hacer a la naturaleza, pero podemos ayudar a catalizar ese cambio. Hay que pensar en cada territorio, conocer cómo circula el agua, qué especies pueden ayudar a recuperar el suelo. Resilvestrar como una forma de restaurar el fluir de la vida. Pensar en los ciclos que hay en la naturaleza y así ver la manera de encontrar fuentes de materiales, de energía, de alimentos, de agua, sin romper el equilibrio cambiante. Hay muchas personas que estamos convencidas de que esa es la forma de contribuir a la estabilización climática sintiéndonos una parte más de la trama de la vida”.
“¿Y crees que se puede, que conseguiremos frenar el desierto?”.
“Solo tengo una convicción”, me contestó, “no nos queda más remedio que intentarlo”.
Su mano apartó un mechón de pelo que, insistente, tapaba un trozo de mi cara.
No hablamos más pero nos mantuvimos con los ojos abiertos un trozo largo de noche. Disfrutando de ese instante mínimo y perfecto.
Hace tiempo que no nos vemos, pero sé que el pacto que hicimos esa madrugada sigue tan fuerte como las piedras de río. Estemos donde estemos, vamos a contribuir a frenar el desierto.
Entrevista
¿Cómo sería la restauración ecológica en un contexto decrecentista?
Los seres humanos somos mucho menos poderosos de lo que creemos. Es la naturaleza la que es capaz de restaurarse, pero lo que sí podemos es catalizar esa sanación promoviendo la resilvestración con actuaciones como:
- Reintroducción de especies carroñeras, de herbívoros y carnívoros.
- Permitir que los bosques alcancen la madurez forestal, con heterogeneidad de edades y especies.
- Facilitar que se recupere la dinámica hidrológica y litoral.
- Permitir y facilitar la recuperación del suelo.

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Este relato forma parte de la colección “relatos decrecentistas”, escrita por María González Reyes y Luis González Reyes, ilustrada por Emma Gascó y con la dirección artística de la grabación realizada por Nelo Royner para Perifèries. La experiencia busca ser integradora, pues el relato se puede escuchar, leer o mirar. Además, se acompaña de una pequeña introducción de cómo sería la energía en un contexto decrecentista.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ecotopias/restauracion-ecologica -
 

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