En Ausencia de una Cultura Profunda Andino-Patagónica: La Tragedia del Bosque Nativo
"Hay un increíble ignorancia sobre el valor de los bosques nativos y sobre la abundante pero frágil biodiversidad que depende de ellos".
por: Lucas Chiappe
Erupciones volcánicas: Vientos, cenizas y desconcierto
De hecho con sólo haber prestado atención a los mitos y leyendas de la cultura Mapuche y Tehuelche, cualquiera habría podido notar las referencias constantes en sus relatos sobre los temblores del suelo y las erupciones frecuentes de los volcanes, con sus nubes de cenizas que invariablemente aterrizaban al Oriente de los cerros… y profundizando un poco esos relatos, también nos habríamos podido preguntar si era casual que de este lado de la cordillera no hubiera vestigio de comunidades arraigadas "viento abajo" de la mayoría de esos Volcanes…
Incendios Forestales Intencionales: Los Cordilleranos ¿somos tontos, suicidas o rehenes?
Hoy quisiera retomar esas reflexiones pero llevándolas al campo de los incendios forestales que, en un época anterior a la conquista blanca de la Patagonia tenían una recurrencia promedio de un incendio forestal de grandes dimensiones cada 300 años, mientras que hoy esas cifras se invirtieron dramáticamente arrojando un saldo de un promedio de 300 incendios por año.
Mi análisis sigue siendo parecido: El problema básico que enfrentamos en este caso también reside en la falta absoluta de una "Cultura Profunda del Bosque Andino-Patagónico"…
Y cuando menciono la ausencia de una cultura profunda, me refiero a la falta de comprensión de sus procesos biológicos, a la falta de percepción de los incontables beneficios que nos brinda el bosque (mitigación del clima y de los vientos, abundancia de agua, tierra fértil, aire limpio), la falta de gratitud, de respeto y de amor por este entorno que mantiene a millones de seres en un equilibrio asombrosamente estable y auto-sustentable… y no quiero dejar de mencionar la profunda estupidez que significa ignorar las consecuencias a corto, mediano y largo plazo, debido a su desaparición constante y acelerada.
¿En que me baso para ser tan lapidario en mis conclusiones?: Antes que nada en el hecho incontestable de que, habiendo remplazado una cultura nómade o poco sedentaria que acudía a los bosques sobretodo para recolectar frutos y yerbas medicinales, con una cultura conquistadora criollo-europea-pampeana, llegaron a la cordillera hordas de ganaderos para los cuales el bosque solo significaba un estorbo y como primer medida se dedicaron a erradicarlo "a fin de abrir campo" para el pastoreo de sus animales domésticos y eventualmente para instaurar una serie de explotaciones madereras, agrícolas y frutícolas a costa de esos ecosistemas boscosos.
Política fomentada por el Gobierno Central con el fin de poblar la Patagonia, poniendo especial énfasis en el sector fronterizo, como una forma de afianzar la soberanía nacional y contener los reclamos territoriales de los otros conquistadores blancos, que invadieron los territorios al Sur del Biobio, luego de 300 años de resistencia por parte de los pueblos nativos que habitaban ese territorio, que ellos llamaban Puelmapu, y hoy conocemos como las distintas regiones chilenas al Sur del Río Limari hasta la Isla de Chiloé, y en Argentina desde los Ríos Cuarto y Salado por el norte, hasta la zona de pampas y nor-patagonia por el sur.
Por su parte, en el sector austral de Chile el proceso fue similar y aún más feroz y depredador: Según crónicas de la época, en 1870, colonos ingleses, yugoslavos y españoles, además de perpetrar su propio genocidio con los habitantes indígenas, quemaron 3.000.000 de hectáreas de Selva Vadiviana. Y con ese nefasto ejemplo se inició la conquista de la cordillera de la Costa, Collipulli y Traiguén, proceso que terminó con 5.500.000 hectáreas erosionadas. Y para rematar esa locura, a partir de 1937, el Gobierno transandino comenzó a entregar 100 Has de tierras a cada colono con la única condición de que eliminara a fierro o fuego el 80 % del bosque de su predio…
Así, a través de los incendios forestales, se colonizó la Patagonia en sus dos vertientes… con las mismas prácticas nefastas y las mismas consecuencias ambientales y sociales.
Hasta la década del '70 la Administración de Parques Nacionales vendía concesiones madereras y plantaban especies exóticas para "embellecer el paisaje.
Un craso error que provocó el enriquecimiento de unos pocos dueños de aserraderos, pero que no trajo ningún tipo de abundancia económica para el resto de los habitantes y, al contrario de lo augurado, implicó la pérdida de la mínima auto-subsistencia de los colonos que habían migrado a estas tierras llenos de ilusiones, ya que la mayoría fueron empleados como mano de obra mal remunerada por la industria maderera, sin lograr mejorar su calidad de vida, ni obtener cobertura social y sanitaria para su entorno familiar.
En la vertiente oriental de la cordillera hay plantados 2.500.000 Has de pinos, las comunas de la provincia de Arauco tienen un 58% de su suelo cubierto de plantaciones forestales y en el caso de Curanilahue, la proporción llega a ser de un 82%, además, para el año 2010 se había registrado erosionada el 32% de la superficie de la Región del Bío-Bio a causa de las forestaciones de especies exóticas e invasivas. Enésimo error de los Ingenieros Forestales locales y astuto golpe de los dueños de las papeleras europeas, norteamericanas y asiáticas que, mirando a futuro, obtuvieron ingente cantidad de pulpa barata para sus industrias, pero como si eso no les alcanzara, lograron también que los Legisladores Nacionales de toda Latinoamérica, promovieran unos subsidios escandalosos para las corporaciones forestales, a fin de perpetrar esos reemplazos masivos de bosques nativos por especies exóticas. Situación que derivó en otro desastre ambiental de proporciones inimaginables en la Patagonia y en todo el Hemisferio Sur.
Las culturas que no reconocen que la vida humana y el mundo natural tienen una dimensión sagrada, se canibalizan hasta morir. (Chris Hedges)
Una cultura sólo cambia en tiempos largos, luego de extensos períodos que abarcan varias generaciones. Pero, por encima de todo, una cultura no cambia a través de la negación de la misma, ya que combatirla las más de las veces consigue afirmarla, crea mecanismos de defensa que la consolidan y la vuelven más resistente. Para modificar una cultura es necesario practicar otra cultura, asentada en otros valores, en otras relaciones entre las personas, y ente ellas y el medio en que viven. (R. Zibechi y J. Ralth)
Fuente: Bloglemu.blogspot.com - Fotos L.C. - Lucas Chiappe: Coordinador del Proyecto Lemu - Epuyen-Chubut - Patagonia.