La deforestación avanza sin freno en la cuenca amazónica, acercándose a su destrucción total

 

La deforestación está destruyendo grandes superficies de selva amazónica en todos los países de la cuenca y se acerca peligrosamente a un punto de no retorno, lo que significaría su transformación en sabana: Según un informe de deforestación en la Amazonia en 2021 realizado por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP por sus siglas en inglés) en 2021 se estimó que se perdieron 1,9 millones de hectáreas de bosque primario en nueve países del bioma amazónico, y que esa cifra está aumentando en 2022.

A pesar de que todas las alarmas estaban encendidas sobre el impacto catastrófico sobre la biodiversidad y el clima que supone la deforestación, ésta ha aumentado de manera alarmante en todo el planeta en los últimos dos años. Muchos pensaron que la pandemia de la Covid-19, que implicó la inmovilización y el aislamiento de la población en casi todo el mundo, frenaría la pérdida de bosques, pero la realidad es diferente. El informe muestra que la mayor parte de la deforestación ocurrió en Brasil (70 %), seguido por Bolivia (14 %), Perú (7 %) y Colombia (6 %).
Brasil, muerte a la Amazonía
Según cifras del Gobierno brasileño, la Amazonía, conocida como el pulmón del mundo por la cantidad de oxígeno que produce, sufrió una deforestación que equivale a cinco veces la ciudad de Nueva York.
Desde que se posesionó Jair Bolsonaro, las cifras solo han hecho que aumentar. Las cifras de 2022 son las más altas desde que comenzó a funcionar el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (Inpe) que recoge datos sobre deforestación desde mediados de 2015 a través del sistema de seguimiento satelital Déter.
Entre el 1 de enero y el 24 de junio de 2022 la selva amazónica perdió 3.987 kilómetros cuadrados de vegetación, un 10,6% más que en el mismo período de 2021.
Para la Amazonía brasileña, la deforestación equivale a dos canchas de fútbol cada minuto. Solo en junio fueron destruidos 1.120 kilómetros cuadrados de vegetación tropical.
Los meses de mayo y junio marcan cada año el inicio de los grandes incendios en la región debido a la sequía estacional, agravada por la desaparición de masa forestal, y este año están alimentando unos niveles de quemas inusualmente altos.
Desde principios de 2022, los satélites del Inpe han registrado una concatenación de récords mes tras mes en la Amazonía brasileña, así como un nivel que rompe con las cifras del histórico en el mes de junio, que ha conocido el mayor volumen visto para este mes desde hace 15 años, con 2.562 incendios registrados.
Para la Amazonía brasileña, la deforestación equivale a dos canchas de fútbol cada minuto. Solo en junio fueron destruidos 1.120 kilómetros cuadrados de vegetación tropical
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es el blanco de críticas por sus políticas medioambientales, ya que desde que asumió el cargo en enero de 2019, ha alentado la explotación de la región amazónica desde su gobierno, y las cifras de deforestación de la Amazonia no han hecho sino aumentar de forma imparable.
El mandatario ha aprobado en el concejo de Brasilia varios decretos y leyes para, supuestamente, proteger la selva, pero en realidad ha recortado la financiación de los programas de protección y vigilancia gestionados por el Gobierno, como la FUNAI, y ha impulsado la apertura de las tierras indígenas, históricamente protegidas, a las actividades extractivistas mineras y agrícolas, y ha dado carta blanca a a madereros y mineros ilegales. Incluso su ministro de medio ambiente, Ricardo Salles, tuvo que dimitir en junio de 2021 por sus vínculos con madereros ilegales.

Colombia, praderas en vez de bosques
En Colombia, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) publicó la segunda semana de julio la tasa de deforestación de 2021 que muestra que esta actividad se incrementó en un 1,5% con más de 174.000 hectáreas de bosque perdidas.
Según el Boletín de Detección Temprana de Deforestación de Ideam, basado en las alertas tempranas que analiza el Instituto, en el primer semestre de 2022 la deforestación aumentó en un 10 % con relación al mismo periodo del año pasado. Actualmente, el 77% de la deforestación en Colombia se concentra en tres departamentos: Norte de Santander, Antioquia y la Amazonia, con más del 50% de este fenómeno en sus regiones.
Entre las causas de la deforestación de los bosques colombianos figura, principalmente, la praderización, es decir, la práctica de talar los bosques para introducir pasto dedicado a la ganadería. Entre las razones también se consideran las malas prácticas de la ganadería extensiva, las carreteras no planificadas, los cultivos ilícitos, la minería y tala ilegales y la ampliación de la frontera agrícola en áreas no permitidas.
Bolivia, ganadería e incendios
Después de Brasil (70%) Bolivia, con el 14& es el segundo país con mayor deforestación de Suramérica. Un estudio de la Fundación Amigos de la Naturaleza estima que entre 1986 y 2021 la deforestación en Bolivia alcanzó la cifra de 6.922,00 hectáreas de bosque. En ese mismo período la actividad agroindustrial y ganadera se incrementó en un 229% y pasó de ocupar 2.120,430 hectáreas a 6,974.510..
El crecimiento de la ganadería, un sector que ha superado incluso a la industria agrícola en Bolivia, se ha dado a costa de los bosques
El crecimiento de la ganadería, un sector que ha superado incluso a la industria agrícola en Bolivia, se ha dado a costa de los bosques. El crecimiento de la frontera agropecuaria tiene también un incentivo en la política del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) que estuvo en el poder entre los años 2006 y 2019 con Evo Morales como presidente y que, tras un breve interregno, regresó en el 2020 con Luis Arce. Así mismo, se han promovido una serie de leyes que protegen y promueven los agronegocios, sin ningún miramiento por la conservación de los bosques y las selvas.
Finalmente, para habilitar los terrenos para el ganado no solo se cortan árboles, también se prende fuego a lo desmontado para preparar el suelo. Esto no solo puede cambiar la vocación de los suelos, sino que deja residuos de las quemas y provoca un incremento del número de incendios forestales. Solo en 2021, más de cuatro millones de hectáreas se quemaron en todo el país.
Perú, crisis política y desprotección del medio ambiente
En medio de una de las peores crisis políticas de su historia, Perú está fracasando en la protección de su selva tropical amazónica.
El país andino está inmerso en una turbulencia política desde 2016. Escándalos de corrupción y disputas entre el poder ejecutivo y el legislativo han derivado en una altísima rotación de presidentes: cuatro en cinco años.
La deforestación en la Amazonía peruana ha alcanzado máximos históricos en los últimos 10 años.
 

 Esta zozobra ha hecho que temas clave como el cuidado del medio ambiente se hayan descuidado peligrosamente.

Según el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) citado más arriba, que es una iniciativa de la organización norteamericana sin fines de lucro Amazon Conservation Association, reporta que la deforestación en la Amazonía peruana ha alcanzado seis máximos históricos en los últimos 10 años. El análisis se basa en datos de la Universidad de Maryland, que lleva registros desde 2002.
La actividad ganadera y la agrícola son las principales impulsoras de la deforestación. Otras actividades ilícitas que perjudican al bosque tropical, son la minería de oro, la tala y los plantíos de coca.
Según Global Forest Watch, desde 2002 hasta 2021 Perú ha perdido 2.31 millones de hectáreas de bosque primario.
Ecuador, la frontera agrícola avanza
Ecuador, aunque está entre los 17 países más megadiversos del mundo, ha perdido recientemente una gran cantidad de bosques debido al aumento de las actividades humanas.
Según los últimos datos del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), cada año el país pierde un promedio de 94.353 hectáreas de bosque.
La causa más común de la deforestación es la expansión de la frontera agrícola. Ecuador, en casi 30 años, ha perdido más de 2 millones de hectáreas de bosque tropical. El 55 % del territorio ecuatoriano está conformado por bosques, pero ya cerca del 8 % se ha perdido por la deforestación.
La industria petrolera ha sido la gran impulsora de la deforestación y provoca catastróficos derrames en la selva ecuatoriana cotidianamente, como demuestra una investigación publicada recientemente en democraciaAbierta.
Punto de no retorno
Los bosques tropicales de América latina son grandes captadores de CO2. Si la deforestación sigue aumentando será difícil que el aumento de la temperatura global permanezca por debajo de los 1,5 grados centígrados que se estiman como un nivel viable para la vida humana en el planeta. Según los científicos Lovejoy y Nobre, si la deforestación alcanza el 20%, es probable que la Amazonía alcance un punto de no retorno, o tipping point, y se convierta en sabana, lo que cada vez es más está más cerca y sería catastrófico e irreversible.
La vida de las poblaciones amazónicas, clave para la conservación de la selva, es también cada vez más difícil, y a pesar de su movilización persistente, sufre ataques continuos y es víctima sistemáticamente de la violencia y de la impunidad que ampara a los sectores extractivistas.
Es responsabilidad de cada Estado determinar cómo frenar esta problemática que no solo afecta a la región y a sus pobladores, sino también al mundo entero que depende de la salud de los bosques tropicales, especialmente de la Amazonía, para poder sobrevivir tal y como lo conocemos ahora.

Fuente: https://www.opendemocracy.net/es/la-deforestacion-avanza-sin-freno-en-la-cuenca-amazonica-acercandose-a-su-destruccion-total/ - Imagen de portada: Vista aérea del río Irirí, tributariko del Amazonas, en el estado de Pará, Brasil, en Mayo de 2022 | Francesc Badia i Dalmases












 

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