Israel roba el 85% de las aguas palestinas





Un informe publicado el pasado sábado por la Liga de los Estados Árabes, reveló que Israel roba 85% de los recursos hídricos en los territorios palestinos.

El informe estimó entre 650 y 800 millones de metros cúbicos la cantidad de agua robada por la entidad sionista en los territorios palestinos cada año. 

El informe agregó que la empresa israelí de aguas bombea grandes cantidades de agua de la napa freática de Cisjordania o de los pozos sin pagar nada en contra partida y después la misma empresa vende el agua robada a la población de Cisjordania. 

El informe añadió que según las estimaciones del Organismo Central palestino de Estadísticas, el promedio de la parte reservada al ciudadano palestino es de 100 litros diarios para todas las utilizaciones, y 353 litros por cada israelí, y que los palestinos pagan 3,6 veces más que los israelíes el litro de agua.

Fuente: LOYAINIAT

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Derechos relativos al agua en los Territorios Palestinos Ocupados
Los palestinos y el agua



Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Informe sobre Desarrollo Humano 2006*). En ningún lugar se demuestran de manera tan contundente los problemas de la gobernabilidad del agua como en los Territorios Palestinos Ocupados. Los palestinos sufren uno de los mayores niveles de escasez de agua en el mundo. Tanto la disponibilidad física como la gobernabilidad política de las aguas compartidas contribuyen a esta escasez.
Si se considera la cifra por persona, quienes viven en los Territorios Palestinos Ocupados tienen acceso a 320 metros cúbicos de agua por año, uno de los niveles de disponibilidad de agua más bajos del planeta, muy por debajo del umbral de escasez absoluta. La distribución desigual del agua de los acuíferos compartidos con Israel, un reflejo de las relaciones de poder asimétricas en la gestión del agua, forma parte del problema.
Con un rápido crecimiento demográfico, la disminución de la disponibilidad del agua impone limitaciones cada vez mayores a la agricultura y el uso humano.
La distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero su uso total de agua es siete y media veces más alto (figura 1). 
En la Ribera Occidental, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes en Israel (figura 2): consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos. Desde cualquier punto de
vista, las disparidades son amplias.
¿Cómo se explican estas desigualdades? Los palestinos no tienen derechos establecidos con respecto a las aguas del río Jordán, principal fuente de aguas superficiales. Esto significa que las napas freáticas suplen casi todas las necesidades de agua en los Territorios Palestinos Ocupados. Las normas que regulan
la extracción de estas napas influyen considerablemente sobre el acceso al agua.
El problema queda demostrado con la gestión de los acuíferos occidental y costero. El acuífero occidental, que forma parte de la cuenca del Jordán, es la más importante fuente de agua renovable para los Territorios Palestinos Ocupados. Cerca de tres cuartos del acuífero se suplen de nuevo dentro de la Ribera Occidental y fluyen desde ésta hacia la costa de Israel. Buena parte de esta agua no es utilizada por los palestinos. ¿La razón? Los representantes israelíes del Comité Mixto de Recursos Hídricos regulan severamente la cantidad y profundidad de los pozos operados por los palestinos. Para los colonos israelíes se aplican reglas menos estrictas, lo que les permite cavar pozos más profundos. Con apenas el 13% de todos los pozos situados en la Ribera Occidental, los colonos son responsables de cerca del 53% de la extracción de agua subterránea. El agua que no es utilizada en los Territorios Palestinos Ocupados fluye finalmente bajo el territorio israelí y es extraída por medio de pozos en la parte israelí.
Con las aguas de la cuenca costera se presentan problemas similares. Estas aguas escasamente llegan hasta la Franja de Gaza, debido a las altas tasas de extracción en la parte israelí. El resultado es el siguiente: las tasas de extracción de los acuíferos poco profundos ubicados en la Franja de Gaza sobrepasan con mucho las tasas de recarga, lo que conlleva una salinización creciente de los recursos hídricos.
Las limitaciones en el acceso al agua están impidiendo el desarrollo de la agricultura palestina. Si bien este sector representa una parte cada vez menor de la economía palestina (estimada aproximadamente en el 15% de los ingresos y el empleo, en 2002), se trata de un sector crucial para los medios de sustento de algunas de las personas más pobres.
Actualmente, el desarrollo del riego es bajo y menos de un tercio del área potencial está cubierta debido a la falta de agua. El bajo desarrollo de los recursos hídricos significa que muchos palestinos dependen de la liberación de agua por parte de compañías israelíes. Esta es una fuente de vulnerabilidad e incertidumbre ya que los suministros son frecuentemente interrumpidos durante los períodos de tensión.
La construcción del controvertido muro de separación amenaza con exacerbar la inseguridad de agua. La construcción del muro ha tenido como consecuencia la pérdida de algunos pozos palestinos y el alejamiento de los agricultores de sus campos, en particular en zonas de secano altamente productivas alrededor de las provincias de Belén, Jenin, Nablus, Qalqilya, Ramala y Tulkarem.
Las condiciones en los Territorios Palestinos Ocupados contrastan con los acuerdos de mayor cooperación que han surgido en otros lugares. Desde el acuerdo de paz de 1994, Israel y Jordania han colaborado en la construcción de instalaciones de almacenamiento de agua en el lago de Tiberíades, lo que ha mejorado la asignación de agua para los agricultores jordanos. La estructura institucional también ha contribuido al arbitraje de las disputas originadas por las variaciones anuales y estacionales del flujo de agua, a pesar de que esto no estaba contemplado inicialmente por el acuerdo. Ya en otro lugar, el Centro de Investigación para la Desalinización en Oriente Medio, con sede en Mascate, Omán, ha venido promoviendo con éxito, desde hace más de una década, la investigación multilateral sobre técnicas efectivas de desalinización. Su consejo cuenta con representantes de la Comisión Europea, Israel, Japón, Jordania, la República de Corea, los Países Bajos, la Autoridad Nacional Palestina y Estados Unidos.
Tal vez más que en cualquier otro caso, la seguridad del agua en las relaciones entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados se enmarca en problemas de conflicto más amplios y en las visiones de seguridad nacional. Con todo, el agua es también un fuerte símbolo de un sistema más amplio de interdependencia del agua que vincula a todas las partes. La gestión de dicha interdependencia con el fin de incrementar la equidad podría ser muy favorable para la seguridad de los seres humanos.

Informe sobre Desarrollo Humano 2006 - Más allá de la escasez: Poder, pobreza y crisis mundial del agua -

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. - Página 216
http://www.ecodigital.org.ar/Informes.htm

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