Animales extintos, ¿el regreso de los muertos vivos?



CONICET

Aseguran que podrían revivirse, en un futuro, a partir de sus restos de ADN. La ciencia ya ha secuenciado parte del genoma de especies desaparecidas hace cientos y miles de años. El tema pasó de ser una utopía a una fantasía poco probable, para convertirse finalmente en una incógnita a futuro que "cautiva" a la comunidad científica mundial. La posibilidad de regenerar especies extintas a partir de sus restos de ADN surge de manera natural como una consecuencia de los avances en ingeniería genética.

Un futuro cada vez más cerca

La realidad actual muestra que se ha logrado secuenciar el genoma de muchas especies vivas y parte de algunas desaparecidas –como el mamut-, incluido el hombre de Neanderthal, homínido que vivió hasta hace 28 mil años atrás. Estos hechos despiertan en la humanidad una imaginación ilimitada, y los científicos son la fuente más acertada para hacer conjeturas.
“Es una posibilidad perfectamente factible en el largo plazo, dado que las limitaciones que existen son técnicas y, eventualmente, se resolverán”, opina el biólogo y genetista Rolando Rivera Pomar, investigador del CONICET y director del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG). En ese sentido, agrega: “Hoy no existe un método para clonar organismos complejos a partir del ADN; sí se hace con células vivas, y aún así es bastante ineficiente. Otra dificultad es que los restos hallados no están en buen estado de conservación”. De acuerdo al especialista, si se resolviera el primer inconveniente, sería necesario aplicar técnicas de la biología sintética, es decir, producir químicamente el ADN completo, algo que se ha hecho con bacterias. “Pero sintetizarlo a partir de la información obtenida es algo en este momento parcialmente factible y muy costoso”, apunta.
Desde el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, el paleontólogo Leopoldo Soibelzon, investigador de CONICET, coincide en la imposibilidad de recuperar cadenas de ADN completas en especies extintas, teniendo en cuenta que la mayoría de ellas tienen 10 mil años de antigüedad. “Ahora bien, si hablamos de animales desaparecidos en los últimos 200 años, creo que en un futuro próximo podrían obtenerse cadenas de ADN que permitieran su clonación”, opinó.
Su colega Eduardo Tonni, Jefe de la División Paleontología Vertebrados de la misma institución, explica que “desde un punto de vista teórico se ha especulado con intentar reconstruir cadenas insertando los eslabones recuperados de especies extintas en especies similares que viven actualmente. Es decir, no se reconstituiría la especie extinta en su totalidad sino un híbrido”. Así, por ejemplo, a la hora de considerar la posibilidad de devolver un mamut a la vida, el elefante sería el animal indicado para concretar la hazaña.

Un debate abierto

Ahora bien, a pesar de haber sorteado las barreras de lo irreal en un plazo de pocos años, la idea de regenerar especies extintas está impregnada de cuestionamientos éticos, que se presentan como un obstáculo más sólido que los propios impedimentos de orden tecnológico.
Si bien no ve razones por las cuales no experimentar en este terreno, Rivera Pomar subraya que “eso no debe suponer la liberación de las especies al ambiente, ya que casi todas han sido reemplazadas por otras dentro de cada ecosistema. Deberían ser tratadas como organismos genéticamente modificados”.
Por su parte, Soibelzon asegura no ver ningún sentido a la regeneración de especies. “La única utilidad sería poder observar por primera vez a un animal vivo que jamás vimos antes. Mucha gente argumentará que se podrían conocer aspectos de su biología que de otra manera no sería posible. Creo que detrás de esto hay algo más cercano a Jurassic Park; ¡imaginemos un zoo con mastodontes, glyptodontes y megaterios!”, dice apelando a la imaginación. En este punto, el investigador razonó que “como seres humanos, creo que no debamos ir en contra de la naturaleza, pues apenas conocemos sus reglas y menos aún las consecuencias de infringirlas”.
En la misma línea, Tonni opinó que “se estaría interfiriendo en el proceso evolutivo, habida cuenta que la extinción es parte sustancial de ese proceso. De cualquier forma, el hombre intervino e intervendrá en los procesos naturales y quizá esa intervención sea también parte del proceso natural que entronizó al hombre en lo más alto”. Yendo un poco más al fondo de la cuestión, señaló: “No estoy tan seguro de que la ética sea inmutable y no deba adaptarse a los cambios que el mismo hombre genera”.
“Si tuviéramos la capacidad (y la vamos a tener, sin duda) de sintetizar completamente el ADN de un hombre de Neanderthal y clonarlo usando un óvulo humano, ¿tendría derechos similares al Homo Sapiens? Si no tiene los mismos derechos por ser otra especie, ¿lo encerraríamos junto a la jaula de los chimpancés?”, se pregunta Rivera Pomar.
Como director del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaide, el profesor Alan Cooper también aportó al debate, opinando que “es improbable que esto alguna vez suceda, por muchas razones, empezando por el costo. Es completamente ridículo, siendo que estamos permitiendo la desaparición de miles de especies cada año por culpa de la deforestación. En esas situaciones el ecosistema está y puede ser preservado, mientras que los animales traídos del pasado estarían condenados a cadena perpetua en un zoo”, puntualizó.

Ilustraciones: blogcurioso.com - espaciociencia.com

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