Los días negros de Barrick Gold

Por Hugo Fazio

El consorcio canadiense Barrick Gold, el mayor productor de oro a nivel mundial, cuyo eslogan es la frase “minería responsable”, acumula una larga lista de atentados medioambientales, entre otras acciones condenables, en su historial.  En el país su proyecto Pascua Lama, llevado adelante simultáneamente en Argentina, se encuentra paralizado por resoluciones de la Corte de Apelaciones en Copiapó y del Sernageomin.  Barrick ha reconocido como válidos la casi totalidad de los cargos que le efectuó la nueva Superintendencia de Medio Ambiente.  Su constatación tiene como propósito crear condiciones para seguir adelante con su proyecto, cuya inversión estimada supera los US$8.000 millones.  Paralelamente, Tethyan Copper Company, sociedad conjunta con el grupo Luksic, abandonó definitivamente un proyecto en Pakistán luego que la Corte Suprema de ese país lo declarase ilegal, sosteniendo que había sido aprobado a través de irregularidades.  Ello cuando la cotización del oro desciende bruscamente en los mercados internacionales, el mercado reacciona provocando una fuerte caída de su cotización bursátil y sus minas en Estados Unidos se encuentran en la fase final de explotación.  De allí sus maniobras para revivir  el cuestionado proyecto binacional.
El consorcio canadiense Barrick Gold, hasta el mes de abril la mayor empresa minera aurífera del mundo por capitalización bursátil, vive días negros a nivel mundial y también en Chile con el cuestionado proyecto binacional Pascua-Lama.  El precio del oro ha descendido bruscamente en los mercados internacionales.  En lo transcurrido del año se contrajo en más de 20%.  En abril se redujo en un 33%, su mayor caída en 33 años, es decir desde la crisis económica de comienzos de los años ochenta, la más violenta desde la Gran Depresión, con excepción de la actual.  Su competidora Goldcorp, con una producción inferior a la de Barrick en más de un 50%, pasó a tener una mejor capitalización bursátil, hecho demostrativo de la reacción negativa del mercado a sus títulos debido a los problemas que enfrenta.   En 2012, el consorcio canadiense produjo más de 7,3 millones de onzas de oro.
Uno de sus proyectos claves en Pakistán, en una aventura conjunta con el grupo Luksic, fue definitivamente abandonado por Tethyan Copper Company (TCC), la sociedad conjunta creada con Antofagasta Minerals (AMSA) para explotar el rico yacimiento de cobre y oro Reko Diq, luego de conflictos con el gobierno local de la provincia de Baluchistán y resoluciones adversas en los tribunales, después de haber efectuado elevadas inversiones, según los socios. TCC adquirió a BHP Billiton los derechos otorgados en 1993 para explorar y explotar el yacimiento en US$200 millones.  Esta autorización fue declarada ilegal por la Corte Suprema paquistaní en los primeros días de 2013 por no cumplir –según la resolución- con las leyes mineras que rigen en el país y ser la zona concedida más amplia de la establecida para este tipo de permisos de explotación.  La presentación efectuada solo consideraba la extracción de cobre y oro, en circunstancias, sostiene la resolución, que también existía plata, molibdeno y minerales raros.  El derecho a explotar original fue declarado ilegal, habiendo sido otorgado con irregularidades que según el dictamen lo invalidan.
Según TCC, que tiene presentado el caso ante el CIADI, organismo dependiente del Banco Mundial, se habían ya efectuado estudios cifrados en US$500 millones, en un proyecto que consideraba una inversión de US$3.300 millones y que llegó a contar entre 2007 y 2010 con una dotación de 150 personas y habiendo efectuado todos los planes de factibilidad.  La resolución significó para el grupo Luksic un fuerte golpe en sus planes de constituirse en un actor global más relevante.
En Chile, Pascua Lama se encuentra paralizada.  Los movimientos de tierras desde octubre del año pasado, por resolución de Sernageomin, debido a que ponían en riesgo la salud de los trabajadores a causa de la polución, y el proceso de construcción desde abril luego de una resolución de la Corte de Apelaciones de Copiapó acogiendo una demanda efectuada por la comunidad diaguita denunciando los problemas medioambientales provocados y los serios daños producidos en glaciares Esperanza y Toro 1 y 2 por contaminar las aguas de la zona.  Las reivindicaciones de los diaguitas van más lejos.  Señalan tener derechos de propiedad sobre las tierras de la alta cordillera de Huasco y Vallenar.  “Como las comunidades diaguitas serían los verdaderos dueños de esa zona –señala  su abogado Alex Quevedo-, no podrían hacerse los proyectos mineros Pascua Lama y El  Morro” (12/05/13).  El Morro tiene como accionista mayoritario a Goldcorp y considera una inversión de US$ 3.900 millones.
Además enfrenta una formalización de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) que le efectuó 23 cargos por manejos de agua, los cuales solo con la excepción de uno fueron admitidos por la empresa canadiense, entregando una nueva propuesta para cumplir con las obligaciones que le impuso la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).  Es el primer caso llevado adelante por la nueva superintendencia, que recibió en enero una autodenuncia de la propia Barrick por problemas generados al juntarse las aguas limpias provenientes de los glaciares con el líquido ácido recibido del botadero en donde se deposita el minera estéril, contaminando el Río Estrecho.  La constatación de los cargos realizados por la SMA tiene como propósito evitar que se le apliquen sanciones.  Pascua Lama, también enfrenta un proceso de la Dirección General de Agua (DGA), que en marzo constató incumplimiento en la programación de monitoreo a los glaciares, afectados por la polución provocada en las labores efectuadas.
La puesta en marcha del proyecto binacional es extraordinariamente importante para Barrick, dado que sus minas de oro en EE.UU. se encuentran en su fase final.  La explotación de Pascua Lama se expande según las estimaciones efectuadas en 1.650 hectáreas, de las cuales 750 se encuentran en territorio chileno, teniendo a la fecha de la suspensión un 80% de avance.  En el lado trasandino la construcción de la planta de procesos tiene un porcentaje de avance algo menor.  El inicio del proyecto fue en mayo de 2009.
La situación financiera del consorcio canadiense es complicada.  La calificadora de riesgos Standard & Poor’s redujo su puntuación a BBB, su segundo grado de inversión más bajo.  Con anterioridad la calificadora Moody`s igualmente había efectuado una disminución de su ranking.  En el curso de abril, un informe de Royal Bank of Scotland señaló que de caer la cotización del oro por debajo de los US$1.200 la onza, Barrick se enfrentaría a una “elevada probabilidad” de que su calificación fuese rebajada a “bono basura”.  Sus seguros de riesgos (CDS) ya se negocian en los hechos a nivel especulativo.  Para financiarse, Barrick colocó títulos de deuda a diez años por un monto de US$1.500 millones a fines de abril.  Fue negociado, en comparación a empresas similares con igual calificación de créditos, con un diferencial más alto de 37 puntos base.
Barrick reconoció los cargos efectuados buscando así abrir un camino para sacar adelante el proyecto, proponiendo medidas de mitigación por un monto de US$29 millones, que incluye la construcción de un canal perimetral que defienda de la contaminación las aguas de la zona.  La materialización de las obras fue estimada en siete meses.  De considerarse satisfactoria sus propuestas permitirían reanudar la construcción durante el primer trimestre de 2014, siempre que el fallo de la Corte de Apelaciones de Copiapó le sea favorable.  Paralelamente, reemplazó al equipo de sus ejecutivos que se encontraba a cargo de la iniciativa por otro entre los cuales destaca Marcelo Awad, que fuese el máximo ejecutivo de AMSA.  Se trata de un proyecto con una inversión estimada en US$8.500 millones, de los cuales según sus informaciones ya se habrían utilizado US$4.800 millones.
Barrick está presente en el país también en otro gran proyecto, Cerro Casale, con una inversión estimada de US$6.000 millones, que se encuentra también suspendido a la espera de la suerte que corra Pascua Lama en el cual durante los años 2010 a 2012 se efectuaron inversiones por US$165  millones.   En este proyecto, a explotar concentrados de cobre y metal doré (oro y plata), posee un 75% de los derechos, el otro 25% pertenece a Kinross.
¿La conducta de Barrick Gold en Pascua Lama puede quedar impune?  ¿Queda resuelta con los proyectos de mitigación que propuso?  En verdad constituye otro capítulo de la aberrante explotación de recursos naturales con que cuenta el país y que debe servir de ejemplo para impulsar una política en su defensa y uso a partir del interés nacional.  No se puede permanecer sin reaccionar frente a los atentados cometidos por un consorcio que divulga sus folletos con la frase “Minería responsable”.  La ejecución del proyecto Pascua Lama revela ampliamente su irresponsabilidad y los daños que provoca.  No constituye en su historial un acontecimiento aislado.  “(…) el Council on Ethics (Consejo de Etica)  de los Fondos de Pensiones de Noruega –relata el escritor argentino Miguel Bonasso- dirigió una Recommendation inapelable al Ministerio de Finanzas de su país, para que se excluyera de la cartera de inversiones a la Barrick Gold, por el daño irreparable causado al medio ambiente con su mina de Porgera, en Papúa Nueva Guinea.  El extenso informe –agregó- (…) destaca que los derechos tóxicos de la mina se han venido descargando en el río Stirckland, desde el comienzo de las operaciones en 1990 (…).  El saldo  es realmente heavy metal, especialmente en lo referido a la proporción de venenos como mercurio y cianuro en las aguas del sistema hidrológico Porgera-Stirckland”[1]

El Ciudadano

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