España: Agricultores… y guardianes de la última biodiversidad de Europa

Por Raúl Casado Orozco

La supervivencia de muchas aves depende de actividades tradicionales, pero ¿quién les compensa por ello? Son agricultores en La Mancha, una de las zonas de secano menos rentables de Europa, pero además custodios del hábitat en el que viven las más amenazadas y vulnerables aves esteparias de Europa. Y la supervivencia a largo plazo de esas aves dependerá en gran medida de que esos agricultores mantengan su actividad, pero deberán percibir una contraprestación económica por hacerlo y por garantizar la conservación de un paisaje imprescindible. Sesenta municipios manchegos y cientos de agricultores van a aunar esfuerzos en un ambicioso proyecto europeo para conseguir que sus explotaciones sean más rentables y contribuyan además a mejorar la conservación de esas amenazadas aves. El proyecto “Estepas de La Mancha”, coordinado por la Fundación Global Nature y en el que participa el Gobierno de Castilla-La Mancha, se prolongará hasta 2019 y será financiado por la Comisión Europea a través del programa Life, el único instrumento financiero de la UE dedicado de forma exclusiva al medio ambiente.

Agricultores, imprescindibles para la gestión del territorio
La iniciativa parte de que la modificación de las prácticas agrarias tradicionales ha sido una de las principales causas del declive de muchas aves esteparias, de la importancia de adoptar prácticas agrarias y ganaderas sostenibles y de conservar el característico paisaje “de mosaico” manchego.
“No puedes gestionar el territorio si no trabajas directamente con los agricultores”, ha señalado el director de la Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel, muy crítico con la implementación de áreas protegidas como la red Natura 2000 sin la colaboración directa del sector primario.
En declaraciones a EFE, De Miguel ha observado que agricultores o ganaderos sufren en ocasiones “las limitaciones” al estar en un área protegida en cuya gestión no participan, o que reciben información “contradictoria” de administraciones, sindicatos y ecologistas; “No saben a qué atenerse, porque nadie les informa adecuadamente de los beneficios que tiene para ellos la red Natura 2000”
El proyecto europeo pretende mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrarias y ganaderas y disminuir sus costes, y se llevará a cabo en cuatro espacios que están incluidos en la red Natura 2000: el área esteparia de La Mancha Norte; los Humedales de La Mancha; la Laguna de Hito; y San Clemente.
Entre las amenazadas aves cuyo estado de conservación se pretende mejorar con este proyecto figuran el sisón, la alondra de Dupont, la avutarda o el cernícalo primilla, muy características todas de las zonas esteparias e incluidas en las directivas europeas que pretenden asegurar la supervivencia de las especies más valiosas.
Las estepas menos rentables de Europa
Para conseguirlo, la iniciativa planea reducir el uso de plaguicidas o modificar las técnicas de control de plagas, pero sobre todo instaurar un clima de confianza entre agricultores, ganaderos y cazadores para que asuman que la conservación de esas especies no sólo es compatible con los diferentes usos del territorio sino que incluso les beneficia social y económicamente.
Eduardo de Miguel ha explicado que la rentabilidad media de los cultivos en las estepas manchegas es menor a la de las otras zonas del secano español y “muy inferior” a la del resto de Europa, por lo que es preciso conseguir un plus de calidad que diferencie sus productos.
Pero a su juicio, las ayudas de la PAC no son suficientes para equiparar sus rentas con las de los agricultores de secano europeos, por lo que ese plus podría ser -ha dicho- la “producción ecológica” y el hecho de que sus explotaciones son imprescindibles para conservar “la última biodiversidad de Europa occidental”.
El responsable de la Fundación ha aseverado que Europa tiene que ser consciente de que si quiere conservar las últimas aves esteparias del continente “tiene que pagar por ello” y garantizar ayudas a los agricultores que trabajan en esas zonas de la red Natura 2000 por contribuir al mantenimiento del hábitat de esas aves.
El proyecto plantea que los agricultores o ganaderos se adhieran mediante acuerdos “gratuitos y voluntarios” para que puedan poner en marcha medidas agronómicas que les permitan mejorar la rentabilidad de sus explotaciones con menos consumos de fertilizantes o fitosanitarios, acceder a ayudas de desarrollo rural e incluso a iniciativas de comercialización diferenciada de sus productos.
Un “Código de Producción Sostenible”
Se trata, según la Fundación Global Nature, de crear un “código de producción sostenible” que identifique la agricultura y la ganadería manchega como un sistema de producción diferenciado por la calidad de sus productos tradicionales y por la implicación del sector primario en la protección de los valores naturales.
Además de eliminar riesgos o amenazas (uso de plaguicidas o fertilizantes) el proyecto incluye la recuperación de setos, de puntos de agua, la restauración o construcción de áreas de nidificación para las aves, o la plantación de más de 100.000 plantas que contribuyan a asegurar la biodiversidad de La Mancha y su característico paisaje, y un amplísimo programa de formación, educación y sensibilización en los colegios y en los municipios.

Fuente: http://www.efeverde.com/ Foto: Explotaciones agrícolas en la campiña toledana. Foto: Raúl Casado (EFE)

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