México: Derrame de hidrocarburo vuelve a contaminar el río Cazones y deja a comunidades enteras sin agua
El reciente derrame de hidrocarburos en el río Cazones, en Veracruz, dejó algo más que agua inutilizable: expuso la vulnerabilidad de un ecosistema ya presionado por lluvias extremas, escurrimientos y cambios en el territorio. La escena del río cubierto por iridiscencias de aceite recordó lo frágil que puede ser la relación entre naturaleza y actividad humana. Más allá del suministro suspendido, lo que queda sobre la mesa es el impacto en los peces, aves, suelos y corrientes que dependen de este cuerpo de agua para sobrevivir.
por Carolina Gutiérrez Argüelles
Derrame de hidrocarburos en Cazones, un río que pierde equilibrio
El 28 de noviembre de 2025, la Comisión del Agua del Estado de Veracruz suspendió el bombeo de agua desde la bocatoma al detectar manchas de aceite sobre el río Cazones. Este simple hallazgo cambió el ritmo natural del cauce. Las iridiscencias en la superficie (esas manchas metálicas que parecen moverse con la luz) son señales de que el agua dejó de comportarse como siempre: el oxígeno disminuye, las corrientes se alteran y la vida acuática enfrenta una barrera tóxica.
Cuando un río recibe hidrocarburo, el daño no se limita a lo que vemos. Los peces pueden perder movilidad, los anfibios ven alterados sus ciclos y las plantas ribereñas absorben sustancias que afectan su crecimiento. Aunque aún se desconoce el origen exacto del material, la prioridad ambiental es evitar que el aceite se disperse hacia zonas profundas o llegue a pozos cercanos.
Un ecosistema bajo presión: lo que el derrame revela del entorno
Este derrame llega después de semanas complicadas para la región norte de Veracruz. Las lluvias intensas del 10 de octubre dejaron inundaciones, arrastre de sedimentos y contaminación en cuerpos de agua como el río Pantepec. En Álamo Temapache, varias comunidades reportaron pérdidas de cultivos y pozos alterados por escurrimientos. Cada evento se suma al anterior, como si el territorio estuviera recibiendo una carga que cada año pesa más.
El derrame en el Cazones no ocurre en un vacío: ocurre en un paisaje que ya venía debilitado. Las lluvias arrastran materiales, los suelos saturados permiten filtraciones y los ríos se vuelven más vulnerables a cualquier sustancia tóxica. Este tipo de eventos muestran cómo un ecosistema puede pasar de estable a frágil en cuestión de días, especialmente cuando enfrenta una combinación de clima extremo y actividades humanas cercanas.
La vida del río: fauna, plantas y los efectos silenciosos del aceite
La contaminación por hidrocarburos provoca una cadena de consecuencias que no siempre se observan a simple vista. El aceite forma una película en la superficie que reduce el intercambio de oxígeno, afectando a peces y a organismos que respiran por branquias. Los pequeños crustáceos y larvas (esenciales para mantener el equilibrio del río) son especialmente vulnerables, ya que absorben los compuestos directamente.
Las aves también sufren. Cuando se posan o intentan alimentarse, el aceite se adhiere a sus plumas, comprometiendo su capacidad de volar o regular la temperatura. En los márgenes del río, las raíces de las plantas ribereñas pueden absorber hidrocarburos y alterar su capacidad de filtrar agua, sombra y nutrientes para otras especies. Un derrame no solo afecta el agua: afecta toda la red de vida que depende de ella.
La limpieza del río: avances, límites y tiempos de recuperación
Pemex desplegó barreras oleofílicas y equipos de contención para evitar que el aceite siguiera avanzando hacia el cauce principal del Cazones. Estos métodos ayudan a capturar la mayor cantidad de material posible, aunque la limpieza completa de un ecosistema no se logra de inmediato. Algunos hidrocarburos se hunden, se adhieren al sedimento o se quedan atrapados entre raíces y piedras.
La recuperación dependerá de varios factores: la cantidad exacta del derrame, la velocidad del río, la temperatura del agua y la estabilidad meteorológica de las próximas semanas. Los ríos tienen una capacidad natural de regeneración, pero no todos los contaminantes desaparecen rápido, y algunos pueden permanecer meses antes de diluirse por completo. Mientras las brigadas trabajan, el monitoreo continuo será clave para evitar que el daño avance hacia áreas más profundas o sensibles del ecosistema.
El derrame de hidrocarburos en el río Cazones es un recordatorio de que los ecosistemas pueden cambiar de un día para otro cuando reciben una presión inesperada. El agua, la fauna y las plantas que dependen de este río enfrentan ahora un periodo de recuperación incierto que revela lo valioso (y frágil) que es cada cuerpo de agua en México. La pregunta que queda abierta es simple y profunda: ¿cómo protegemos mejor a los ríos que sostienen nuestra vida y la de tantas especies?
Fuente: https://ecoosfera.com/medio-ambiente/rio-cazones-derrame-hidrocarburos/



