El peyote, cactus sagrado para pueblos originarios de América del Norte, amenazado por industrialización
HEBBRONVILLE, TEXAS, DICIEMBRE DE 2024. La biósfera texana de Hebbronville, denominada «los jardines del peyote» por los pueblos originarios locales, que florece a la sombra del mezquite y las acacias, santuario en la Unión Americana donde crece el cáctus considerado sacramento de sus rituales religiosos autóctonos, se encuentra hoy bajo amenaza.
Así lo reporta el medio Associated Press (AP), quien recogiendo los los testimonios de la Iglesia Nativa Americana de Norteamerica, informa que hace dos décadas que la comunidad de usuarios del peyote (cuyos números estiman en (400.000) han estado alertando por la falta de acceso la cactácea. De acuerdo a dichos testimonios, la recolección ilegal y la sobreexplotación han interferido con el lento ciclo vital del organismo, cuyas flores tardan en madurar entre 10 y 30 años.
Los nativos americanos consideran que el estatus legal de la cactácea, que por el momento solo a ellos les permite cultivarla y consumirla en Estados Unidos de América, debe mantenerse, aún contra las insistencias de los activistas neopsicodélicos, para evitar el cultivo industrial o desmesurado de esta planta, fundamental para el elemento eucarístico y visionario de su religión.
Cabe señalar que en México, el peyote atraviesa una situación similar, pues es vista como una droga más que como una planta sagrada, por lo que suele ser recolectada industrialmente y, a decir de expertos como Claudia Luna, del Museo del Desierto de Coahuila, cuando las autoridades detectan un alijo de peyote, suelen quemarlo en vez de reintroducirlo a su hábitat natural, lo que coloca al peyote en peligro extinción en tierras mexicanas.
En la serie de vegetales que antaño gozaban en México de gran fama como plantas sagradas por sus efectos embriagantes o alucinantes, el peyote es el único cuyo uso se ha conservado un poco hasta nuestros días.1
La palabra peyote, es una castellanización del término náhuatl peyotll, nombre común hoy día en todo el norte del país, a pesar de que las tribus indias que todavía emplean esta planta durante sus fiestas populares emplean una designación particular en su idioma. En la Sierra Madre y en Nayarit, los tepehuanes designan al peyote con el nombre de kamaba, los coras con el de huatari, los huicholes con el de hicuri, término que, según Lumholtz, también emplean los indios tarahumaras. En el norte de México, en los confines de la frontera con los Estados Unidos, se le designa con el nombre de Ho o de Wokowi según las localidades; en el estado de Guerrero, se le conoce como Señi.
El peyote es una cactácea de pequeñas dimensiones, con raíz nabal, napi-forme, bastante hundida en la tierra y que sólo deja emerger un tallo aéreo de unos cuantos centímetros; esta planta es bastante abundante en ciertas regiones del norte de México, principalmente en el estado de Zacatecas; pertenece al género Artocarpus (Scheidweiler) o Analonium (Lemaire),3 pequeño grupo de cactáceas que hasta ahora sólo comprende seis o siete especies conocidas; la que parece poseer las propiedades más activas es el A. lewini o Wiliamsi.
Las propiedades del peyote se hallan más o menos mencionadas en las relaciones de los primeros misioneros que evangelizaron a las poblaciones nómadas o salvajes del norte de México; estos misioneros, como cabe suponer, se esforzaron por suprimir entre sus discípulos el uso de una planta que producía efectos concebidos como diabólicos.
Además de su uso ritual durante las fiestas populares o las ceremonias religiosas el peyote se conocía como un poderoso estimulante que permitía realizar grandes esfuerzos físicos, cuando se consumía en cantidad moderada. Se afirmaba que los indios lo usaban para soportar enormes fatigas, el hambre y la sed; el peyote les servía de provisión, les permitía atravesar sin inconvenientes las inmensas llanuras desérticas donde crece esta planta maravillosa.
Considerado como un don divino, el peyote es el alimento del alma como el maíz lo es para el cuerpo. Como este último, tiene sus divinidades tutelares, y la diosa Hatzimuika está designada especialmente para cuidarlo.
Fuente: https://www.elciudadano.com/noticias-mexico/el-peyote-cactus-sagrado-para-pueblos-originarios-estadounidenses-amenazado-por-industrializacion-y-la-nueva-ola-psicodelica-ap/12/26/