El síndrome de Kessler
Desde 2000, la EEI ha evitado decenas de colisiones con basura espacial, esta es la razón de ello: Con más de 650 eventos de fragmentación desde 1957, el riesgo de padecer un síndrome de Kessler crece para la ciencia espacial. Esta situación no siempre fue así, de hecho la preocupación creció poco antes de la Navidad cuando un satélite meteorológico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se rompió en 50 pedazos.
por Perla Vallejo
Según los pronósticos, esto se debe efecto dominó que puede ocasionar tomando en cuenta la cantidad de basura espacial existente, lo que provoca una reacción en cadena en la que se crea aún más hasta quedar sumergidos en una nube de basura espacial.
Entonces, ¿qué es el síndrome de Kessler?
El síndrome de Kessler, que lleva el nombre del astrofísico estadounidense Donald Kessler (quien advirtió por primera vez sobre sus riesgos en 1978), describe básicamente una reacción en cadena de basura espacial, en la que los equipos que chocan entre sí en órbita crean una destrucción descontrolada.
Es decir, los impactos generan cantidad de escombros que las órbitas quedarían inoperables, afectando tanto a los satélites como a la exploración espacial. Sobretodo por lo que se desprende.
Pedazos de satélites rotos, restos de cohetes impulsores, restos de pruebas de armas e incluso objetos tan simples como un tornillo suelto de una cápsula espacial orbitan la Tierra, tal y como recoge en un reportaje el Daily Mail. Esto supone un síndrome de Kessler.
¿Qué otras implicaciones tiene?
Durante años, los expertos en tráfico espacial han dado la voz de alarma sobre la creciente congestión. Las colisiones, explosiones y pruebas de armas anteriores han dado como resultado decenas de miles de fragmentos de escombros que los expertos están rastreando y posiblemente millones más que no se pueden ver con la tecnología actual.
Y aunque los riesgos para los astronautas pueden ser una preocupación principal, la congestión en órbita también es peligrosa para los satélites y las tecnologías espaciales que impulsan nuestra vida cotidiana, incluidas las herramientas GPS, así como algunos servicios de banda ancha, Internet de alta velocidad y televisión.
¿Cómo funciona?
Según la Agencia Espacial Europea solo unos 40.500 fragmentos de esos escombros miden más de 10 centímetros. La gran mayoría tiene entre 10 y 100 milímetros de largo.
Pero la mayor parte de esta “basura espacial” se mueve extremadamente rápido, aproximando la Tierra a alrededor de 29.000 km/h o casi siete veces más rápido que una bala, según la NASA.
Con ello en mente, en caso de un choque todos estos objetos serían parte de una explosión elevando su velocidad empujando o perforando otros objetos en el espacio.
¿Con qué frecuencia chocan los objetos en el espacio?
Desde el comienzo de los vuelos espaciales en 1957, ha habido más de 650 “rupturas, explosiones, colisiones o eventos anómalos que resultaron en fragmentación”, según la Agencia Espacial Europea.
Estos incidentes incluyen satélites que han chocado accidentalmente entre sí, partes de cohetes y naves espaciales que han explotado inesperadamente, y pruebas de armas de países como Estados Unidos, Rusia, India y China que han arrojado desechos a varias altitudes en órbita. Así que conforme pasa el tiempo las probabilidades aumentan.
Fuente: https://ecoosfera.com/sci-innovacion/rusia-restos-cria-de-mamut/ - Imagen de portada: https://ecoosfera.com/sci-innovacion/sindrome-de-kessler-que-es-por-que-preocupa/