Bélgica suprime la ley que le obligaba a abandonar la energía nuclear

El Parlamento federal belga aprobó el Jueves pasado la derogación de la ley nacional de 2003 que obligaba al país a abandonar la producción de energía nuclear en 2025, tras la propuesta gubernamental para que Bélgica vuelva a confiar en la electricidad atómica. «Es el comienzo de una nueva era», declaró al semanario Le Vif el ministro federal de Energía, el liberal Mathieu Bihet, quien lamentó que durante «demasiado tiempo» se haya «marginado» a la energía nuclear en toda Europa con base en dogmas.

EFE/CLIMÁTICA

El Parlamento aprobó la propuesta con los votos a favor de los partidos de la coalición de Gobierno (una heterogénea mezcla de nacionalistas y socialistas flamencos, liberales francófonos y democristianos). También votaron a favor del texto los liberales flamencos de Open Vld y los ultraderechistas de Vlaams Belang, mientras que el Partido Socialista valón y la formación ultraizquierdista valona PTB se abstuvieron y solo votó en contra el partido ecologista Ecolo-Groen.
«El viento está cambiando, y no sólo en Bélgica: también en Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza, Europa del Este… Durante la campaña electoral en Alemania, la CDU volvió a poner el tema sobre la mesa, aunque no se concretara», dijo el ministro apodado «Atomic Boy».
El enfoque ecologista es bien diferente. «Esta enmienda no cambia los hechos: las energías renovables son las más asequibles, prolongar la vida útil de las antiguas centrales nucleares de nuestro país es arriesgado y astronómicamente caro, y construir nuevas centrales nucleares es poco realista tanto desde el punto de vista económico como técnico», afirmó Nadia Cornejo, portavoz de Greenpeace Bélgica.
La energía nuclear en Bélgica ha sido fuente de polémica desde hace varios años. En 2012, por ejemplo, se detectaron más de 10.000 anomalías, incluidas fisuras en la vasija que contenía un reactor, en la central nuclear de Doel. En la central de Tihange también se encontraron defectos de similar naturaleza. Ambos reactores tuvieron que detener su funcionamiento temporalmente, pero después retomaron la actividad hasta su cierre definitivo en 2022 y 2023, respectivamente. Antes de ese cierre, miles de personas se manifestaron contra las centrales llegando a formar una cadena humana de 90 kilómetros. Doel y Tihange siguen funcionando en la actualidad con otros reactores.
«Hoy hay una certeza: sin nuclear, el mix energético no se sostiene. El hecho de que una ministra ecologista (Tinne Van der Straeten) acabara prolongando Doel 4 y Tihange 3 por 10 años en la pasada legislatura es la mejor prueba de la importancia de la energía nuclear», dijo Mathieu Bihet, dando tratamiento de «certeza» a una de las muchas «opiniones» que circulan sobre la energía nuclear.
El «mix enérgetico» del que hablaba Bihet está compuesto en su mayor parte de gas, lo que hace a Bélgica dependiente de «regímenes manejados por autócratas como Putin o Trump», según la portavoz de Greenpeace. A su juicio, la transición hacia a las energías renovables es, por tanto, inevitable. Y eso no cambiará sustancialmente prolongando la vida de las viejas centrales nucleares o construyendo otras nuevas.
La prolongación de la vida de las centrales nucleares es algo que se abordó ya en 2023 con la empresa francesa Engie, que, según diversas fuentes ecologistas, es la gran beneficiada de esta decisión. El Gobierno belga llegó entonces a un acuerdo con esta compañía para extender la vida de las centrales durante una década. Por aquel entonces, una encuesta del instituto demoscópico Ipsos arrojó que el 69% de los belgas apoyaba esa prolongación de la vida útil de los reactores y el 57% abogaba por que se construyeran más plantas nucleares.
Cabe recordar que favoreciendo la implantación de la energía nuclear, la empresa privada gana poder sobre la energía; la eventual extensión de sistemas renovables a pequeña escala, en teoría, podría dar a la larga más autonomía a los consumidores. Esa es una de las (muchas) razones por las que organizaciones ecologistas como Bond Beter Leefmilieu (BBL) consideran el llamado «contrato del siglo» como un gran negocio para Engie y un perjuicio para los ciudadanos.

Fuente:  https://climatica.coop/belgica-suprime-abandono-nuclear/ - Imagen de portada: Vista aérea de la central nuclear de Doel, en la margen izquierda del río Escalda. Foto: ALEXANDRE JACQUEMIN / CC BY-SA 3.0

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