Amenaza de reacción en cadena






El default de Grecia: ¿el Lehman Brothers de la Unión Europea y el euro?
Por Claudio Testa
“¡Se pudrió todo!” Aunque algo grosera y poco académica, esta expresión popular refleja científicamente la situación en estos días de la Unión Europea y, en particular, de la crisis de la “Eurozona” (es decir, de los países de la UE que tienen de moneda al euro). Hoy está allí el “ojo de la tormenta” de la crisis económica y financiera mundial y de la “recaída” que estamos viviendo (que abarca también a EEUU y Japón).
El 15 de septiembre del 2008, cuando se produce la quiebra en Wall Street la financiera Lehman Broters, la crisis (que venía agravándose en forma “evolutiva” desde hacía más de un año), inicia una “reacción en cadena” con epicentro en EEUU.
Hoy el epicentro está en la Unión Europea y la Eurozona, el Lehman Brothers europeo amenaza ser el prácticamente inevitable default de Grecia, y los primeros síntomas de “reacción en cadena” ya se presentaron esta semana con las corridas en las bolsas contra los títulos italianos y españoles, y las acciones de los bancos franceses y alemanes comprometidos en la deuda griega.
Pero la historia nunca se repite. Este “segundo acto” de la crisis económica mundial tiene dos notas que lo distinguen del  primero, y que es importante tener en cuenta:
1) Que el epicentro sea Europa, no significa que EEUU esté rozagante: vive un estancamiento de la economía y un alto desempleo sin soluciones a la vista. Los llamados “Quantitative Easing” (QE – Relajamiento Cuantitativo) –es decir, la impresión directa o indirecta de billones de dólares sin contrapartida alguna con la creación de riqueza– han fracasado en reanimar la economía.
A esto se suman ahora las amenazas de default del gobierno federal, si demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo en ampliar su endeudamiento y/o reducir dramáticamente los gastos. Por supuesto, EEUU no es comparable al caso de la UE ni menos aun de Grecia. Pero es significativo que comiencen a plantearse justificados signos de interrogación acerca de la solvencia de EEUU.
2) Pero la diferencia más substancial de este “segundo acto” de la crisis mundial, son sus dispares dimensiones político–sociales. Siempre las crisis tienen tres dimensiones distintas pero inseparables, la económico–financiera, la social y la política. Y entre EEUU y Europa se presentan diferencias abismales considerando esa totalidad.
En EEUU, las respuestas político–sociales de las masas trabajadoras a las medidas del capitalismo para descargar sobre ellas la crisis, han sido considerablemente más escasas y débiles. Experiencias como la Wisconsin son alentadoras pero aun excepcionales.
A pesar de todas sus desigualdades y problemas –que van desde sus carencias políticas generadas por las ilusiones de décadas de paz social, hasta los frenos burocráticos del movimiento obrero– las respuestas de las masas europeas, con Grecia como ejemplo más avanzado, están en otro nivel cualitativamente superior.
Tampoco puede compararse la solidez y centralidad política –a pesar de su crisis– del estado imperialista yanqui con el embrollo cada vez más caótico de los 17 estados de la Eurozona y los 27 de Unión Europea.
En resumen: en el “segundo acto” de la crisis económica mundial, el ojo de la tormenta está en una región donde sus dimensiones políticas y sociales –y también sus tradiciones históricas revolucionarias (y contrarrevolucionarias)– se presentan mucho más explosivas y “peligrosas” que en EEUU. Y para colmo, que de vecino más próximo al mundo árabe, con sus rebeliones en curso...
Es en este marco global que hay que ubicar los últimos hechos y las perspectivas de esta nueva fase de la crisis.

Socialismo o Barbarie

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LA CRISIS DE LA DEUDA AMENAZA A LA SEGUNDA ECONOMÍA DEL MUNDO
Alarma en China ante el cada vez más cercano default de los EE UU


El 32 por ciento de los 14,3 billones de dólares de débito del país está en manos de extranjeros, encabezados por China con 1,6 billones de dólares, seguida de Japón con 882 mil 300 millones, el Reino Unido con 272 mil 100 millones, los exportadores de petróleo con 211 mil 900 millones y Brasil, con unos 187 mil 000 millones de dólares.



La gran preocupación del país asiático es que, además de ser el mayor tenedor de bonos estadounidenses, se desate una nueva recesión y se derrumbe el principal mercado al que destina sus multimillonarias exportaciones. 

Como principal acreedor de  los Estados Unidos, China está profundamente preocupada por la crisis de la deuda de esa nación. Ningún otro país tienen más bonos soberanos estadounidenses que la segunda economía del mundo: la mareante cifra de 1,15 billones de dólares.
Mientras el presidente Barack Obama pelea con los congresistas para conseguir aumentar el techo del endeudamiento, el gobierno de Pekín contiene la respiración. Las consecuencias de una suspensión de pagos por parte de Washington es algo que los gestores económicos en Pekín pueden imaginarse perfectamente.
Más allá del eventual acuerdo al que puedan llegar demócratas y republicanos sobre cómo reducir el déficit y permitir así contraer más deudas, en Pekín preocupa y mucho que Estados Unidos se siga endeudando. Eso presionaría el valor del dólar estadounidense y encarecería las materias primas que China precisa. Lo que más inquieta es la debilidad coyuntural, ya que después de todo Estados Unidos sigue siendo el mayor y principal mercado para el campeón mundial de las exportaciones.
“Las perspectivas de la economía estadounidense son intranquilizadoras”, dijo hoy en la capital china Yu Bin, investigador de un think tank del gobierno. Con el actual drama de la deuda en Washington, China como principal acreedor “tiene que reflexionar seriamente sobre los riesgos que la amenazan”.
A corto plazo, China tan sólo puede reducir el peligro si preventivamente reestructura las reservas de divisas en dólares. Las reservas de divisas de este país emergente habían crecido en junio a casi 3,2 billones de dólares estadounidenses.
A largo plazo, China tendrá que frenar ese crecimiento, aconsejó el economista Yu Bin. Y para ello, las empresas tendrían que invertir más en el extranjero o China tendría que importar más y exportar menos, de manera de  reducir su superávit comercial.
“Confiemos en que Estados Unidos siga una política responsable y tome medidas para garantizar los intereses de los inversores”, afirmó el portavoz del Ministerio del Exterior, Hong Lei. Y no mucho más se quiere decir a nivel oficial en China.
La principal agencia china de rating, Dagong, ya emitió un demoledor juicio sobre Estados Unidos.
Aun cuando la Casa Blanca llegue a un acuerdo con el Congreso antes del 2 de agosto, fecha en que se vence el plazo para levantar el techo del endeudamiento y así evitar un default, la agencia considera que la credibilidad de la deuda del país está afectada. Mientras las agencias de rating en Estados Unidos todavía califican a la primera economía mundial con un «AAA», la mejor nota, Dagong redujo en noviembre pasado la credibilidad de “AA” a “A+”. Una rebaja más es sólo una “cuestión de tiempo”, dijo el presidente de Dagong, Guan Jianzhong.
Los expertos de esta agencia de calificación señalan en un informe al que tuvo acceso dpa que la economía estadounidense seguirá retrocediendo. Estados Unidos tendrá que seguir endeudándose para pagar sus deudas. Y eso será cada vez más difícil, debido a la dudas sobre su situación económica. “Diversos factores perjudican continuamente la capacidad de devolver el dinero del gobierno de Estados Unidos”, señaló Dagong. Por ello, advirtió, “crece la posibilidad de que se repita la crisis financiera de 2008”.

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