Corrupciones

Un país en el que las causas judiciales relacionadas con la corrupción superan las 1.700 y cerca de 1.000 Municipios están bajo sospecha. Ese es el contexto en que Albert Sanfeliu escribe y dirige el documental «Corrupción: el organismo nocivo», sobre el que gira la entrevista y cuyo objetivo es dar voz a los silenciosos guardianes de la ética y la integridad que habitan en nuestras instituciones y de los que apenas sabemos su nombre. Porque la corrupción institucional parece no tener fin y afecta a los cimientos de nuestra democracia. La lucha contra ella compete a toda la sociedad en su conjunto, por lo que dar voz a los comportamientos éticos y ejemplificantes es hoy más necesario que nunca.
      Entrevista a Albert Sanfeliu, a cargo de Clara Senent y Carlos Saavedra (CS y CS).

La corrupción desde el título se define como un organimo nocivo ¿Tiene tan mala cura la corrupción en España? ¿En qué estado se encuentra?

Albert Sanfeliu (AS): La corrupción en nuestro país está en un estado de metástasis, hay un saqueo sistemático del dinero público sobre todo si ponemos el foco en los ayuntamientos. Conocer y hacer frente a lo que denominamos en el documental como “corrupción de proximidad” considero que es el primer paso para romper esa dinámica aletargada y esa desidia colectiva ante el saqueo organizado que se produce en muchos de dichos ayuntamientos.
Para un ciudadano es más fácil identificar primero y saber cómo actuar después ante la corrupción municipal, ya que puede hacerle frente directamente, cosa que no ocurre ante los flujos de dinero de los paraísos fiscales. Tenemos un nivel de cultura democrática paupérrimo y un conocimiento de las instituciones precario y eso dificulta la lucha contra la corrupción. La transmisión de conocimiento es básica, conocer las funciones de los inter- ventores municipales por ejemplo, esas personas que velan para que el dinero de los impuestos municipales se gaste conforme a la legalidad en lugar de entrar en el circuito del saqueo público orquestado por las mafias locales y por muchos cargos públicos, es una de las formas que proponemos para concienciar y hacer frente común.
El origen esencial de la corrupción en España no está en los genes, ni en factores culturales atávicos, sino en el erróneo diseño de una gran parte de nuestras instituciones políticas, económicas y sociales. Por eso afirmamos que el sistema es corruptible. Sería por otro lado reduccionismo, pensar que la lucha contra la corrupción se ciñe al ámbito judicial.

CS y CS: ¿Cómo y por qué surge la idea de realizar un documental sobre corrupción?
AS: Surge por hastío al comprobar diariamente el volumen de noticias sobre casos de corrupción, con macrocifras y teniendo todo el protagonismo auténticos caciques, sin que nadie explique en ningún momento por qué había ocurrido, dónde estaba la grieta en el sistema, quién estaba detrás de las denuncias, quién o quiénes detectaron anomalías en el funcionamiento de las instituciones. En definitiva, surge con la intención de conocer a aquellas personas con valor y valores que denuncian la corrupción desde dentro del sistema, paralizando de este modo los cauces de la corrupción y los desvíos de dinero público.
En paralelo a ser ciudadano soy documentalista y pienso, igual que la subdirectora Teresa Soler, que es necesario que cada individuo dé un paso al frente y ponga el máximo empeño y recursos propios para hacer frente a esta lacra. De ahí la propuesta de realizar el documental en la productora Pandora Box TV para dar a conocer esas voces silenciadas por el poder y ofrecer soluciones reales. Ello conllevaba focalizar, evitar las generalizaciones tan usadas a la hora de hablar de corrupción, pues llevarla al terreno de lo concreto evita dispersar culpabilidades.
CS y CS: ¿Tratar un tema como la corrupción cierra o abre puertas a la hora de distribuir el documental? ¿Qué acogida tiene? ¿Te has encontrado con centros o instituciones que hayan rechazado el documental por la temática que aborda?
 
AS: Año tras año las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirman que la corrupción es el segundo problema que preocupa a los ciudadanos por debajo solo del paro. Cuando articulas y enseñas que el sistema está corrupto, ausente de valores éticos, muestras cómo la ciudadanía puede hacerle frente y denuncias una trama orquestada en la ausencia de controles previos. Es entonces cuando compruebas que el documental es molesto para algunos sectores. De todas formas estamos muy satisfechos con la acogida que está teniendo, pues llevamos ya más de 60 estrenos en todo el país, en ámbitos y escenarios de diversa índole.
CS y CS: En el documental reúnes a interventores y funcionarios –Carlos Jiménez Villarejo, Itziar González, Maite Carol, Albert Gadea y Fernando Urruticoechea– que, en sus desempeños profesionales, públicamente denunciaron casos de corrupción ¿Cómo responden cuando les hablas de la idea de realizar un documental sobre su experiencia?
AS: La respuesta fue tremendamente positiva. Justamente valoraron mucho que quisiéramos dar voz a los denunciantes de corrupción desde dentro del sistema y que la gente a través de sus experiencias pudiera conocer cómo se gesta, reproduce y se instala la corrupción de proximidad en las instituciones, y sobre todo y muy importante, poder conocer cómo hacerle frente al escuchar sus reflexiones y propuestas. Cuando la voz crítica de un interventor o funcionario es ignorada y acallada, lo que se está intentando evitar en primera instancia son las mejoras en la organización y hay que denunciar que las inercias administrativas burocráticas son muy poderosas y nocivas. La consecuencia, casi siempre es el desgaste personal del órgano controlador, cuando no el enfrentamiento, precisamente por la falta de cultura democrática de la sociedad.
CS y CS: Una denuncia recurrente es que no se puede depender del organismo que intentas controlar. En el documental se habla de que el sistema funciona con una dialéctica que se aprovecha de la dicotomía amigo/enemigo. Tal y como está estructurado, ¿se perpetúa la corrupción?
 
AS: Ciertamente la corrupción se perpetúa por interés partidista y personal de los gobernantes y por la desidia y desconocimiento de la ciudadanía. Pongamos como ejemplo el papel de los interventores municipales que, como hemos comentado antes, velan para que los impuestos de los ciudadanos se gasten correctamente según la legalidad, desde la compra de un bolígrafo a la construcción de polideportivo. Pues bien, esos funcionarios deben presentar sus informes de reparo al mismo alcalde con el que trabajan, su sueldo, además, depende también de él, lo cual provoca una situación de vasallaje y rendición de cuentas si no se hacen las cosas según el prisma del alcalde y del Pleno Municipal. Es un sinsentido que un interventor dependa del órgano al que deben controlar.
Los interventores están subyugados a presiones continuas si realizan informes desfavorables a gastos y partidas que afectan a la economía del Ayuntamiento, en definitiva, que afectan al dinero de las arcas públicas (o sea el dinero de todos los ciudadanos) contra la acción de enriquecimiento personal del alcalde o Pleno Municipal.
Este ejemplo anacrónico de rendición de cuentas al alcalde forma parte de un sistema corrupto que desde hace más de 30 años no se quieren mejorar ni preservar los órganos de control por ninguno de los partidos políticos que han gobernado. Esta inacción es un simple ejemplo de cómo se perpetúa la corrupción organizada en este país y se mantiene, en paralelo, unas mafias locales y un caciquismo que atenaza con el miedo a perder el puesto de trabajo de los ciudadanos más desfavorecidos que no rinden pleitesía al poderoso.
   Recordemos los casos Gürtel, Brugal, Pokemon, Pretoria, Mercasevilla, Marea, Castro Urdiales, Umbra, Operación Púnica, Taula, etc. Todos ellos han sufrido las dinámicas que acabo de comentar.
CS y CS: Los cálculos de cifras que rea- liza uno de los entrevistados en el documental es espeluznante, ¿cómo crees que afecta la corrupción a los servicios públicos?
 
AS: No hay datos oficiales sobre la corrupción, solo parciales de la Fiscalía General del Estado y las declaraciones del ministro del Interior sobre las detenciones practicadas. Se estima que en 2015 había unas 1.700 causas judiciales relacionadas con la corrupción y más de 500 imputados o investigados, de los cuales solo 20 habían sido condenados y habían entrado en prisión. En la prensa se dice que hay unos 1.000 ayuntamientos con investigaciones en marcha por corrupción y con apertura de expediente disciplinario por los perjuicios ocasionados por los más de 11.000 millones de facturas “en los cajones”. Estas y otras muchas más cifras son espeluznantes. Y lo que debe entender, interiorizar y tener absolutamente claro todo ciudadano es que el dinero que entre en el circuito de la corrupción desaparece de nuestros bolsillos. Lo están saqueando de las arcas públicas, que es lo mismo que decir que nos lo están robando delante de nuestras narices. Una vez entendido este punto tan básico es obvio asumir que todos los servicios públicos se ven diezmados ante el robo sistemático de dichas arcas públicas.
CS y CS: También se habla de un retraso cultural de 200 o 300 años respecto al resto de Europa, y de las redes clientela- res que nada tienen que envidiar al caciquismo del siglo XIX, ¿cuál será la siguiente evolución?
 
AS: Eso afirma en el documental el doctor y catedrático de Ciencia Política Joan Queralt. Con el documental intentamos que cada individuo tome conciencia y mejore a título individual para que colectivamente mejoremos como sociedad. Si queremos formar parte de una sociedad más higiénica en cuanto a valores éticos y democráticos, hemos de ponernos a trabajar con tesón para que, de aquí a dos generaciones, podamos revertir el actual panorama y conocer la realidad que es el primer paso para cambiarla.
CS y CS: Tras la realización del documental muchos ayuntamientos cambiaron sus equipos y sus colores, ¿crees que esto tendrá un impacto en las prácticas corruptas que se han estado des- arrollando? ¿Cómo puede influir el salto a la esfera política de los movimientos ciudadanos?
 
AS: Veo muy positivo el paso de ciertos movimientos ciudadanos a cargos electos ya que permitirá identificar las causas de la corrupción debido a su tradición de transparencia y lucha contra esta lacra.Efectivamente, la corrupción en España ha alcanzado los niveles que ahora todos conocemos debido, sobre todo, a la consolidación de unas elites partidistas profesionalizadas que han buscado la captura de clientes, instituciones de control y fondos públicos con una voracidad desmedida.
Desde esta hipótesis puede comprobarse cómo la corrupción se ha expandido en aquellas áreas donde existe monopolio en la toma de decisiones y discrecionalidad en el uso del poder, además de débiles sistemas de control: por ejemplo, en la contratación y las subvenciones públicas o en el urbanismo, y todo ello, conectado a la financiación de partidos y el enraizamiento de redes clientelares.
Los nuevos órganos municipales de gobierno que han surgido de los movimientos sociales son adecuados para romper esas dinámicas feudales en muchos casos. Pero es importante destacar que deben seguir existiendo movimientos sociales de contrapoder fuera de las instituciones gobierne quien gobierne. La sociedad siempre debe mantenerse vigilante sin caer en la obsesión.
CS y CS: “La ética se enseña con la práctica y sobre todo con el ejemplo”, afirma Victoria Camps, catedrática emérita de Ética en la Universitat Autónoma de Barcelona y presidenta del Comité de Bioética de España, en el documental. ¿Por qué conocemos tan poco estos comportamientos ejemplares que aparecen en el documental en comparación con los nada ejemplificantes?
AS: Eso debiéramos preguntarlo, entre otros, a los medios de comunicación, que prefieren dar voz a los corruptos y al show mediático en vez de ejercer su corresponsabilidad informativa y pedagógica y poner el foco sobre personas con valor y valores que podamos tomar como referentes. A veces da la sensación que algunos ciudadanos, más que detestar a los corruptos, los envidian, dada la imagen que muchos medios arrojan de ellos. Por eso, la vital propuesta del documental es dar voz a esas personas que han de ser nuestros referentes éticos y sociales. Es una cuestión de dignidad y responsabilidad de todos los medios de comunicación el revertir las dinámicas y poner el foco también sobre los comportamientos ejemplares en la lucha contra la corrupción.
CS y CS: Tal y como se comenta a lo largo de la cinta, incluso recibir un regalo debe ser cuestionado, ¿cómo se pasa de un regalo de bienvenida a saquear las arcas públicas?
 
AS: Por mera justificación. A ello hace referencia uno de los protagonistas de la cinta, el interventor Fernando Urruticoechea: “Halagos, pequeños regalos y poco a poco ve aumentar sus retribuciones al margen de sus ingresos…, acaba justificándose y adjudicando acciones favorables al corruptor y creyendo que tanto esfuerzo y sacrificio bien valen la pena”. De nuevo la picaresca, el poco nivel democrático de conocer qué es público y no personal o privado, son los causantes.
CS y CS: El documental habla de administraciones públicas como objeto de prácticas corruptas, pero no se hace el mismo hincapié en el ente corruptor (empresas). ¿Responde este enfoque a alguna lógica? ¿No deberían tener más protagonismo?
AS: La propuesta del documental es denunciar y hacer frente a la corrupción de proximidad desde las instituciones públicas, y por tanto, aquella que se lleva a cabo con nuestro dinero, el que abonamos con nuestros impuestos. Desde luego que la corrupción está presente en otros estadios y evidentemente en el ámbito de las empresas privadas también.
CS y CS: Prácticamente todos los días leemos en la prensa un nuevo caso, ¿consideras que la reciente sobrexposición a casos de corrupción ha contribuido a anestesiar una sociedad que lo normaliza y consume como un producto más?
AS: Sí, es cierto que un exceso de información (infoxicación) diaria sobre macrodatos económicos de corrupción sin ninguna explicación de por qué ha podido llevarse a cabo, de cuál es la grieta en el sistema, genera hastío, resignación, e incluso, desafección y una nula predisposición a cómo hacerle frente. La percepción de impunidad que se tiene sobre muchos corruptos tampoco ayuda a salir del ostracismo. A veces parece que los procesos de represión y castigo estén pensados para los más débiles en vez de para esos “terratenientes” que manejan torticeramente el poder que ostentan. De ahí el enfoque pedagógico de nuestro documental, el que dé soluciones y vías tangibles al espectador para romper su desapego y, sobre todo, para que rompa su conformidad.


CS y CS: “La ciudadanía tiene ganas de luchar contra la corrupción” afirma una de las denunciantes en el documental, pero también se habla de casi total impunidad al recoger en el cierre de la cinta que prácticamente la totalidad de los casos a los que hace mención y las querellas por mobbing interpuestas por los protagonistas fueron sobreseídos. ¿No puede este sabor amargo desincentivar la lucha de la ciudadanía contra esta lacra? ¿Se refuerza así el organismo nocivo?
AS: Los poderosos, los malos, los corruptores, juegan con la desidia crónica de una parte de la sociedad y con provocar desconcierto en la otra. Pongo como ejemplo la nocividad del lenguaje cuando desde muchos sectores se afirma que “todos los políticos son corruptos”, “si no roban estos roban los otros”, etc. Estas quejas estériles son el primer caldo de cultivo de los poderos para decirnos que cualquier cambio puede ir a peor y que mejor que ellos nadie para mejorar la situación.
   La lucha contra la corrupción ha de ser colectiva y de largo recorrido. No podemos convertirnos en una sociedad equitativa y éticamente irreprochable de hoy para mañana. De nuevo la transmisión de valores y denuncia continua de irregularidades son fundamentales para avanzar.
CS y CS: ¿Cómo se pasa de una democracia representativa a una democracia participativa que pueda poner coto a estas prácticas? ¿Pueden ser los observatorios ciudadanos parte de la solución?
AS: El cambio entre estilos de democracia se consigue rompiendo la costra dominante que nos tiene aletargados e inmóviles desde hace siglos. Como bien apunta el Joan Queralt en el documental: “La democracia no es solo ir a votar cada 4 años” y “según nuestro Tribunal Constitucional, la calle es el principal foro de actuación política”. Estos conocimientos son los que no forman parte de nuestra cultura democrática y es por eso que cuesta pasar de una democracia aletargada a una verdadera y participativa, con instituciones que realmente nos representen y corresponsabilidad personal a la hora de decidir qué sociedad deseamos.
Está en nuestras manos, y prueba de ello es el vital papel que hacen los observatorios ciudadanos municipales: un reducido grupo de ciudadanos que interpelan a su municipio de forma pública sobre aquellas cuestiones que nos pertenecen a todos. Lo primero que consiguen es hacer públicos los presupuestos municipales y ver, de forma desglosada y entendible, las partidas para conocer en qué y cómo se gasta el dinero de cada ciudadano. A través de una web se puede tener acceso y formular preguntas púbicas al consistorio de forma que se vea interpelado públicamente. Es una propuesta de participación y de transparencia que surge desde la ciudadanía para poder visualizar el buen funcionamiento de los ayuntamientos.
Estamos muy orgullosos de dar voz en el documental a esta solución real para luchar contra la corrupción. En muchas de las ciudades que se ha proyectado el documental, se ha creado posteriormente un observatorio como primera medida de control y conocimiento del gasto público de su ayuntamiento. De nuevo la sociedad organizada como primer eslabón. ¡Porque nadie sabe más que todos juntos!

Entrevista realizada por:
Clara Senent Alonso, graduada en Relaciones Internacionales y máster en Globalización y Desarrollo.
Carlos Saavedra Bajo es periodista y miembro del equipo de Comunicación de FUHEM.

Acceso al texto del artículo en formato pdf: Entrevista a Albert Sanfeliu.
Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, núm. 135, otoño 2016, pp. 149-155.  - http://www.revistapapeles.es/detalle.aspx?content=169 - Imagenes: El Roto

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