Las 5 w climáticas

¿Cómo debe cubrirse la información climática? ¿Se está haciendo bien? ¿Cuentan las redacciones con personas especializadas en la materia? Abordamos el estado del periodismo climático con periodistas de medios nacionales e internacionales: Restricciones en el consumo de agua en diversas zonas del país. Enormes incendios forestales alrededor del mundo, hambruna en Somalia e inundaciones devastadoras en Asia. Este tipo de noticias suelen aparecer como destellos informativos. Pero, ¿se están explicando de manera clara las causas de estos sucesos? ¿Sabe la mayor parte de la ciudadanía que el cambio climático va a provocar grandes perjuicios en su salud, su economía o sus comunidades? ¿O lo ven como un problema lejano?

Elisenda Pallarés

The Guardian es uno de los medios de comunicación de referencia sobre información climática. Sin embargo, en el año 2015, cuando Alan Rusbridger se despedía como director del diario británico, admitió que su espinita era “no haber sabido contar el cambio climático”. En una entrevista a El Mundo decía: “Se nos ha ido la fuerza con el debate científico, que creo que ya está suficientemente claro”. Además, señalaba que ya era hora de reclamar acción política para abandonar los combustibles fósiles, causantes en gran medida de las emisiones de dióxido de carbono. “Si creemos en lo que nos dice la ciencia, vamos a tener que dejar gran parte de nuestras reservas bajo tierra si no queremos que se disparen las temperaturas”, aseguró.
Mientras en otros países hay más educación ambiental y el debate científico al que aludía Rusbridger está superado, en España todavía vemos tertulias televisivas donde se cuestiona la crisis climática. En una especie de broma pesada que recordaba a la película No mires arriba, se ha visto, por ejemplo, a Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid, rebatiendo los argumentos de la epidemióloga ambiental Ana María Vicedo-Cabrera sobre el impacto del cambio climático en la salud de las personas.
“La gravedad de la emergencia no está lo suficientemente visibilizada, ni en los medios de comunicación, ni en las diversas instituciones gubernamentales”, opina Irene Baños, periodista climática que colabora con Deutsche Welle (DW). “Muchos medios se quedan con un mensaje simplista. Cuando detienen a Greta Thunberg o cuando recogen las acciones de activistas en obras de arte, no te explican el contexto”, añade Baños. Ella apunta a la necesidad de “explicar el impacto que el cambio climático tiene en las personas” y de “hablar de la salud y de la economía para conectar con el público”.
Covering Climate Now es una organización estadounidense que proporciona herramientas a los periodistas para mejorar sus coberturas sobre crisis climática. Su cofundador y director, Mark Hertsgaard, también corresponsal ambiental de la revista The Nation, ha criticado el silencio climático que ha reinado en los principales canales de televisión de Estados Unidos en los últimos años. “Las demandas brutales de audiencia y dinero todavía funcionan en contra de la cobertura adecuada de la historia climática”, asegura. Sin embargo, opina que el “silencio climático” se ha roto en parte porque Greta Thunberg y otros activistas “sacaron a millones de personas a las calles, lo que hizo que los líderes políticos y de los medios se dieran cuenta de que tenían que prestar más atención”. Dicho esto, opina que los medios de comunicación en su conjunto siguen siendo demasiado “clima silenciosos”.
El redactor de El País Manuel Planelles se muestra optimista. “En España los grandes medios están dedicando cada vez más recursos a comunicar sobre cambio climático y medioambiente. Hay cada vez un periodismo más robusto. Y, más que pensar en la cantidad de lectores, pensamos en la calidad; la gente que nos lee valora nuestro trabajo y está dispuesta a pagar por ello”, asevera Planelles. El País ha destinado los recursos suficientes para que este periodista haya podido trabajar durante semanas con otros compañeros y ofrecer así trabajos multimedia sobre, por ejemplo, el quebrantahuesos o el cachalote. Y es que la crisis de biodiversidad es uno de los grandes temas en los que se están poniendo el foco los periodistas ambientales recientemente.
Los medios norteamericanos y británicos son los que más recursos destinan a cubrir el cambio climático. Lo hacen a nivel local, nacional e internacional, y con equipos que trabajan conjuntamente en las historias escritas, los podcasts, los vídeos, la visualización de datos y la fotografía. Todas las herramientas posibles se ponen al servicio de la que es, según la directora editorial de The Washington Post, Sally Buzbee, “la historia más importante del siglo”. Este diario inició la sección Clima en 2018 con cinco periodistas y un editor. En noviembre de 2022 anunció que ya cuenta con más de 30 periodistas. “Estamos comprometidos en aumentar la plantilla para reflejar cuán global y trascendental es esta historia”, afirma Juliet Eilperin, editora climática del diario americano. “Tenemos la intención de cubrirlo de todas las formas imaginables, ya sea con piezas de investigación importantes, visualizaciones de datos convincentes e historias accesibles que ayuden a los lectores a tomar decisiones ambientales en sus propias vidas”, explica Eilperin.
“La información climática es global, por eso necesita periodistas especializados en internacional y que los medios inviertan en desplazar equipos a lugares donde no siempre es fácil. Y trabajar allí durante semanas en las historias. Los que más capacidad tienen para ello son The New York Times y National Geographic”, indica el periodista gráfico Santi Palacios, cofundador de 5W y Sonda Internacional.
Los medios especializados son escasos pero de mucha calidad, como Carbon Brief, Grist o Inside Climate News. También hay publicaciones más centradas en temas medioambientales o de biodiversidad sin olvidarse del clima porque establecen relaciones de causa-efecto, con redacciones muy importantes. Un claro ejemplo es Mongabay, un medio que publica en inglés, español (con una gran cobertura en toda América Latina), indonesio, francés, portugués e hindi, y que cuenta con más de 800 colaboradores en 70 países. En España, destaca la revista Ballena Blanca.
El editor adjunto de Carbon Brief, Simon Evans, monitoriza cada día la cobertura a nivel mundial sobre el clima y la energía para su newsletter. “Hemos visto un aumento masivo en la cobertura climática de los principales medios de comunicación, desde Al Jazeera y BBC News, hasta The New York Times, Associated Press y The Washington Post. Muchos de estos medios han creado equipos dedicados a cubrir el cambio climático en los últimos años”, celebra. Evans plantea que hay un debate sobre si se deben tener equipos especializados y dedicados al clima en las salas de redacción, o si las publicaciones deberían intentar incluir el cambio climático “como un hilo conductor en todas sus coberturas”. “Es fundamental tener un núcleo en la redacción que sepa cuáles son los temas básicos en cuanto a información climática y que hagan el seguimiento. Pero hay que llevar la cobertura climática a todas las secciones”, sostiene Diego Arguedas, network manager de la red Oxford Climate Journalism del Reuters Institute. Arguedas fundó en el año 2014 Ojo al Clima, el primer medio climático en Costa Rica, porque sentía que, a pesar de las importantes políticas medioambientales de su país, “los medios no le otorgan al clima el protagonismo que deberían”. Ahora trabaja en esta institución que conecta y forma a periodistas de todo el mundo y de distintas especialidades en periodismo ambiental. “Tan dañino es un escritorio solo de clima aislado, como hacer la transversalidad sin especialistas que apoyen a sus colegas”, afirma el costarricense.
“La crisis climática no es solo un tema informativo que da titulares, sino que es un tema que atraviesa nuestra vida. Cualquier tema que nos preocupa está relacionado con el cambio climático”, reflexiona Valentina Raffio, periodista científica de El Periódico. Raffio señala que cada vez son más los compañeros de otras secciones que se acercan a su mesa para interesarse por aspectos relacionados con el clima. Ella trata de adoptar un tono lo más divulgativo posible, sin abandonar el rigor, para atraer a los lectores.
El interés de las audiencias jóvenes
Todos los medios y profesionales consultados para la elaboración de este reportaje coinciden en que cubrir la información climática con calidad requiere mucho tiempo y recursos. Algunos de los grandes medios de titularidad privada hacen esta apuesta tras observar que “las audiencias más jóvenes son las que muestran más fervor por el cambio climático, en parte porque serán las más afectadas por él”, comenta Juliet Eilperin, editora de clima de The Washington Post. Este diario es propiedad de Nash Holdings LLC, una empresa controlada por Jeff Bezos, creador de Amazon.
En materia ambiental, abundan los medios de comunicación sin ánimo de lucro y que comparten sus contenidos de licencia libre con otras publicaciones para alcanzar más público. Ejemplos de ello son The Revelator, Grist o Mongabay. El gran reto es conseguir la financiación necesaria. The Guardian consigue estar liberado de las tensiones de un modelo comercial y lidera un periodismo independiente gracias a que sus fondos provienen de un fideicomiso y al modelo de suscripciones digitales. Carbon Brief está financiado por la European Climate Foundation. “Esta subvención nos permite tener tiempo y espacio para desarrollar reportajes explicativos y en profundidad, así como análisis detallados, lo que no sería posible en muchas salas de redacción”, destaca Simon Evans.
Medios sin ánimo de lucro como Inside Climate News, galardonado con el premio Pulitzer, han demostrado la necesidad de un periodismo de investigación. Este digital reveló en 2015 que la energética ExxonMobil conocía las consecuencias para el clima de sus actividades extractivas, así como las maniobras que llevaba a cabo para sembrar dudas sobre el cambio climático. El periodismo tiene la obligación de ofrecer información veraz en un contexto como el actual, en el que las empresas energéticas participan incluso en las cumbres del clima, restando importancia a la urgencia de frenar sus emisiones, blanqueando sus actividades e invirtiendo recursos para influir en la opinión pública.
“Hay que poner en valor, y mucho, el papel de los medios de verificación. Son un cortafuego para los bulos y nos ayudan muchísimo a otros periodistas para que no nos la cuelen. En España tenemos a Maldita, con una sección específica para Clima, y a Verificat”, remarca Raffio. También Newtral cuenta con un departamento específico para verificar datos.
“Lo que no se ve, no existe”
El fotoperiodista Santi Palacios, cansado de acudir a grandes medios y no obtener los recursos necesarios para llevar a cabo las coberturas que tiene en mente, decidió fundar Sonda Internacional en 2022. “Lo que no se ve, no existe. Y corresponde a nuestra generación documentar la crisis climática, la mayor problemática a nivel global”, asegura. Sonda Internacional está especializado en periodismo visual sobre la crisis climática para un público hispanohablante y se apoya en un modelo de suscripciones o donaciones de los lectores y lectoras.
Está convencido de que para consolidar un modelo de suscripciones, “la única estrategia viable es hacer un periodismo de mucha calidad, de largo recorrido”.
Los peores efectos de la crisis climática repercuten, inmerecidamente, en áreas del sur global que han contribuido poco al problema al disponer de menos o escasa industria. En estos países se está prestando mucha atención al clima, tanto por parte de periodistas locales como de los corresponsales. “Hacemos muchos reportajes desde el terreno, para demostrar el impacto real de la crisis climática en todos los aspectos, como el acceso al agua, la agricultura, el bienestar y la mortalidad o la capacidad de aprender y jugar. También recogemos los impactos en la flora y la fauna, es decir, en los ecosistemas de los que formamos parte”, indica Nina Lakhani, reportera de The Guardian. Asimismo, se esfuerza en visibilizar las iniciativas de las comunidades indígenas y en señalar las “falsas soluciones impuestas por parte de las grandes industrias”.
El periodismo climático también se encuentra con la obligación de denunciar violaciones de los derechos humanos. “América Latina es la región más peligrosa para defender el medioambiente y la tierra, pero también para ejercer el periodismo”, explica Lakhani, quien ha recibido amenazas por investigar el asesinato de la activista hondureña Berta Cáceres. “En general, las amenazas y la violencia están dirigidas a los defensores y periodistas locales. Es crucial que nosotros, que tenemos más privilegios, recursos y seguridad, hagamos todo lo posible para continuar investigando los casos y brindar todo el apoyo posible a nuestras fuentes locales y colegas”, sostiene la reportera.
También es vital descolonizar la mirada y acudir a las fuentes locales. Y más cuando “con frecuencia, las personas expertas a nivel mundial están en el sur global”, remarca Diego Arguedas. Desde el Reuters Institute han creado una base de datos con más de 800 fuentes científicas ubicadas en países de África, Sudamérica o Asia. Esta herramienta permite buscar especialistas por ámbito científico o zona geográfica y pretende aportar más pluralidad y riqueza. “Si estás haciendo un trabajo sobre los manglares, el mayor conocimiento sobre estos ecosistemas está en el Sur Global por razones geográficas. Tiene más sentido entrevistar a un experto de Bangladesh o Brasil que a uno de Londres”, concluye el costarricense.
En busca de soluciones
Una mayoría de la población (que oscila entre el 75% en Estados Unidos y el 89% en la India) expresa estar preocupada por el impacto del cambio climático en los habitantes de todo el mundo, según una encuesta del Reuters Institute realizada en ocho países. A pesar de ello, citan el agotamiento o la ansiedad como los principales motivos para evitar la información climática. Muchos de estos ciudadanos sienten que no pueden hacer nada. Para responder a este problema son varios los medios de comunicación que están lanzando secciones de “soluciones climáticas”. “Hemos descubierto que nuestros lectores no solo quieren aprender sobre los desafíos que enfrenta el planeta o las últimas decisiones políticas, también quieren comprender el papel que pueden desempeñar para ayudar a protegerlo”, explica la editora de The Washington Post. Este medio ha lanzado una newsletter, Climate Coach, enfocada a dar ideas para combatir la crisis climática.
“Entiendo el pensamiento que hay detrás del ‘periodismo de soluciones‘ para dar esperanza e inspiración a las audiencias sobre un tema que es un reto a la hora de informar y leer. Hay muchos desarrollos alentadores que cubrimos en Carbon Brief, ya sea el rápido crecimiento de la energía eólica y solar o la creciente implantación de los automóviles eléctricos. Sin embargo, creo que existe el peligro de que el ‘periodismo de soluciones’ dirija la atención a los individuos en lugar de a las sociedades. Si bien hay cambios que cada uno de nosotros puede tomar para reducir las emisiones, la mayor parte de las reducciones solo se puede lograr con acciones políticas y corporativas”, reflexiona Simon Evans. El editor no pierde de vista la necesidad de acometer cambios sociales. “Vivir sin automóviles solo es posible cuando el diseño urbano y la infraestructura de transporte público permiten viajar sin vehículos privados”, ejemplifica.
La investigadora Gemma Teso, una de las autoras del informe Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático, realizado por la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con Ecodes, es optimista respecto a la situación de la información climática en España. Su monitorización de los medios confirma el creciente interés en los últimos años. “Las televisiones y radios públicas, como RTVE, comunican más el cambio climático que las privadas, aunque hay que destacar el esfuerzo que se realiza desde medios como laSexta o la Cadena SER”, asegura la profesora. “Donde hay que hacer un gran esfuerzo es en los medios de comunicación locales, en formar a los periodistas que son todoterreno y que cubren todo tipo de informaciones, ahí está la gran asignatura pendiente”, añade Teso. En el tratamiento y espacio que se le brinda a la información climática también “influye mucho la línea editorial del medio”, señala Teso, quien considera que “el clima no debería tener ideario político, no debería ser objeto de lucha partidista o de polarización, pero así sigue siendo en nuestro país”.

En conclusión, los medios deberían asumir su parte de responsabilidad para afrontar el mayor reto al que se enfrenta la humanidad: el cambio climático. El primer paso sería dejar de minimizar o silenciar la crisis climática que estamos atravesando.

Fuente: https://climatica.coop/las-5-w-climaticas-periodismo-climatico/. Este reportaje se publicó originalmente en el Magazine 2023. Puedes adquirir las revistas en este enlace. Imagen de portada: Foto: los medios deberían asumir su parte de responsabilidad para afrontar el mayor reto al que se enfrenta la humanidad: el cambio climático.

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