Argentina: El Tiburón como trofeo
Seguramente vos tenés, o conocés, alguien que tenga alguna copa o trofeo que ganó en algún momento de su vida. Algún abuelo, padre, tío, hermano o amigo. Es común ver en algunas casas trofeos reposando sobre estantes o bibliotecas. Juntando algo de polvo y recordando el paso implacable del tiempo. Torneos de truco, de fútbol, paddle, carreras, lo que sea. Copitas de plástico dorado, emulando el preciado metal, guardando lindos recuerdos de momentos vividos. Muchas veces funcionan como disparadores de anécdotas o de historias familiares.
Siendo así, es difícil llegar a entender que la cabeza de un animal o alguna de sus extremidades o piezas óseas, pueda ser tomada como trofeo.
Del mar a las paredes, collares o cuadros
Este verano, como en tantos otros, las redes sociales se llenaron de imágenes de personas exhibiendo tiburones como trofeos de pesca. Esta práctica no solo es controvertida sino que refleja una realidad preocupante: la falta de conciencia sobre la conservación de estas majestuosas e indispensables criaturas marinas.
Los tiburones enfrentan dos grandes amenazas: la pesca indiscriminada y la demonización perpetuada por décadas. Estos depredadores tope, fundamentales para el equilibrio ecológico marino, regulan poblaciones y mantienen la estructura de los ecosistemas costeros.
A pesar de su importancia, muchas especies de tiburones están al borde de la extinción debido a actividades humanas como la pesca no regulada, la destrucción de hábitats y la contaminación. En Argentina, la situación no es diferente: aproximadamente un tercio de las especies de tiburones en nuestras aguas están en peligro.
La matanza indiscriminada es alarmante: entre 100 y 300 millones de tiburones son capturados cada año, un exterminio que amenaza su existencia.
Es crucial cambiar nuestra percepción y actuar con urgencia para conservar estos increíbles animales marinos. El futuro de los tiburones depende de nuestra capacidad para proteger su hábitat y regular la pesca. Es hora de que reconozcamos su valor ecológico y nos comprometamos a asegurar su supervivencia para las generaciones futuras.
Pero para eso, primero hay que dejar de verlos como trofeos. Porque un trofeo es un símbolo de logro, un recuerdo de una hazaña personal o colectiva. No de la muerte de una especie clave para la vida en el mar.
Otorgándole prestigio a la caza de estos animales, se está perpetuando un modelo de relación con la naturaleza que nos limita como sociedad. Tal vez sea hora de cambiar de perspectiva: que el verdadero trofeo no sea la muerte, sino el conocimiento, la admiración y la protección de aquello que aún nos queda por comprender.
Fuente: Sin Azul no hay Verde - https://sanhv.org/el-tiburon-como-trofeo/