Globalización pandémica

Nuevas mutaciones de la cepa H5N1 de la gripe aviar siguen apareciendo. Ya podemos hablar de una panzootia, puesto que este virus ya ha afectado a cientos de especies de aves y a más de 48 especies de mamíferos de todo el mundo: Si hoy entretejemos dos hechos sucedidos en 1996 resultan relevantes. Fue entonces cuando La Vía Campesina, reunida en México, propuso el concepto de soberanía alimentaria como resistencia a la industrialización agrícola espoleada por la globalización de los mercados y el surgimiento de la Organización Mundial del Comercio. Mientras tanto, al sur de China, se detectó el primer foco de gripe aviar subtipo H5N1 en una granja de gansos.

Gustavo Duch

La gripe aviar se clasifica en dos categorías, de baja o alta patogenicidad, y la H5N1 pertenece a este segundo grupo, que no solo causa elevados índices de mortalidad entre las aves domésticas o especies silvestres afectadas, sino que también son aquellas que, en ocasiones, saltan la barrera de especie e infectan a otras especies de animales, incluyendo el ser humano. En este sentido, pocos años después ya aparecieron recogidos en publicaciones –como las de la organización GRAIN– informes científicos que señalaban dos evidencias. Por un lado, que estas cepas altamente patógenas de la gripe aviar se desarrollan con mayor probabilidad en las aves de crianza intensiva, donde la gran concentración de individuos con uniformidad genética favorece que los virus de formas menos patógenas evolucionen rápidamente hacia formas más patógenas y de fácil transmisión. Por el otro, se advertía de que las aves silvestres en contacto con las estabuladas, contagiadas y enfermas por estos virus, contra los que no tenían defensas, se convertían –además de en víctimas– en uno de los factores principales de propagación de las diferentes variantes de los virus que iban surgiendo.
Pero las políticas de prevención de entonces, aun sabedoras del riesgo cercano de que alguna cepa pudiera mutar y acabar provocando una pandemia para la especie humana, no quisieron enfrentarse a los poderosos intereses económicos que representaba la industria avícola mundial. Al contrario, aprovecharon el temor a dicha pandemia para impulsar medidas que ayudaron aún más a su expansión. Culpabilizando a las granjas domésticas por su falta de control sanitario y su relación directa con las aves migratorias, se optó por favorecer la crianza industrial estabulada, lo que provocó una mayor concentración del negocio en pocas y muy grandes granjas. Como acaba de publicar el Observatorio de Bienestar Animal y el Eurogroup For Animals, las megagranjas avícolas en Europa han alcanzado la cifra de 10.862 granjas de pollos con al menos 40.000 aves cada una (tanto criadas para la producción de carne como de huevos), mientras que las pequeñas y medianas están desapareciendo rápidamente (entre 2005 y 2020, la UE perdió 5,3 millones, en su mayoría pequeñas explotaciones). Supuestamente, bajo estrictas medidas de bioseguridad (muy lucrativas para algunas empresas de sanidad animal), estas instalaciones permitirían mantener a raya las peligrosas evoluciones del virus.
Pero sin detener la industria aviar intensiva, las mutaciones de la cepa H5N1 siguen apareciendo y ya podemos hablar de una panzootia (pandemia animal), puesto que este virus ha saltado a otras especies. Muy rápidamente, ha afectado a cientos de especies de aves y a más de 48 especies de mamíferos domésticos y salvajes en muy diversos territorios de todo el mundo, con consecuencias devastadoras. Desde 2018 se contabilizan diferentes episodios que nos hablan, por ejemplo, de la muerte de un 5% de los pingüinos africanos, 4.000 grullas comunes en Israel, 20.000 cormoranes en Sudáfrica, un 62% de las golondrinas del lago Michigan, el 40% de pelícanos peruanos o más de 30.000 leones marinos sudamericanos… entre otras muchas más semiextinciones.
La ciencia explica que el salto del virus a los mamíferos facilita el contagio a los humanos. El hecho de que algunas vacas lecheras de granjas intensivas de los Estados Unidos estén ya infectadas agrava la preocupación. De nuevo, se produce en escenarios de hacinamiento que facilitan las mutaciones sin que nos cuestionemos este tipo de producción animal.
¿Seguimos confiando en la bioseguridad de sistemas ganaderos intensivos para prevenir pandemias? Como sostuvo desde sus inicios el paradigma de la soberanía alimentaria, parece mucho más sensato y prudente reorientar el sistema alimentario a partir de muchas, pequeñas y diversas granjas y huertos más acordes con los sistemas de vida propios en la naturaleza.

Fuente: https://ctxt.es/es/20250601/Firmas/49439/globalizacion-pandemica-industria-alimentaria-gripe-aviar-capitalismo-ganaderia-intensiva.htm - Imagen de portada: Foro por la vida, la justicia social y ambiental. México, diciembre de 2010. / Amigos da Terra Brasil

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