La extraordinaria (e incomprendida) vida de las cucarachas

“No te atreverás”. “No eres capaz de dedicarle un artículo a semejante bicho”. “Cómo vas a hablarles a los lectores de La Vanguardia Natural de las cucarachas cuando el simple hecho de nombrarlas provoca reacciones de pánico en la mayoría de la gente”... Estas han sido algunas de las reacciones de las personas de mi entorno cuando les he comentado mi intención de dedicarle una entrega de nuestra serie sobre la fauna casera a este insecto: tan habitual como desconocido para la mayoría de la gente. Sin embargo se trata de una de las criaturas más extraordinarias de cuantas comparten nuestro hábitat. Tan solo hay que vencer ese instinto natural de repulsa hacia los grandes insectos, un reflejo atávico que nos impide aproximarnos a algunos de los animales más evolucionados del planeta.

José Luis Gallego

Los entomólogos han descrito alrededor de 4.000 especies de cucarachas en todo el mundo de diferente tamaño y aspecto, pero tan solo tres pueden considerarse comunes en Europa.  
De menor a mayor son: la cucaracha rubia (Blatella germánica) que mide apenas centímetro y medio de longitud; la cucaracha negra o común (Blatta orientalis) que puede superar los tres centímetros; y la cucaracha americana (Periplaneta americana) que es la mayor de todas, con ejemplares que superan los cinco centímetros de largo.
Miles de especies de cucarachas viven en el medio natural, otras están perfectamente adaptadas a la vida en el medio urbano (imv / Getty)

Estos evolucionados animales llevan más de doscientos millones de años habitando el planeta, quizás debido a ello su evolución hace tiempo que se detuvo, entendiendo que habían alcanzado los niveles óptimos para asegurarse la supervivencia.
De alimentación omnívora, las cucarachas que habitan nuestro entorno pueden hacer acto de presencia en cualquier momento del día (especialmente la rubia) aunque por norma general mantienen una actividad muy discreta, huyendo de las miradas y de nuestra violenta reacción a su presencia. Por eso acostumbran a permanecer escondidas en los rincones más oscuros a la espera del momento adecuado para salir en busca de alimento.
A pesar de todas las leyendas que las acompañan, lo cierto es que estos insectos no causan daños en el hogar, aunque las hembras en celo despiden un olor característico destinado a atraer al macho que puede resultar desagradable. Pueden transmitir gérmenes, como cualquier otro animal, pero no actúan como vector de ninguna enfermedad que podamos asociar a su presencia.
De las tres especies europeas la negra es la más abundante. Su cuerpo coriáceo y brillante y sus largas antenas la hacen inconfundible. Los machos poseen un par de élitros (que es como los entomólogos denominan a las alas de los insectos) perfectamente desarrollados, aunque raras veces vuelan. Cuando llega el frío desaparecen de la vista permaneciendo aletargadas en su escondite.
Especie invasora
La cucaracha americana llegó a nuestro continente aprovechando los viajes en barco y avión de sus huevos, depositados entre la mercancía de las bodegas o directamente en las ropas de los pasajeros. Existen estudios que asocian la presencia de esta cucaracha a localidades portuarias o donde reside personal de transporte aéreo. De color caoba, su tamaño es ciertamente espectacular y vuela perfectamente gracias a sus potentes élitros.
La cucaracha rubia es la inquilina habitual de los bares donde se oculta preferentemente al calor de la cafetera. De color rubio, mucho más pequeña que la americana y más estilizada que la negra. De aspecto mucho menos repulsivo debido a su menor tamaño, tiene unos hábitos más diurnos que las otras dos.
Las plagas de insectos pueden causar problemas pero los tratamientos insecticidas excesivos, también (hedgehog94 / Getty)

Una de las peculiaridades más excepcionales de la cucaracha está en su sistema de reproducción. La evolución ha dotado a estos seres de un mecanismo altamente especializado para asegurar el éxito de sus puestas. Así, los huevos de la cucaracha (de 12 a 50 dependiendo de la especie) quedan depositados en una especie de vaina semirrígida que la hembra expulsa por el abdomen para depositarla en el lugar apropiado. Una decisión que a menudo corrige en función de las sospechas que le transmita el lugar elegido, trasladándola sin dudarlo a un emplazamiento más seguro.
Esa vaina, llamada ooteca, es una auténtica incubadora que va a mantener en condiciones óptimas a los huevos hasta eclosionar. Tras una metamorfosis ligera las ninfas se convertirán en minúsculas cucarachas invadiendo el espacio elegido por la hembra. De ese modo han conseguido habitar la práctica totalidad del planeta: desde los rincones más fríos, a muchos grados bajo cero, hasta los hábitats con las temperaturas más altas.
Por todo ello y más allá de la repulsa que nos puedan causar, y que en determinados casos puede degenerar en auténticas reacciones de fobia, las cucarachas figuran entre las mayores especialistas de la supervivencia en este planeta y no podían dejar de aparecer en este catálogo de existencias dedicado a la fauna casera.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/ecogallego/20191211/472179081343/la-extraordinaria-e-incomprendida-vida-de-las-cucarachas.html - Imagen de portada: Buena parte de la población de los paises occidentales considera a las cucarachas como unos insectos nefastos (gan chaonan / Getty Images/iStockphoto)

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