Argentina: Campaña antimapuche en Mendoza, con discursos negacionistas, colonialistas y racistas"

El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, en el marco de la Ley 26.160, reconoció territorios al Pueblo Mapuche en Mendoza. Sobrevino una campaña política y mediática contra la comunidades. El werken (vocero) Gabriel Jofré escribió una carta en respuesta ante tanto agravio. "Vamos a seguir en el camino de la diversidad y la defensa de los territorios", afirmó.

Por Gabriel Jofré*

“Hay un cerro que se llama el Cerro Negro, en este mismo departamento de Malargüe, que es muy alto y arriba termina muy agudo. Al subir, si uno grita principalmente, enseguida llega un viento terrible y no lo deja andar más ahí, tiene que bajar. Todos dicen que el Cerro Negro se enoja porque no quiere que cierta gente pise sus dominios. Algunos dicen que debe tener un tesoro y así lo defiende”, relata Manuel Antonio Jofré, en 1974, en el libro Cuentos y leyendas populares de la Argentina (de la autora Berta Vidal de Battini). El testimonio da cuenta del respeto por la naturaleza y la ancestralidad en la zona. En la página 94 explica: “El cerro se enojó porque todos estos hombres desconocidos, con tantos aparatos, trepaban por sus peñascos. Cuando yo subía solo, nunca pasó esto porque a mí me conoce el Cerro y la Cordillera”.
El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) publicó en enero la finalización del relevamiento territorial, técnico, jurídico y catastral de las comunidades lof El Sosneado (en San Rafael) y las lof Suyai Levfv y Limay Kurref (en Malargüe), en la zona sur de Mendoza. Dicho mecanismo fue establecido por la Ley de Nacional de Emergencia de la Propiedad Comunitaria e Indígena (26.160). Lo anunciado por el INAI fue el fin de un proceso que las comunidades veníamos solicitando desde 2009.
Para nosotros fue una buena noticia, pero para el gobierno de Mendoza y su aparato mediático fue mala. Al punto tal que el ex gobernador Alfredo Cornejo, jefe de las fuerzas políticas que gobiernan Mendoza, inició una campaña de desprestigio, de discriminación y de odio sobre las comunidades mapuche. Esto fue escalando a nivel nacional, llegando a expresarse el ex senador Miguel Ángel Pichetto.
El gobernador de la provincia, Rodolfo Suárez, funcionarios y candidatos del frente Cambia Mendoza llegaron a convocar a una caravana antimapuche que no tuvo mucho impacto en la zona de Malargüe, donde estamos, pero que sí convocó a personas de ciudades cercanas alentadas por este discurso de odio, que dice que los mapuche somos de Chile y vamos a invadir. Esta campaña tiene un uso electoral, pero es también de persecución política y de discriminación. Por eso iniciamos acciones jurídicas y un derecho a réplica para reivindicar nuestro proceso como Pueblo Nación originario.
¿Quién responde a tanto odio y ensañamiento? Responden los que más nos conocen: nuestros territorios y todas sus fuerzas naturales. Y dicen: Amulen Taiñ Mapudumgum (regresa nuestro idioma, el habla de la tierra). Esta memoria tan custodiada, tan resguardada, tan resistida vuelve a cada paso de este presente en que nos vamos encontrando.
Comenzar este texto con una cita de mi padre, Manuel Antonio Jofré, mi chachay (padre querido), es más que una responsabilidad. Es una decisión política para que continúen las palabras de esta lengua española, crujiendo y desbordando por sus intersticios, de tanta memoria violentada y manoseada.
Hay, hubo y van a seguir habiendo mapuche. Desde los tiempos inmemoriales, cuando Malargüe era Malahue o Malalwe, que estas tierras vienen siendo en nosotros, nosotras y nosotres. Tanto ser comunitario y ancestral que, desde lejos apacible y desde adentro tan activo y transhumante, sigue recorriendo sus quebradas y valles. Esas geografías no nos serán negadas.
Tampoco nos será negado tanto río susurrando, tanto viento enfurecido, tanto cerro embravecido. Así fue y así seguirá siendo porque la ambición de ciertos seres humanos no alcanzará nunca contra tanta vida, Fentren Monguen (mucha vida), Kume Rakizuam (buen pensamiento).
Entre portales de internet y altos estrados de funcionarios estatales corren tintas virtuales y campañas mediáticas electorales que derraman mezquindad, mientras distraen a “la gente” para promover y difundir falsedades.

Estamos en un momento trágico. No son solo los pagos de la deuda externa, o los compromisos políticos con los sectores concentrados de la economía mundial (que no responden a la economía y necesidades de nuestros pueblos). Estamos en un instante del desarrollo de los tiempos, en una crisis climática y por lo tanto de sentidos y saberes.
A esto se suma un buen combo local de privatización de las aguas, la apropiación ilegal del Cerro Amarillo, la reorganización del fracaso en la administración de la Obra Social de Empleados Públicos de Mendoza y las nuevas paritarias docentes.
Párrafo especial será para quienes vienen acompañando desde la academia y las ciencias sociales, que traen desde la epistemología y la ética reflexiva bocanadas de compromisos, aires de verdades complejas y colectivas, críticas visiones del rol de las clases políticas dirigentes.
Mientras tanto, y de lugares oscuros de la institucionalidad, aparecen sectores corporativos reanimados en sus esquemas de populismo de derecha, con ínfulas de herederos de los genocidas de la Campaña del Desierto y del proceso de Organización del Estado Nación, que desempolvan nuevos formatos de viejos discursos negacionistas, colonialistas, racistas. Tratan de imponer desde algunos referentes académicos de poca monta y superhispanizados fundamentos escasos para tratar de incidir en debates elaborados y profundos que ya han superado estas pequeñas rémoras feudales y monárquicas.
Ejercemos nuestro derecho a réplica, o quizá varios, frente a tantos flancos de ataque. Aquí estamos: resistiendo pero también avanzando, desde los encuentros, las conversas, el Gulamtuwun (gran intercambio de historias y saberes, encuentro de autoridades ancestrales), recreando diálogos en los que se puede profundizar, compartir y emocionar hasta el abrazo y el llanto.
Aquí vamos, porque no se están dando cuenta de su encerrona, de su realidad fragmentada de las encuestas dibujadas, de su indecorosa embestida sin sentido, de su incapacidad para el diálogo y el encuentro. Es triste pero no al punto de considerarlos víctimas, sino responsables de delitos y violaciones que deberán pagar como todo aquel que es victimario.
Y si faltara algo: tenemos mucho para dar. Somos muchos, muchas y muches más los que sí buscamos el encuentro, los que sí creemos que la democracia es más que lo que hoy se define administrativamente. Todes los que entendemos y nos entendemos vamos a seguir el Trekan (caminando), en el Kume Rupü (buen camino), en el ancho camino de la diversidad, la pluralidad, la defensa del agua, los territorios y los bienes comunes.

*Werken de la organización Identidad Territorial Malalweche.
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/campana-antimapuche-en-mendoza-son-discursos-negacionistas-colonialistas-y-racistas/- Fotos: Sebastián Hacher / Subcoop


 

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