Chequeo médico anual a la Tierra: los océanos también envían señales de auxilio

Una revisión del estado de los límites planetarios revela que hemos superado la frontera de la acidificación oceánica. Siete de los nueve umbrales que hacen de la Tierra un lugar habitable para los humanos han sido sobrepasados: El océano es uno de los grandes estabilizadores del sistema terrestre. Su capacidad para absorber y almacenar grandes cantidades de calor y de carbono, así como su biodiversidad y su producción primaria de materia orgánica y oxígeno, lo convierten en una pieza esencial para el sustento de la vida en la Tierra y para mantener el sistema planetario dentro de los límites de seguridad en los que el ser humano (y muchas otras especies) han prosperado. Sin embargo, la salud oceánica no atraviesa su mejor momento.

Juan F. Samaniego

Cada año, el Planetary Boundaries Science Lab del Potsdam Institute for Climate Impact Research publica una revisión del estado de la Tierra bajo el enfoque de los límites planetarios, el cual ha identificado nueve procesos que se relacionan entre sí y son importantes para mantener las condiciones ambientales actuales. Como si de un chequeo médico anual se tratase, esta revisión científica busca señales que nos hagan entender hasta qué punto estamos superando esos límites, y con ello multiplicando los riesgos para las personas y los ecosistemas.

Los resultados del último chequeo acaban de ser publicados y las noticias para los océanos, para la Tierra y para los seres humanos no son nada halagüeñas. Se han traspasado siete de los nueve límites del sistema Tierra, uno más que el año pasado. El límite de la acidificación de los océanos ha sido evaluado por primera vez (hasta ahora se había descrito, pero nunca se había analizado su estado real). Y las conclusiones obtenidas arrojan que esta frontera planetaria también ha sido sobrepasada y que las condiciones para la vida marina están lejos de lo que puede considerarse seguro.
Océanos, acidificación y combustibles fósiles
“Más de tres cuartas partes de los sistemas de soporte de la Tierra no se encuentran en una zona segura. La humanidad está traspasando los límites del sistema terrestre, lo que aumenta el riesgo de desestabilizar el planeta”, señala Johan Rockström, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research y cofundador del Stockholm Resilience Centre de la Universidad de Estocolmo, donde lleva más de dos décadas liderando la investigación sobre los límites planetarios.
Las presiones a las que los seres humanos están sometiendo a los océanos son muchas: calentamiento continuado de las aguas, contaminación por exceso de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, sobrepesca y degradación de los fondos marinos por el uso de técnicas pesqueras como el arrastre de fondo o aumento de los contaminantes químicos de efectos todavía desconocidos en gran medida. Sin embargo, el modelo de los límites planetarios solo tiene en cuenta una frontera oceánica bien definida: la acidificación. El resto, por ahora, no son sencillas de delimitar.

La acidificación de los océanos está estrechamente vinculada al cambio climático. Alrededor del 30% de todas las emisiones de dióxido de carbono generadas por las actividades humanas (como la quema de combustibles fósiles) son absorbidas por el océano. Como consecuencia, su composición química ha ido cambiando en las últimas décadas. El informe señala que el pH superficial del océano ha disminuido aproximadamente 0,1 unidades desde el inicio de la era industrial, lo que equivale a un aumento de entre el 30 y el 40% en la acidez del agua en los últimos 150 años. Esta acidificación amenaza a los organismos que forman conchas o esqueletos de carbonato de calcio, como los corales, los moluscos y muchas de las especies que componen el plancton. El declive de estos organismos puede alterar las redes tróficas y debilitar la estructura y la función de los ecosistemas marinos. La acidificación, además, también afecta el éxito reproductivo, las tasas de crecimiento y el funcionamiento metabólico de muchas otras especies.
El estudio recién publicado analiza, precisamente, la disponibilidad de aragonita, una forma cristalina de carbonato de calcio usada por multitud de organismos marinos para construir sus conchas y sus esqueletos. Y concluye que esta es más baja de lo esperado debido al aumento de la acidificación. Los investigadores recogen también evidencias de que algunos ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral (tropicales y de aguas frías), están sufriendo los efectos de esta acidificación. Además, algunos grupos de especies, como los diminutos caracoles marinos llamados pterópodos, fuente importante de alimento para muchas otras especies, muestran signos de daño en su concha.

«El océano se está volviendo más ácido, los niveles de oxígeno están disminuyendo y las olas de calor marinas están aumentando, lo que incrementa la presión sobre un sistema vital para estabilizar las condiciones del planeta Tierra», 

Levke Caesar, codirectora del Planetary Boundaries Science Lab y una de las autoras del informe. 

«Esta acidificación cada vez más intensa se debe principalmente a las emisiones de los combustibles fósiles. Sus consecuencias van más allá y afectan la seguridad alimentaria, la estabilidad climática global y el bienestar humano».
Los nueve límites planetarios son las fronteras seguras para el sistema de la Tierra, los procesos que sustentan la vida en general y el bienestar humano en particular. Desde que fueron definidos hace casi dos décadas, casi todos los hallazgos subrayan un deterioro acelerado y un riesgo creciente de que el sistema planetario sufra cambios irreversibles.

Fuente: https://climatica.coop/oceanos-senales-auxilio-limites-planetarios/ - Imagen: Gran Barrera de Coral, norte de Queensland (Australia). Foto: Workfortravel/Wikimedia Commons.

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