El TiSA: Otro acuerdo secreto de libre comercio, que imposibilitará leyes ambientales que "estorben" al libre mercado


Una clausula en el documento que 50 países negocian en secreto inhibe ante futuras regulaciones en esta materia.
L.V.

MADRID. -El TiSA, el tratado que negocian en secreto cincuenta países (entre ellos EEUU y la Unión Europea) para un acuerdo comercial de los servicios, no pasará de largo sobre el medio ambiente. El texto que se discute en estos momentos y que Wikileaks ha desvelado en exclusiva para doce medios de comunicación internacionales, entre ellos Público, incluye un anexo dedicado a los servicios medioambientales que, entre otros muchos peligros, supone un "retroceso de las salvaguardas normativas sobre medio ambiente".



Esta es una de las conclusiones principales sobre el documento que ha hecho la organización Amigos de la Tierra en EEUU -Friends of Earth- en un análisis para Wikileaks en el que también advierte de que será prácticamente inviable para los países aprobar nueva legislación en materia medioambiental una vez que entre en vigor el acuerdo. Una clausula en el pacto establece que "los términos, limitaciones y condiciones que afecten al mercado de la provisión de servicios medioambientales deberán ser aquellas medidas que el estado miembro mantiene en la fecha en que entre en vigor este acuerdo, o la continuación o pronta renovación de esas mismas medidas". En la práctica, dice la ONG, lo que se pretende es "excluir" o "inhibir" futuras iniciativas medioambientales.
Así, aunque el TiSA reconoce a los estados "el derecho de regular y de introducir nueva normativa para cumplir sus objetivos de políticas públicas", también concede a los tribunales internacionales el poder de dictar, en represalia, sanciones comerciales contra un país que viole sus obligaciones dentro del tratado, en un claro desincentivo a desafiar sus normas. Además, estos acuerdos suelen incluir lo que se denomina una "clausula de la nación más favorecida", que supone que, al otorgar un trato favorable a una de las partes, se extiende automáticamente al resto de miembros en el acuerdo. Bajo el criterio de Amigos de la Tierra, esto supondrá que en materia medioambiental se aplique el "mínimo denominador común". Más allá de la OMC
El comercio multilateral de servicios está ya en gran parte regulado desde 1995 dentro el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS, por sus siglas en ingles) de la Organización Mundial del Comercio, que incluye también algunos servicios sobre medio ambiente. El objetivo del TiSA, asegura la ONG ecologista, es "ir más allá" de la OMC, que con el paso de los años y el surgimiento de nuevas economías emergentes como Brasil o India, ha resultado insuficiente para los intereses de la coalición de países desarrollados. 
En este sentido, el TiSA centra su interés en la regulación medioambiental y los servicios públicos que supuestamente interfieren y entorpecen la eficiencia del libre mercado, en lugar de en otros conceptos más típicos de este tipo de acuerdos comerciales como la rebaja de impuestos, etc. Esas "barreras" al libre comercio, según Amigos de la Tierra, pueden ser servicios como el agua, la energía o la recogida de basuras. La organización advierte de los "riesgos" de su privatización y las pocas o limitadas excepciones que el TiSA concede a algunos de estos servicios básicos que, como el agua, han sido declarados un derecho humano por las Naciones Unidas. 
"Basándose en anteriores acuerdos comerciales de EEUU, las declaraciones de los funcionarios y los documentos filtrados, parece que el objetivo de las negociaciones del TiSA es conceder a las multinacionales y a los burócratas comerciales amplios derechos para desafiar las políticas de los gobiernos democráticos", sentencia el análisis, redactado por el especialista en comercio Bill Waren.
Imagen: ‪mundo.sputniknews.com‬
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Panamá, Suiza, España, EEUU... estos son los 50 países que negocian en secreto el pacto de servicios TiSA

El acuerdo es aún más opaco que el polémico TTIP. En él participan estados que España considera paraísos fiscales, y otros que salieron de esta lista recientemente
 

Alejandro Lopez De Miguel

 MADRID.- Las conversaciones sobre el TiSA arrancaron formalmente en marzo de 2013, pero muy pocos detalles han transcendido sobre el Trade in Services Agreement desde entonces. El acuerdo sobre servicios tiene el dudoso honor de superar al TTIP, el acuerdo de libre comercio entre Bruselas y Washington en lo que a opacidad se refiere, tanto que Uruguay decidió levantarse de la mesa de negociaciones durante el pasado año.
En 2016  Bruselas sólo ha publicado dos nuevas entradas en su web sobre el TiSA, frente a las 14 relacionadas con el TTIP
El grueso de los datos públicos sobre él se conocen gracias a filtraciones como la de WikiLeaks que hoy publica en exclusiva en España este diario, ya que hasta la fecha el TiSA no ha tenido cabida en la agenda mediática. Por su parte, en lo que va de año la Comisión Europea sólo ha publicado dos nuevas entradas en su web sobre el TiSA -según su propio buscador- frente a las 14 relacionadas con el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP, en inglés)
Los argumentos para vender el pacto de servicios también son idénticos a los que emplea Bruselas para referirse a su pariente transatlántico -servirá para crear empleo y riqueza-, y cientos de organizaciones sociales, sindicatos y partidos políticos alertan de que ambos forman parte de la misma estrategia neoliberal para dar peso a las multinacionales y restar soberanía a los estados firmantes de estos acuerdos.
Y precisamente este punto marca otra clara diferencia entre el TTIP, el CETA (UE-Canadá) y el TiSA, ya que en este último la Comisión negocia en nombre de los 28 con otros 22 estados, todos ellos miembros de la Organización Mundial del Comercio. Entre ellos están algunas de las mayores potencias económicas mundiales, pero también países que hasta hace poco eran considerados paraísos fiscales por España -Panamá y Suiza, por ejemplo-, y otros como Liechtenstein, que sigue formando parte de esta lista.
Listado completo de países que negocian el TiSA:
-Australia -Canadá-Colombia-Corea-Costa Rica-Chile-Estados Unidos-Hong Kong-Islandia-Israel-Japón-Liechtenstein-Mauricio-México-Noruega-Nueva Zelanda-Pakistán-Panamá-Perú-Suiza-Taiwán-Turquía-Unión Europea (en nombre de los 28)
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Todos los documentos y e-mails sobre el acuerdo TiSA serán secretos hasta cuatro años después de su aprobación
 
Un nuevo documento filtrado por WikiLeaks al que ha accedido 'Público' prueba que EEUU utiliza diferentes vías para intentar impedir la difusión de cualquier tipo de documento sobre las negociaciones, incluso aunque el tratado no salga adelante.


Alejandro Lopez De Miguel


MADRID.- Bruselas se afana en vender transparencia en la negociación del TTIP pero no puede esconder que esta brilla por su ausencia en otros grandes tratados que también llevan su firma. Washington presiona para que los documentos sobre las negociaciones del pacto de servicios TiSA sean secretos al menos hasta cuatro años después aprobarse el acuerdo. O hasta cuatro años después de la última ronda de negociaciones, si el Trade in Services Agreement (TiSA) queda en vía muerta.

Según los documentos filtrados por WikiLeaks a los que Público ha accedido en exclusiva en España, EEUU intentan por diferentes vías que los cincuenta países que negocian este acuerdo se comprometan a mantener el secreto al menos durante este periodo. No todos los estados tienen el mismo peso en las negociaciones y Estados Unidos es, junto a la UE -que negocia en nombre de los 28- uno de los actores con más poder en las conversaciones.
Washington exige también que los textos sólo puedan ser consultados por agentes gubernamentales de los países firmantes y por los trabajadores que designen
En la carta sin fechar que rubrica el embajador de EEUU ante la Organización Mundial del Comercio, Michael Punke, Washington pide al resto de estados que confirmen haber aceptado sus “propuestas” para garantizar “la confidencialidad de los documentos”. Esto pasa por mantener en secreto cada uno de los materiales empleados en las negociaciones, desde las propuestas de cada una de las partes a los distintos materiales explicativos, pasando por los e-mails “relacionados con la esencia de las negociaciones”. 
“Todos los participantes aceptan que todos los documentos relacionados con el desarrollo de un nuevo Acuerdo Internacional sobre Servicios”… “son suministrados y custodiados de forma confidencial, a no ser que cada parte involucrada en las comunicaciones [en cuestión] acepte su publicación”, reza el documento al que ha accedido este diario.
Washington exige también que estos textos sólo puedan ser consultados por agentes de los respectivos gobiernos de los 50 países firmantes y por los trabajadores designados por los mismos que “tengan necesidad de revisar o ser notificados sobre la información que recogen”. Y, como ocurre con el TTIP, tienen prohibido compartir cualquier aspecto de estos documentos con personas que no tengan acceso a los mismos.
“Armarios cerrados y edificios seguros”
El documento establece que cualquier comunicación telemática sobre estos textos debe hacerse desde una línea segura, y deben almacenarse “en armarios cerrados” o “dentro de edificios seguros”.
“No es necesario que los textos sean almacenados en cajas fuertes”, recoge la propuesta de EEUU, que también exige a los estados participantes que marquen los documentos que elaboren “de manera que sea claro que son documentos que deben ser custodiados de forma confidencial”.
Bruselas se escudó en Washington para justificar la opacidad
En junio de 2015 Público y otros medios de una decena de países revelaron el texto central des acuerdo secreto filtrado por la organización que dirige Julian Assange. Entonces ya informó de que varios documentos incluyen una cláusula que establece que estos deben ser secretos durante cinco años, y la delegación de IU en el Europarlamento pidió explicaciones al respecto al Ejecutivo comunitario.
La misma cláusula aparece en algunos de los documentos que han visto la luz este lunes, entre ellos el Anexo sobre empresas públicas, fechado el 9 de octubre de 2015.
Primero Bruselas dijo que la cláusula que hace secretos los documentos durante cinco años era un "texto formal"; después que no tenía aplicación en la UE, y por último que había pedido su eliminación
La respuesta de Bruselas a las preguntas de IU fue que éste es sólo “un texto formal” impuesto por EEUU. Después aseguró que la norma “no era aplicable en la UE”, sin aclarar qué normativa sustenta esta afirmación, que cae por su propio peso  teniendo en cuenta que Bruselas se comprometió a mantener en secreto los documentos sobre las negociaciones del TTIP durante 30 años. En tercer lugar, la Comisión Europea, que ejerce como única voz de los 28 en este tipo de negociaciones, respondió que había solicitado “reiteradamente” la eliminación de esta cláusula. 
“Me da la sensación de que nos están engañando”, aseguró entonces a este medio la eurodiputada Marina Albiol, al frente de la delegación del partido en la Eurocámara. “Nos quedamos más preocupadas que antes de tener las respuestas”, zanjó.

Fuente: publico.es

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