La cumbre climática de Katowice tampoco resolverá nada (2ª parte)

Veíamos hace poco en El País y otros medios, que nuestros esfuerzos por intentar introducir —en el mejor de los casos— alguna entradilla en el plan del PSOE para la ley de Cambio Climático en este país, coincidían en el tiempo con la publicación de los primeros datos de la ley europea que la Comisión Europea estaba presentando al Parlamento Europeo sobre el mismo asunto (cada uno por su lado).
 
Pedro Prieto

Entre las cosas que recalcaban los dirigentes europeos del tema (veo la cara de Arias Cañete y se me atraganta seguir), era su voluntad de reducir las emisiones de CO2 a cero para 2050, pero mientras pensaban poder seguir creciendo un 2% en promedio en el PIB europeo, de ahora al años 2050. 
Es decir, sus preocupaciones lo dicen todo: el PIB y su crecimiento es intocable …y luego ya veremos esto de los humos del CO2. Para ello, se basaban en los últimos cacareados logros de la Union Europea sobre estos dos factores, al parecer, los únicos que existen en el planeta como riesgos. Es una forma de tratar la desmaterialización de la economía, con la misma credulidad que un niño ve desaparecer un elefante a manos de David Copperfield.
Por supuesto, el decrecimiento sigue siendo una blasfemia y tabú para el sistema.
Así que me puse a analizar con datos y me salió esto:
Figura 1. Datos del BP Statistical Review of World Energy 2018, en emisiones y en energía primaria

Vemos que la correlación entre energía y emisiones de CO2 en el mundo en los últimos 53 años es casi absoluta. Si consumimos más energía, emitimos más CO2.
Si miramos ahora las dos variables que la UE analiza —PIB y emisiones— y nos recluimos en la Unión Europea, tenemos esto:
Figura 2. El PIB y las emisiones de CO2 en la Unión Europea, en los últimos 28 años. Datos dela Europena Union Greenhouse Inventory, supuestamente sin LULUCF y datos del PIB de la UE del Banco Mundial 
en dólares USA corrientes.

Y aquí es dónde sacan pecho los dirigentes europeos, que han reducido ligeramente las emisiones, aunque bien es cierto que ha sido debido también, en parte, a que el PIB de los últimos años ha quedado algo estancado, seguramente más por necesidad que por voluntad.
Veamos ahora qué ha pasado en el resto del mundo en las dos variables que únicamente importan a la UE:
Figura 3. La evolución del PIB y las emisiones de CO2 en todo el mundo. Datos de BP Statistical Review 
of World Energy 2018

Aquí las cosas no pintan ya tan prometedoras como para hacer extensivas las políticas de la UE al resto del mundo (seguir aumentando el PIB y reduciendo las emisiones al nivel que pretende la UE) cuando se ven a nivel mundial.
Parece que parte de los logros de la UE se pueden haber conseguido a base de enviar la mierda de las emisiones en forma de traslado de la actividad económica de alto poder contaminante y bajo valor añadido a países del llamado Tercer Mundo.
La convergencia que se aprecia en los últimos años, se ha podido deber a dos factores que intentaré explorar más en detalle en algún otro momento: uno es que el mundo en general, mientras ha seguido aumentando su consumo de combustibles fósiles sin parar, ha ido sin embargo, tendiendo a cambiar el mix energético a menos carbón y más gas y petróleo, que emiten menos por unidad de energía producida. La otra razón, se puede deber a que en los últimos años, especialmente desde la última gran crisis económica del 2008, el abandono del dólar y la puesta en marcha de la máquina de producir billetes sin respaldo físico, han conseguido el milagro de tener más moneda en circulación que no se corresponde con el mundo real, sino el puramente especulativo, pero que entra en la contabilidad del PIB.
Así las cosas, ahora trazamos las curvas que la UE espera lograr en su nueva ley hasta el 2050, de los dos sagrados parámetros que le importan.
Figura 4. Crecimiento (decrecimiento) de emisiones de CO2 y PIB en la Unión Europea. Datos de BP Statistical Review 2018 hasta 2017 y extrapolación de los supuestos de la nueva ley Europea presentada al Parlamento hasta el año 2050 (caso de máximos con el CO2 en cero en el año 2050)

Si uno ve esto, piensa que las curvas pueden seguir la trayectoria que llevaban los últimos años, hasta el 2050 y todos tan contentos. Seguro que los dirigentes europeos —y también algunos expertos como Mark Z. Jacobson o Greenpeace— piensan también que podría ser posible, según sus estudios.
Pero veamos ahora cómo quedarían las políticas más ambientalistas de la UE si las aplicamos al mundo entero, sobre las mismas premisas (2% de crecimiento anual de PIB y reducción de las emisiones gradualmente a cero (con objetivos en los años 2030, 2040 y 2050 extrapolados):
Figura 5. Proyecciones de la UE para el 2050 en emisiones y crecimiento del PIB aplicados al mundo en general.

Y aquí es donde se desvela y revela la falacia del programa de la UE, cuando se aplican al mundo. Hay un cambio tan radical de dirección, sobre todo en las emisiones de CO2, que resulta hasta tragicómico. Se arrancaría un proceso de desmaterialización de la actividad económica mundial que no resulta ni mínimamente creíble. Es un cambio de sentido de 180º cuando la economía va a 120 km/h.
A todo esto, sin mencionar ni una sola palabra sobre cómo se va a lograr en detalle. Ni una sola palabra de cómo vamos a reemplazar la maquinaria pesada para minería y para obras civiles.
De cómo vamos a electrificar las redes ferroviarias del mundo, cuando el continente más rico y desarrollado con la energía barata, tiene solamente el 50% de sus redes electrificadas.
Sin una sola palabra de cómo esperan movilizar sus fuerzas armadas con movilidad eléctrica o con transportadores de energía como hidrógeno o P2G.
Ni una sola palabra sobre los planes para la aviación civil, que ha batido recientemente el record de más de 200.000 vuelos comerciales en un solo día con más de 19.000 vuelos simultáneamente en el aire, y orgullosos de seguir creciendo. Ni de cómo se le va a trasmitir esto a la industria aeronáutica.
Ni un solo análisis de cómo mover toda la flota mercante mundial y la flota pesquera sin combustibles fósiles.
Ni un sólo análisis de como mover los 75-80 millones de tractores, otros muchos millones de cosechadoras, remolques, bombas de riego, motocultivadores, etc. etc. de la agricultura mecanizada.
Ni una sola información de cómo hacer todo esto en un mundo de combustibles fósiles decrecientes, con la TRE decreciente, pero que se necesitarán a montones cuando se intente hacer el despliegue masivo de modernas renovables de también muy baja TRE y de despliegue y generación muy dispersa y muy intermitente. Ni una sola cita a cómo se conseguirá el almacenamiento masivo de energía eléctrica para evitar el problema gigantesco de las intermitencias.
Ni una sola cita a un esfuerzo para reducir nuestro consumo discrecional y absurdo, como el que se nos viene cada Navidad, con luminarias y gastos superfluos espantosamente grandes. Ni una sola referencia a cómo reducir nuestro consumo, cómo prescindir de cosas, cómo decrecer con dignidad. Nada. Nada de esto. Es asombroso.
Conclusión
Advierto de que he utilizado más arriba dos tipos de datos sobre las emisiones de CO2. Uno de ellos, con cifras más bajas, lo ofrece BP. El otro, para Europa, lo ofrece la European Union Greenhouse Inventory, que da dos tipos de datos: uno más elevado y otro menor con el llamado descuento del LULUCF Land Use, Land Use Change and Forestry. Si hubiese mirado el IPCC daría otro dato ligeramente diferente. Es como los datos del PIB: si se miran los del Banco Mundial hay con US$ corrientes, con US$ PPP (Purchasing Power Parity) y luego los datos del FMI y los datos de algún otro banco, que también difieren y a veces no poco.
Pero lo que pretendo mostrar, más allá de ligeras diferencias en las curvas, es que el giro copernicano que pretende la UE para Europa (los telediarios están una y otra vez con lo de bajar a 0 emisiones en 2050, y hay algún otro país que dice que lo hará para 2040), es que eso es un U-turn imposible, desde un punto de vista físico, a poco que se examine y se entienda de dónde salen actualmente las únicas esperanzas de descarbonización, que son las modernas renovables.
Estos sistemas no renovables que captan parcialmente y durante un tiempo limitado flujos renovables, siguen fabricándose, instalándose y manteniéndose exclusiva o muy fundamentalmente con energía fósil, sin esperanza de cambiar en el futuro a ser totalmente autoabastecidas y con el agravante de que hay que hacer una inversión energética enorme de arranque (que sera prácticamente fósil) para luego recuperar en 25 años algo mas de lo invertido (y menos cuanto más baja sea la TREext). Con una tasa de retorno por debajo de 5:1 —y no digamos si fuese de 1:1— ya no merecería, a mi juicio, realizar ningún esfuerzo de despliegue masivo, porque implicaría una clara aceleración de consumo de combustibles fósiles que, además, habría que ver cómo se vuelven a reproducir cuando esas plantas terminen en la basura en dos décadas y media.
Así que, antes de hablar tanto y tan pomposamente en todos los medios de descarbonizar a cero en 2050, uno tiene que pensar, si es medianamente honrado, qué va a hacer con la aviación mundial, qué va a hacer con la agricultura mecanizada mundial, qué va a hacer con el transporte terrestre y marítimo mundial, qué va a hacer con sus fuerzas armadas… Y plantear este asunto físico y asegurarse de que tiene solución eléctrica o con transportadores de energía como el hidrógeno o el P2G, pero con algo más serio que las especulaciones de Jacobson o de Greenpeace. O, de lo contrario, debe plantear ya, de una vez por todas, que hay que bajarse del burro del consumo y ver cómo seguimos andando. Hablar, sencilla, clara y duramente, de Decrecimiento.

Fuente: https://www.15-15-15.org/webzine/2018/12/06/la-cumbre-climatica-de-katowice-tampoco-resolvera-nada-2a-parte/ - Imagen de portrada: República Bufa

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