Patagonia Argentina: Chuanisin o la Isla de los Estados

La Isla de los Estados está ubicada al este de Tierra del Fuego, de la cual está separada por el estrecho de Le Maire, y representa la última prolongación de la cordillera de los Andes antes de hundirse en el océano Atlántico. Tiene 65 kilómetros de longitud, alberga más de 177 especies de plantas vasculares pertenecientes a 52 familias y forma parte de las áreas relevantes para la conservación de la biodiversidad marina. Constituye la principal área de reproducción del pingüino de penacho amarillo del sur (representa el 26 por ciento de la población mundial de esta subespecie) y es una zona destacada para la reproducción de diversas aves y el resguardo de una gran cantidad de mamíferos marinos.

Por Julio César Guarido

La Isla de los Estados, de propiedad originaria del marino Luis Piedra Buena, fue cedida por éste, para su resguardo y gestión, a la Armada Argentina. En agosto de 2016 el Poder Ejecutivo Nacional creó, por Decreto 929/2016, la Comisión Mixta para la administración conjunta de la Reserva Natural Silvestre Isla de los Estados y Archipiélago de Año Nuevo. La declaración eleva a 44 las áreas protegidas por la Administración de Parques Nacionales con una superficie cercana a las 3.700.000 hectáreas, que representa un 1,5 por ciento del total del país. La Isla de los Estados siempre fue uno de los grandes trofeos de la conservación argentina, al que un pasado de desencuentros entre provincia y Nación no lograba darle un estatus de mayor jerarquía para acceder a proteger, a blindar de una manera más efectiva, la biodiversidad única que hay en este lugar. A partir de esta iniciativa la Nación y esa provincia van a poder emprender un trabajo conjunto para coordinar actividades de protección del ecosistema y de promoción y regulación del turismo, mientras que la Armada tendrá a su cargo el apoyo logístico y la vigilancia.
Un poco de historia
En esta isla, investigaciones arqueológicas han datado asentamientos de grupos canoeros Yámanas entre los años 700 AC y los 500 DC, quienes en reiteradas incursiones fueron ocupando lo que ellos llamaban “Chuanisin” o “tierra de la abundancia”. Estos pueblos de cazadores recolectores, se localizaban mayormente en la península Mitre de la Isla Grande de Tierra del Fuego, frente a la que hoy identificamos como “Isla de los Estados”. Llegaron luego oleadas de viajeros, navegantes y adelantados, que a partir de 1492 comenzaron a incorporar a sus expansiones coloniales “tierras por ellos desconocidas”. Pero con estos flujos europeos, también llegaron corsarios, traficantes de seres humanos y piratas de toda laya y corona. Chuanisin entonces pasó a ser conocida, luego de la expedición holandesa hacia el Cabo de Hornos de Schouten y Le Maire, en 1616, como “Tierra de los Estados Holandeses” y más tarde se la identificó como la “Isla de los Estados Holandeses”. Luis Piedra Buena en 1858 comenzó una explotación de la fauna marina y en 1868 el estado argentino le entregó la isla en propiedad, ejerciendo de esta manera una “precaria soberanía argentina” en la zona. Recién en 1884 se produjo una efectiva ocupación del territorio. Eso fue posible por el decreto del Ministerio de Guerra y Marina de septiembre de 1883, que nombró a Augusto Lasserre como comandante de la flota de la “División Expedicionaria al Atlántico Sur”. En 1884, el comandante Lasserre estableció una subprefectura, el presidio y el faro de San Juan de Salvamento, conocido luego de la novela del escritor Julio Verne, como el “Faro del Fin del Mundo” en la “Isla de los Estados”. En su obra, este autor, destaca la presencia activa de la marina argentina en la isla.
Este faro fue rescatado y restaurado por una misión francesa y el apoyo de la Marina argentina en febrero de 1998, haciéndolo coincidir con el centenario de la muerte del escritor.
Situación geográfica. Biodiversidad
La Isla de los Estados y el Archipiélago de Año Nuevo están ubicados en el extremo sud oriental de la Provincia de Tierra del Fuego, entre los paralelos de 54º 38´ y 54º 55´de latitud sur y los meridianos de 63º 45´ y 64º 46´de longitud oeste, con una superficie aproximada de 520 km2. Casi tres veces la ciudad de Buenos Aires.
El estrecho de Le Maire, con un ancho promedio de 25 km, la separa de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
Está situada a una distancia equidistante de 240 km, de la Ciudad de Río Grande, como de Ushuaia, capital de la provincia.
La isla, estrecha y alargada en sentido oeste - este, con un desarrollo de 65 km está marcada por un cordón montañoso que hace de eje longitudinal (geológicamente es la continuidad emergente de la Cordillera Fueguina). Presenta alturas que varían entre los 400 y 800 metros msnm.
El contorno de la isla es sumamente accidentado y sinuoso, en función de sus profundos valles y fiordos de origen glaciario, que van recortando la costa, con innumerables cabos, bahías estrechas, caletas profundas y laderas abruptas.
El clima es frío y húmedo, con vientos persistentes todo el año, predominantes de los cuadrantes oeste, suroeste y sur.
El ambiente marino influye sobre la isla como moderador de las condiciones climáticas estacionales. La influencia oceánica, produce una baja amplitud térmica anual. Esto permite un invierno no riguroso (mes de julio 0.1 ºC a 5.0 ºC en promedio) pero un verano con bajas temperaturas (mes de enero entre 5.1 ºC a 10.0 ºC).
Las precipitaciones son frecuentes todo el año, de baja a moderada intensidad. Se presentan como llovizna, lluvia o nieve y con nubosidades y neblinas frecuentes.
Esta isla, debido a la inaccesibilidad y dificultad de acceso, está a cierto resguardo de impactos antrópicos masivos y significativos, pero al mismo tiempo se limitan y condicionan las acciones de manejo, control y reconocimiento, como también condicionan actividades que debieran alentar potenciales proyectos de investigación científica.
Se sabe de especies introducidas de forma consciente como las cabras (capra hircus), el ciervo común o europeo (cervus elaphus) y el conejo común o europeo (oryctolagus cuniculus) de otras incidentales como las ratas de barco o rata común (rattus rattus) que llegaron con los navíos y con los naufragios; pero se tiene poco conocimiento del impacto sobre las especies nativas y el grado de resiliencia de ellas, como así también del manejo de este disturbio en el ecosistema, para su control o erradicación.
La vegetación que caracteriza a la isla es una continuidad de la Selva Valdiviana. Es decir una vegetación densa y cerrada de lengas, guindos, ñires (nothofagus), canelos, coihues, entre otros, con suelos de extrema humedad. Por momentos la vegetación se torna arbustiva, y en otros espacios pueden verse gramíneas, helechos y líquenes. En algunos sectores se presentan musgos esponjosos saturados de agua y suelos turbosos.
Estado de la cuestión hoy
La ubicación de la Isla de los Estados la convierte por su posición y su desarrollo hacia el este en el territorio más próximo a las Islas Malvinas y a la Península Antártica como así también, a todos nuestros reclamos insulares del Atlántico sur. La logística para la atención, abastecimiento y mantenimiento de los emplazamientos, bases o apostaderos, presupone la necesidad de un activo y una reserva de recursos humanos y materiales significativos. No hay sobre las islas, poblaciones estables y los intentos de establecer algún asentamiento en los inicios del siglo pasado, se frustraron rápidamente. En este momento, la presencia del Apostadero Naval Comandante Luis Piedra Buena, en Puerto Parry, es el único asentamiento formalmente registrado como base permanente. La dotación de esta base es de cuatro efectivos que se renuevan cada 45 días aproximadamente. Si bien hay allí un helipuerto, generalmente el abastecimiento y mantenimiento se realiza con buques de la Armada desde la Base de Ushuaia.
Tanto el sitio histórico de San Juan del Salvamento como el faro de la Isla Observatorio están bajo el mantenimiento, resguardo y control de la Armada Nacional, con su personal y su flota.
De las Areas Naturales Protegidas que se encuentran en nuestro país, este es el único caso donde el acceso está condicionado por su característica insular marina. Éste requiere determinadas condiciones de infraestructura.
Sus fiordos y caletas reparadas de los condicionantes climáticos han trascendido nuestras fronteras y son conocidas por algunos navegantes, que llegan y arriban a sus costas en la búsqueda de lugares alternativos a los destinos turísticos tradicionales. Esta situación genera un turismo informal, en casos furtivo y clandestino, de difícil control.
Además del abrigo y resguardo a las embarcaciones, que ofrecen sus fiordos, aún se mantienen dos importantes características que habían destacado los primeros navegantes: sus bosques y la abundancia de agua dulce de sus arroyos.

* Geógrafo (UBA) - Fuente: Fragmentos de una nota publicada en: https://www.pagina12.com.ar y de otra nota publicada en: claves21.com.ar



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