España: La futura planta de celulosa en Palas de Rei enerva al vecindario. Ni “bio” ni sostenible.

Más allá del excesivo consumo de agua que tendrá la factoría, el enclave hará que se expanda el monocultivo de eucalipto en 60 kilómetros a la redonda. El vecindario afectado se intenta movilizar para frenar el proyecto, firmado por la portuguesa Altri.

Guillermo Martínez


La falta de agua en diferentes regiones del Estado español no parece ser óbice para que el Gobierno central impulse una factoría de celulosa en Palas de Rei (Lugo). Las más de 350 hectáreas de hábitat natural que ocupará la planta se verán gravemente afectadas por su actividad, además de que repercutirá en la ganadería y agricultura de la zona. Lo más alarmante: los 640 litros de agua que consumirá cada segundo, las especies animales en peligro de extinción que se verán dañadas y la pérdida de la biodiversidad al expandir el monocultivo de eucalipto.
El vecindario afectado se enteró por los medios de comunicación: “Lo primero que hicimos fue convocar una reunión con Altri como empresa, la Xunta y el concello de Palas como Administración pública y algunos expertos que pudieran dar buena cuenta de qué estaba sucediendo. Tan solo fueron representantes de Palas y los expertos, los demás no se presentaron”, relata Marta Gontá, portavoz de la Plataforma Ulloa Viva, colectivo formado para intentar frenar esta planta de celulosa en la zona.
Aquello sucedió en diciembre de 2022. Poco después, los medios de comunicación informaron a bombo y platillo de los cientos de puestos de trabajo que se crearían. “Una serie de informaciones que no se sostenían en ningún estudio o informe porque todavía no había proyecto presentado alguno”, completa esta vecina de Monterroso y trabajadora en Palas de Rei.
El tiempo pasaba y la incertidumbre crecía. Ni siquiera en los concellos del lugar tenían mucha más información que la publicada por la prensa. Así llegó noviembre de 2023, cuando la Plataforma se percató de que Altri, a través de una entrevista en la radio con el director del proyecto, afirmó que levantarían una fábrica combinada de lyocell y celulosa. “Poco después se hizo público el proyecto de captación, que es lo único que tenemos ahora, y se nos cayó el alma al suelo”, enfatiza la portavoz.
Romper un ecosistema en dos
Los datos no dejan lugar a dudas sobre la magnitud del proyecto, y más en un momento en el que la sequía acecha a parte de la geografía española: la planta que construirá Altri en Galicia consumirá 640 litros de agua por segundo, con una captación total de 46.000 metros cúbicos al día, es decir, 17 piscinas olímpicas. “Además, aunque Pepe Blanco dijera el año pasado que esa agua volvería apta para el consumo a su ciclo natural, en el proyecto no aparece como tal”, apuntilla Gontá.
Más allá del estratosférico consumo de agua que tendrá la próxima fábrica de celulosa en Galicia, en el proyecto de captación también recogen la creación de una canalización de 12,5 kilómetros de largo que afecta a buena parte de una zona considerada Red Natura 2000 y protegida por la propia Xunta. En total, en buena parte del recorrido, se verían afectados hasta 10 metros de ancho, que es lo que ocuparán las dos tuberías de captación desde el embalse de Portodemouros, y la de vertido, que termina en el río Ulla. Esto tiene una consecuencia directa: los afectados no podrán plantar ni árboles ni arbustivos en ese espacio.
Desde la Plataforma Ulloa Viva denuncian que esas fincas terminarán en desuso. “Con una servidumbre de ese tamaño, la gente no las va a atender porque no se van a arriesgar a que pase la canalización por ahí en cualquier momento y destroce lo cultivado”, señala la portavoz del colectivo. Es decir, de forma previsible la zona empezará a estar desatendida por ganaderos y agricultores.
Gran pérdida de biodiversidad
Más allá de eso, el factor vegetal también juega un papel clave. La planta de celulosa y lyocell se nutrirá de eucaliptos, y “en un eucaliptal no vive nada más que los árboles, apenas hay vida animal”, se queja Gontá algo triste: “Estamos hablando de una zona de gran biodiversidad y un gran bosque autóctono. Si la planta de Altri se construye, en torno a 70 kilómetros a la redonda tan solo habrá monocultivo de eucaliptos”.
En este sentido, hay tres especies de plantas endémicas estrictas, es decir, que de todo el mundo solo se encuentran en esa zona, y catalogadas como en peligro de extinción. Son la Armeria Merioni, Santolina Melidensis y Leucanthemum gallaecicum.
Por otro lado, en la parcela que quieren convertir para uso industrial viven animales considerados como amenazados en Galicia. Entre los invertebrados destacan el caracol Elona quimperiana y la mariposa Zerynthia Rumina, ambos en peligro de extinción. También de especial interés son los grupos de aves propias de hábitats abiertos, en declive tanto en Galicia y España como a nivel europeo, donde en este caso destacan la Tartaña Cincenta y la Gatafornela.
La contaminación del aire es otro de los elementos que no pasan desapercibidos para la Plataforma Ulloa Viva, desde donde se muestran preocupados por este extremo del que ni siquiera tienen información: no saben qué gases o sustancias emitirán a la atmósfera ni en qué cantidades. “Estamos muy preocupados porque creemos que afectará a la salud de las personas”, comenta esta vecina de Monterroso.
Tal será la destrucción de biodiversidad que numerosos científicos e investigadores del Departamento de Botánica de la Universidade de Santiago de Compostela han publicado un manifiesto en el que alertan de la amenaza que supone la planta de Altri en esa zona.
Un polígono industrial rodeado de bosque
Teniendo en cuenta que, según el plano del proyecto, la planta ocupará unas 366 hectáreas, Gontá ilustra la cuestión: “Van a poner un polígono industrial en medio del monte. Una persona cualquiera no puede construir una vivienda en un polígono, pero esta gente sí puede meter un polígono industrial donde hay casas. ¿Dónde queda la ordenación del territorio?”, se cuestiona. De hecho, hay viviendas que apenas quedarán a 50 metros de la factoría, como las aldeas de A Vacariza y Ramil.
Agolada es el municipio que más fincas atravesará la futurible canalización: 218. “Ahí, los ganaderos llevan organizados una década pidiendo una parcelaria, una agrupación de fincas para poderlas trabajar de manera más cómoda, sostenible y rentable, pero no se la han aceptado nunca”, contextualiza Gontá. En cambio, ahora ven cómo sus fincas serán atravesadas por esta instalación para la captación. “A nivel económico, no todo es tan bonito como dicen desde Altri”, destaca la portavoz.
Además, Palas de Rei y Melide, dos de los municipios próximos a la factoría de celulosa, son parada obligatoria en el Camino de Santiago. “Tenemos muchas dudas de cómo va a afectar porque desde ciertos puntos del recorrido se verá la fábrica, con todo lo que significa en cuanto a olor y feísmo”, determina la trabajadora de Palas de Rei.
El enclave del que Altri sacará el agua será el embalse de Portodemouros: “¿Qué va a pasar con los ganaderos que se nutren de ahí para hacer frente a sus fincas y animales? Seguramente, esas explotaciones tengan que cerrar porque no hay nada que sustituya al agua”, se pregunta Gontá. Además, se trata de una zona con una alta ganadería extensiva con vacas tanto de leche como de carne que pastan alrededor del río Ulla.
A pesar de que la Plataforma ha intentado reunirse con los concellos afectados, de poco ha servido. Tan solo Santiso, gobernado por el BNG, ha abierto una oficina para ayudar al vecindario a la hora de realizar las alegaciones pertinentes. Por otra parte, el proyecto está impulsado por la Xunta y el Gobierno central lo apoya: “No entendemos por qué lo impulsan si no hay ningún beneficio para los vecinos y vecinas”, dice Gontá. Los ministerios a los que se ha dirigido la Plataforma por carta tampoco han respondido.
Lejos de lo “bio”
“Esa fábrica ni es sostenible ni es bio. Son dos palabras que no dejan de utilizar constantemente para engañar a la población, para hacerla dudar. Los recursos que necesita para su actividad no son renovables, gasta mucho más de lo que el entorno es capaz de soportar, así que no es sostenible por definición”, explica una Gontá algo desesperada al ver que los principales medios de comunicación tanto locales como regionales apenas publican noticias sobre la cuestión más allá de relatar las bondades de Altri.
Suso quiere ser presentado como la persona que menos quiere que se contamine el río Ulla. Vecino de Palas de Rei, considera innecesario totalmente una factoría así en el lugar: “Siempre se han olvidado de nosotros, así que ahora que no vengan a vendernos ninguna moto”, expresa. Él es quien detalla que el río Ulla, que estaría contaminado por los vertidos de la planta de Altri, según comenta, desemboca en plena Ría de Arousa, un extremo que le hace pensar “si esta es la herencia y el patrimonio que queremos dejar a las siguientes generaciones”.
Tal y como añade, “muchas aldeas en verano ya no tienen agua, ni siquiera cumplen con la normativa europea de saneamiento y alcantarillado que la inmensa población mundial conoce en el siglo XXI. ¿Y ellos qué pretenden? Pues gastar más agua”, se responde a sí mismo. Suso lo tiene claro: “No nos entiendo, a nosotros como personas, que podamos llegar a dejar un futuro así, tan hipotecado, por dinero”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/medioambiente/futura-planta-celulosa-palas-rey-enerva-al-vecindario-bio-sostenible - Imagen de portada: El cultivo masivo de especies pirófilas ataca la biodiversidad de los montes. HIBAI AGORRIA

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