Chile / La radiación artificial no es inocua: una revisión sobre sus efectos de la mano de UXTR

Durante más de doscientos años hemos vivido bajo la generalizada creencia de que la electricidad y el electromagnetismo son inocuos para el ser humano y el planeta. Sin embargo, cada día hay más evidencia de que las ondas eléctromagnéticas que hoy abundan en el ambiente no sólo significan grandes avances científicos, sino también son responsables de una mayor contaminación electromagnética en la Tierra. En este sentido, es urgente que la sociedad esté informada sobre este tipo de contaminación y cuáles son los efectos que esta tiene en nuestros cuerpos y también en los ecosistemas y la biodiversidad que está expuesta a estas ondas.

Texto por Constanza López Cabello

Por esta razón, Endémico web ha decidido ponerse en contacto con Unidos por Tecnología Responsable (UXTR), una agrupación civil formada por un equipo transdisciplinario compuesto por personas de diferentes edades y profesiones, tales como médicos, ingenieros, abogados, entre otros. Todos ellos comprometidos con contribuir a la educación social en Chile respecto a los daños que provocan las radiaciones electromagnéticas no ionizantes en la salud de las personas. Este tipo de radiación es considerada no dañina por muchos organismos internacionales y es la que emiten nuestros equipos móviles, sus antenas y otros dispositivos inalámbricos, aunque no son las únicas fuentes.
A medida que ha pasado el tiempo, la agrupación vio necesario sumar a esas acciones algunos actos más conducentes, buscando, “impactar en las políticas públicas, para ayudar a que en Chile se realice un despliegue responsable de las nuevas tecnologías que involucran contaminación electromagnética, como lo es la internet inalámbrica, la internet de las cosas (IoT), etc. Los pilares de esta movilización están estrechamente relacionados con la salud de las personas y de los ecosistemas.

UXTR busca que se realice un despliegue responsable de las nuevas tecnologías que involucran contaminación electromagnética, como lo es la internet inalámbrica y la internet de las cosas en Chile. ©Rodion Kutsaiev

Endémico: ¿Cuál es la relación entre la radiación inalámbrica con la salud humana y de la biodiversidad en general? y ¿Cómo afectan estas ondas específicamente a la salud humana y de los ecosistemas?
UXTR:
Según estudios de laboratorio, experimentales y epidemiológicos, no financiados por la industria de telecomunicaciones, las radiaciones ionizantes inalámbricas producen efectos biológicos, que se traducen a nivel molecular y bioquímico en estrés oxidativo (lo que lleva a envejecimiento prematuro, enfermedades degenerativas, ruptura indirecta del ADN), daños en el ADN (de manera indirecta), alteración de los canales de calcio mediados por voltaje y alteración de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. Todo esto se traduce en enfermedades como tumores (cerebrales malignos, neurinomas del acústico, cáncer de tiroides), alteración en el número y cualidad de los espermatozoides y del tejido testicular, entre otros.
En relación a los ecosistemas está comprobado por estudios observacionales que producen daño en los árboles cercanos a las antenas, cuya copa suele secarse por la mitad más cercana a la antena. También las cosechas de vegetales y frutas de diversas especies se ven alteradas en la cercanía de las antenas. En relación a la fauna silvestre y animales de granja existen diferentes tipos de efectos de los animales expuestos a la radiación electromagnética inalámbrica: malformaciones en los embriones, trastornos de la fertilidad, tumores cardíacos, alteraciones en el pelaje o en las plumas, etc.
Se destaca la alteración de la magnetorrecepción, que es la capacidad de percibir los campos eléctricos naturales de la Tierra a través de un metal natural que tienen  mamíferos, reptiles, aves y muchos insectos, especialmente polinizadores, como las abejas, que se llama magnetita. La función de la magnetorrecepción es para orientarse, ya sea para migrar, volver a sus hogares, reproducirse y/o buscar alimentos. Por lo tanto, con el exceso de campos electromagnéticos artificiales actual (hoy existe 1.000.000.000.000.000.000 de veces más radiación electromagnética artificial, que hace 10 años atrás), es claro que las especies ya no pueden percibir sin interferencia los campos electromagnéticos naturales de la Tierra. Por lo tanto no van a poder cumplir sus funciones básicas y progresivamente se extinguirán, como ya se está percibiendo. ¿Quién no recuerda la cantidad de insectos que se pegaban en el parabrisas hace 40 años atrás cuando uno viajaba por la ruta, en relación a ahora?

©Yehor Milohrodskyi

¿Cuáles son los tipos de emisiones electromagnéticas que existen y cuales son las más perjudiciales para la salud? y ¿qué tipos de tecnologías las emiten?
UXTR:
En el espectro de radiación electromagnética se encuentran desde las radiaciones electromagnéticas de frecuencias más bajas hasta las de frecuencias extremadamente altas. Éstas se dividen en radiaciones ionizantes y no ionizantes. Las ionizantes son las que se han considerado siempre como dañinas, ya que son capaces de romper el ADN de manera directa y arrancar electrones. Las no ionizantes abarcan la luz solar visible, los rayos infrarrojos, las ondas microondas (acá se incluyen las ondas de celulares y antenas y otros dispositivos inalámbricos, el wifi y el bluetooth, los hornos microondas, etc.), las de electricidad y las de radio.
Los organismos internacionales de protección consideran que las ondas electromagnéticas no ionizantes solamente tienen efecto nocivo cuando calientan los tejidos. Sin embargo existen miles de estudios revisados por pares que demuestran un efecto biológico con exposiciones por debajo de los valores límites permitidos. Además, por el hecho de que son consideradas relativamente inofensivas, no se regula su emisión como corresponde para entregar servicios de comunicación y conectividad adecuados, pero con un riesgo que sea mínimo para la salud humana y de los ecosistemas.
En este sentido, ¿existen precauciones que podamos tomar para vernos menos expuestos a la radiación electromagnética?, ¿cómo podemos cuidar de nosotros y de la biodiversidad?
UXTR:
Existe una serie de precauciones que podemos tomar para disminuir nuestra exposición a la radiación electromagnética inalámbrica: dentro de lo posible disminuir al máximo las radiaciones inalámbricas al interior de la casa. Lo ideal es cablear todo lo inalámbrico, para que deje de serlo. Esto es una ventaja tanto para la conectividad, que es más rápida y segura, y además se disminuye la radiación electromagnética hasta niveles casi imperceptibles. Por lo tanto, es muy compatible con la salud. Cuando se cablea desde un router hay que llamar a la empresa de telecomunicaciones y pedir que desconecten el Wi-Fi. Una vez cableados los tablets, por ejemplo, colocarlos en modo avión.
Si no se puede cablear la casa por algún motivo, entonces sugerimos desenchufar el router cada vez que no se use y mantenerlo lejos de embarazadas y niños pequeños cuando esté encendido. Si se está hablando por celular, siempre usar altavoz o audífono con tubo de aire (airtubes). Colocar el celular en modo avión y desconectar la función de ubicación cuando se esté durmiendo. Nunca pegar los dispositivos inalámbricos al cuerpo. Por ejemplo, la tablet hay que mantenerla por lo menos a 20 cm de distancia del cuerpo. Nunca hablar con el celular pegado a la oreja. Evitar el uso de Bluetooth. Si se tiene una antena de celular a la vista desde la ventana, lo ideal es colocar una persiana de aluminio entre la antena y nosotros, en la ventana.

Colocar el celular en modo avión y desconectar la función de ubicación cuando se esté durmiendo es uno de los consejos precautorios. ©Sten Ritterfeld

Recientemente en Chile se aprobó una norma de emisión de radiación electromagnética que fija bandas de frecuencia máxima. Se supone que los límites establecidos son uno de los más exigentes del mundo. Sin embargo, ustedes han hablado de anomalías en la consulta ciudadana de esta norma. ¿Pueden profundizar en esto?
UXTR:
Efectivamente se aprobó una nueva norma de emisión de radiación en diciembre del año 2023. Sin embargo, el proceso de creación y aprobación de esta norma tiene varios pormenores que consideramos que la ciudadanía necesita conocer. Lo primero que hay que decir es que la norma no ha sido modificada desde el año 2012 por parte del Ministerio de Medio Ambiente (MMA). Imagina que en esos años todavía no había aparecido el 4G, entonces ya estábamos con límites de emisiones desactualizados que no consideraban a esta tecnología. El compromiso del MMA en esa época era actualizar la norma, donde uno de los acuerdos era establecer los límites según el promedio simple de los cinco países más estrictos de la OCDE en el plazo de 1 año. Por 10 años, el MMA pidió prórroga para postergar esta actualización, la cual le fue otorgada. No sabemos las razones de tal acción pero consideramos que fue muy irresponsable, dado que ya estábamos ad portas de la implementación del 5G (en el 2021).
Durante los años 2020 y 2021 –como UXTR– enviamos cartas y tuvimos reuniones con el MMA, la SUBTEL y el MINSAL explicando nuestra preocupación y solicitando actualizar la norma, así como también pedimos que no se desplegara la tecnología 5G hasta que se comprobase que es inocua para la salud. Estos intentos, si bien permitieron el intercambio de opciones, no generaron mucho avance en el asunto. Fue por este motivo que decidimos tomar acciones legales y levantar un recurso de protección para postergar el despliegue del 5G. Si bien la Corte de Apelaciones no lo encontró admisible, apelamos a la Corte Suprema quien consideró que sí lo era. Esto significa que se activa un juicio en contra del MMA y la corte ordenó al MMA entregar un informe explicando por qué no se había hecho cargo de la actualización de la norma durante tanto tiempo. El informe debió haber aparecido en febrero de 2022, pero no llegó hasta fines de junio.
En el intertanto, algo así como en marzo de 2022, el MMA anuncia públicamente que se dispondrán a sacar la nueva norma de emisión de radiaciones. Lo anterior, contemplaba la creación de un equipo especializado para esto y que se incluirá a la ciudadanía ya sea, como para mantenerla informada de todo el proceso, como para tomar en cuenta sus dudas y aportes en la confección de dicha norma. Como UXTR estuvimos participando activamente de todas las instancias que se dieron para hablar y colaborar con la confección de la norma.
Finalmente, el MMA genera un borrador de la nueva norma: un anteproyecto de norma de emisiones de radiación el cual, si bien no cumplía con todo lo que considerábamos necesario para asegurar la salud de las personas, sí mostraba grandes avances, uno de los más importantes era que se disminuye en 10 veces los límites de radiación a nivel general, lo cual era muy bueno. A nuestra consideración científica y médica, aún se encontraba por sobre los límites que estimamos como saludables, pero era algo con lo que se podía comenzar a trabajar. Este anteproyecto se sometió a Consulta Ciudadana y durante ese período UXTR estuvo presente en todos los eventos, tanto online como presencial (a nivel nacional) y además aportó un documento contundente que incluía sugerencias y correcciones que consideraban, entre otros temas, el cuidado de la salud y de los ecosistemas y que fue preparado por el equipo de Investigación & Estudio.
Se cierra el proceso de Consulta Ciudadana y luego el anteproyecto pasa al Consejo de Ministros para su aprobación. El día 15 de diciembre del 2023 se publica el proyecto definitivo fuera de plazo, sin observaciones y con un texto estándar material y completamente distinto a aquel anteproyecto que fuera sometido a Consulta Ciudadana y que fuera tratado en numerosas reuniones antes citadas. Las respuestas a la Consulta Ciudadana fueron publicadas en el expediente asociado a la Norma ese mismo día 15 de diciembre.
En el nuevo texto, el MMA estableció una diferenciación para las bandas 5G bajo y sobre 2.7GHz, así como para bandas superiores a 2.7GHz no necesariamente de 5G, cuando hoy la mayoría de las frecuencias que operan en el mercado son superiores a 2.7GHz. La información o referencias bibliográficas que permitieron hacer esta diferenciación no prevista en el anteproyecto y que, por lógica, jamás fue discutida ni tratada con la ciudadanía, no está disponible en el expediente de la norma ni tampoco en el estudio presentado por la Universidad Católica de Valparaíso. Consideramos que esto es un insulto y una desfachatez por parte del gobierno hacia la sociedad civil. Por otro lado, los límites establecidos y aprobados por el MMA en la norma no tienen sustento científico. Desde UXTR solicitamos a través de Transparencia que el MMA nos compartiera la evidencia que respalda los límites establecidos en ella y que, en teoría, cumplen con ser “el promedio simple de los cinco países más restrictivos de la OCDE”. La respuesta enviada consta de ochocientas páginas y NO tiene sustento para los límites aprobados.

Una alternativa para disminuir los niveles de radiación es que la fibra óptica llegue a todos los hogares de Chile y exigir que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan la posibilidad de cablear las casas. ©Unsplash

¿Cuál es su visión para Chile en esta materia?, ¿cómo puede mejorar?
UXTR:
Pensamos que en Chile se está engañando a la ciudadanía, ya que se les dice que los límites van a ser muy bajos y luego, de forma oculta, colocan límites altísimos para las frecuencias más altas, sin basarse en ningún fundamento. Claramente las empresas de telecomunicaciones están interviniendo en estas decisiones. No puede ser de otro modo. La manera en que podría mejorar es: (1) Que la fibra óptica llegue a todos los hogares de Chile y exigir que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan la posibilidad de cablear las casas para que no exista el Wi-Fi. Incluso es posible cablear los celulares dentro de las casas. (2) Se debe usar el principio ALARA, es decir que la radiación sea lo más baja posible, apelando al Principio de Precaución Internacional, de modo de lograr una buena conectividad, pero resguardando la salud. Se puede lograr una excelente conectividad con valores de radiación emitidos bajísimos. (3) Hay que cambiar el concepto de zonas sensibles, para las cuales supuestamente existen niveles de radiación permitidos más bajos. Por ejemplo, las residencias y lugares de trabajo, donde la gente permanece entre 8, 18 o 24 horas no son consideradas zonas sensibles. Sí son consideradas zonas sensibles los lugares de educación, guarderías, hospitales, asilos de ancianos y parecidos. Las personas muchas veces permanecen muchas menos horas en esos lugares, que en sus residencias o en sus trabajos. En algunos países de Europa existe el criterio Omen, que se refiere a las zonas de uso sensible. Esto es, todos los lugares en donde las personas permanezcan más de 4 horas son consideradas de uso sensible. En aquellas en donde las personas transiten (menos de 4 horas) puede haber mayor nivel de radiación inalámbrica. (4) Lo ideal sería tener la separación de la radiación interior y exterior, que es un modelo que crearon los médicos asociados para el medio ambiente de Suiza (Aefu). Ellos proponen que exista en el exterior un nivel de radiación tan bajo, que permita la conectividad, pero que no penetre a los hogares. Y en los hogares que exista, según la preferencia, un repetidor Wi-Fi o bien un sistema cableado. De ese modo, se lograría una combinación de buena conectividad en el exterior y en el interior, pero que permite el uso de la libertad individual y la elección de estar expuesto a un nivel de radiación de radiofrecuencia muy bajo, lo que es más compatible con una buena salud. (5) Sería imprescindible que se controlara el índice SAR de los celulares (cuánto irradian), además de tener un etiquetado de advertencia para proteger a los niños pequeños, a las embarazadas y la fertilidad masculina (del mismo modo que se hace con los alimentos).
A Chile le gusta ser el primero en muchas cosas o aparecer como país modelo. Esto sería una excelente propuesta para serlo de verdad, en cuidado de la salud en relación a las radiaciones electromagnéticas artificiales. Con esto seríamos los primeros, que no solamente cuidan la conectividad, sino la salud como un derecho en relación a la expansión de la radiación inalámbrica.
¿Cuáles son ejemplos de políticas públicas importantes para regular esta materia?
UXTR:
Tanto la Norma de Radiación de Radiofrecuencias como la Ley de Antenas impactan directamente en este tema. El punto es que ambas consideran como tema principal solamente el asegurar los servicios de comunicación a la población. Casi no consideran la salud de las personas, seres vivos y medio ambiente en general, dado que: (1) O no se basan en estudios científicos que justifiquen sus decisiones, (2) o se basan en estudios científicos que han sido financiados por la misma industria de telecomunicaciones, lo que tiene el problema de “conflicto de intereses” No deberían considerarse como válidos los resultados de los estudios realizados por las mismas entidades que están ofreciendo el servicio, sin que se hayan comparado con resultados de estudios que hayan sido independientes de la industria.
¿Existen países que han abordado la contaminación electromagnética responsablemente?
UXTR:
Este es un problema a nivel mundial y tiene mucho que ver con el poder de lobby que tiene la industria de las telecomunicaciones. Hay mejores normas que otras según el país, pero ninguno ha logrado tratar este problema de forma efectiva como nación. Por ejemplo, sabemos que en Israel, como norma, los teléfonos celulares traen un sticker advirtiendo que el uso cerca del cuerpo podría ser nocivo para la salud, o que en China, por norma, se les recomienda a las mujeres embarazadas utilizar ropa reflectante (de radiación electromagnética) sobre el vientre para protegerse, o que en Francia, el 2023, se quitó el Iphone 12 del mercado por sobrepasar los límites mínimos de radiación establecidos. Estas son medidas que pueden ayudar a mitigar la exposición pero no solucionan el problema.
Sí sabemos de acciones mucho más exitosas que se han realizado a través de la organización ciudadana de localidades más pequeñas, por ejemplo, que se hayan retirado antenas celulares o prohibido el 5G hasta que no exista evidencia de que es inocuo para la salud y los ecosistemas, en pueblos, comunas y otras localidades en Italia, Bélgica, USA, Argentina y Chile, entre otros. Estas organizaciones de la comunidad han tenido gran éxito. Son personas con un gran interés y conciencia de la salud y que quieren proteger a sus familias, seres queridos y al resto del mundo. Es este tipo de organización, con ideales nobles, que queremos fomentar en quienes decidan hacer algo por este asunto, al menos, hasta que como nación lleguemos al establecimiento de leyes y normas que realmente protejan la salud.
En Estados Unidos y a través de la ONG Environmental Health and Trust y Children’s Health Defense se realizaron acciones legales contundentes. Ellos demandaron al Estado y ganaron.

Fuente: Revista Endémico - Imagen de portada: Las antenas de telefonía móvil emiten radiaciones electromagnéticas no ionizantes, consideradas por muchos organismos como tecnologías inocuas, sin embargo muchos estudios científicos han demostrado lo contrario. ©Mario Caruso

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