La destrucción de la naturaleza estalla en la cara a los humanos de formas inesperadas
Una investigación sobre cómo la muerte masiva de murciélagos se conecta con un aumento de la mortalidad infantil en Estados Unidos supone el último ejemplo de las consecuencias de las extinciones masivas sobre la vida de los humanos: La desaparición casi radical de murciélagos obligó a los agricultores de Nueva Inglaterra (EEUU) a utilizar un 30% más de insecticidas para contener las plagas en sus cultivos. Al mismo tiempo, la mortalidad infantil por enfermedades y dificultades al nacer en las mismas zonas creció un 8%, según ha constatado un reciente investigación publicada en Science. Los autores conectan el aumento de muertes al mayor uso de productos químicos probadamente peligrosos para fetos y niños. Por Raúl Rejón Es el último ejemplo, de muchos, en los que la destrucción de la naturaleza se revuelve contra los seres humanos. Quizá una de las más sorprendentes –“se me desencajó la mandíbula” analiza uno de los expertos consultados por Science–, pero no la única. Aunque los cien