La Administración Trump duplica las subvenciones a la industria fósil: ¿qué hace el resto del mundo?
Los apoyos del Gobierno estadounidense a los combustibles no han dejado de crecer en la última década, pero la llegada de Trump ha supuesto un impulso de más de 4.000 millones de dólares anuales: El Gobierno federal de Estados Unidos entregará a la industria de los combustibles fósiles 34.800 millones de dólares anuales durante la próxima década, según los últimos cálculos de la organización Oil Change International. Esta cifra, que no ha dejado de crecer en el último año bajo la Administración Trump (pero también había aumentado durante el mandato de Biden), significa asimismo que las petroleras reciben más del doble de fondos públicos que hace ocho años.
Juan F. Samaniego
De acuerdo con el informe Paying for climate chaos, de Oil Change International, el cálculo está probablemente subestimado, ya que ni el Gobierno ni las empresas son transparentes con esta información. Además, no incluye los miles de millones en subvenciones otorgados a nivel de estados y municipios, ni tampoco otras vías de apoyo, como el gasto de la industria militar en el sector. Ante este contexto, ¿qué está haciendo el resto del planeta?
Una “hermosa y gran” reforma fiscal
Los apoyos del Gobierno estadounidense a la industria de los combustibles fósiles no han dejado de crecer en la última década a pesar de los compromisos adquiridos por el país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y luchar contra el cambio climático (cuyos impactos son cada vez más evidentes también en Estados Unidos). La llegada de Trump a la Casa Blanca ha significado un impulso claro a esta tendencia. La bautizada como One Big Beautiful Bill (‘gran y hermoso proyecto de ley’, en inglés), uno de los proyectos estrella de la nueva administración, ha asegurado para la industria más de 39.000 millones de dólares en nuevos subsidios durante la próxima década, tanto en la forma de apoyos directos como, sobre todo, a través de ventajas fiscales.
Los apoyos de la One Big Beautiful Bill incluyen, entre otras cosas, incentivos fiscales para utilizar el dióxido de carbono capturado de sistemas industriales en la extracción de más petróleo mediante un proceso denominado «recuperación mejorada de petróleo». También incluyen, según el informe, subsidios directos (muchos de los cuales ya habían sido aprobados por la Administración Biden) para la captura y el almacenamiento de carbono y para la producción de hidrógeno derivado del gas natural.
«Los estadounidenses pagamos casi 35.000 millones de dólares al año para apuntalar un sistema energético contaminante y caro, en lugar de invertir en energía renovable limpia y asequible. El Congreso debe plantar cara a las grandes petroleras, eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y redirigir esos miles de millones hacia lo que realmente necesitamos: atención médica, vivienda digna y energía limpia, asequible y renovable», señala Collin Rees, director de campaña de Oil Change International. «Es hora de dejar de pagar a quienes destruyen nuestro planeta».
De acuerdo con la organización, el apoyo de la Administración Trump a los combustibles fósiles aleja todavía más las metas climáticas globales y nos deja un poco más cerca de la catástrofe climática. «Es crucial que los líderes mundiales hagan todo lo posible para abordar la crisis climática, incluyendo aislar a Estados Unidos como un paria de los combustibles fósiles, aferrado a las fuentes de energía sucias del siglo pasado», añade Rees. «Deben hacer frente a los intentos de la Administración Trump de intimidarlos para que compren más combustibles fósiles de Estados Unidos, especialmente gas».
Una bomba climática
«Por ahora, Estados Unidos está bastante solo en acciones como la introducción de subsidios tan importantes para los combustibles fósiles, pero el resto del mundo tampoco está cumpliendo con los compromisos para poner fin a estas políticas de apoyo público a la industria del petróleo y del gas, como los asumidos por el G20 en 2009, los incluidos en el Acuerdo de París de 2015 o los adoptados en la COP26 en 2021″, señala Collin Rees. De hecho, a nivel global, los subsidios fósiles han aumentado significativamente tras la crisis de los precios de la energía causada por la guerra en Ucrania y las sanciones del bloque occidental a Rusia, superando el billón de dólares anual.
En la Unión Europea, los apoyos públicos a la industria fósil se dispararon en 2022 y en 2023, según los últimos datos disponibles, duplicando la media de la última década. Este aumento ha sido particularmente elevado en los países que más dependían de la energía rusa, como Alemania o Polonia, pero también se ha notado en Francia o España. «Los subsidios de los países ricos a la industria de los combustibles fósiles siguen siendo significativamente superiores a la financiación climática que los mismos países proporcionan al sur global», añade Rees.
A pesar de todo, también ha habido movimientos positivos en los últimos años. Los países firmantes de la Alianza para la Transición a las Energías Limpias (CETP, por sus siglas en inglés), lanzada en la COP26 de Glasgow, han reducido en un 78% la financiación pública a proyectos de combustibles fósiles en el extranjero, de acuerdo con el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible. En la COP28 de Dubái, 17 países (incluyendo Canadá, Colombia, España, Francia, Países Bajos y Reino Unido) lanzaron una iniciativa para eliminar todos los incentivos a los combustibles fósiles. Los primeros resultados serán presentados en la COP30 de Belém que empieza el 10 de noviembre.
«Poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles, además de aprobar medidas para proteger a las familias afectadas, ayudará a acelerar la transición hacia un sistema más eficiente y basado en fuentes de energía renovable, lo que también reducirá el precio de la energía, mejorará la seguridad energética y creará empleos verdes», concluye Collin Rees.
Un paso que es esencial, también, para acabar con una de las grandes causas de las emisiones causantes del cambio climático: los grandes proyectos de extracción de combustibles fósiles que hoy están planificados emitirían 11 veces más de lo que necesitaríamos para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados, según datos de CarbonBombs.org. A pesar del Acuerdo de París y de las advertencias de la Agencia Internacional de la Energía para dejar de invertir en nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón, la industria fósil tiene hoy sobre la mesa más de 2.300 nuevos proyectos extractivos en todo el mundo.
Fuente: https://climatica.coop/administracion-trump-duplica-subvenciones-industria-fosil-resto-mundo/ - Imagen de portada: Foto: Daniel Akselrod.
