El norte magnético de la Tierra se está moviendo hacia Rusia





El campo magnético de la Tierra se está moviendo desde Norteamérica hacia Siberia a un ritmo de hasta 40 kilómetros por año. Como consecuencia, el Norte magnético -señalado por la aguja de la brújula- está más lejos del Norte geográfico. El norte ya no está donde solía. Sorpresa y desorientación, incluso con una brújula en la mano. Una muestra más de que el planeta que habitamos está más fuera que dentro de nuestro control.
Algunas nociones básicas para entender el confuso -pero normal- fenómeno: el campo magnético del planeta es generado dentro del núcleo de la Tierra, que es de hierro líquido. El calor hace que el líquido se mueva, lo que crea el campo magnético terrestre. La aguja imantada de una brújula está inmersa en el campo magnético terrestre y, por ende, señala el norte magnético, ese que se está moviendo cada vez más lejos del norte geográfico. Larry Newitt, del instituto de encuestas geológicas de Canadá, sale cada tantos años a la caza del polo:
Algunas veces el campo [magnético] se invierte por completo. El polo norte y el sur intercambian sus puestos. Semejantes inversiones, registradas en el magnetismo de antiguas rocas, son impredecibles. Vienen en intervalos irregulares, aproximadamente una vez cada 300.000 años; el último tuvo lugar hace 780.000 años.
Irene Klotz, de Discovery News, nos da un ejemplo de las implicaciones prácticas que este movimiento tiene en nuestra vida. La pista de aterrizaje más activa de Tampa, Florida (Estados Unidos), se llamaba 18R/36L un nombre que indica que la pista esta alineada a 180 grados desde el norte para los aviones que llegan del norte, y a 360 grados del norte para los aviones que llegan del sur. Ahora su nueva designación, 19R/1L, indica el cambio del polo norte magnético.
Un ejemplo más cercano: este cambio magnético significa que nuestras brújulas apuntan unos 64 kilómetros más cerca de Rusia que hace un año. Entre cada 5 a 10 años, el cambio de los polos magnéticos del planeta se acumula hasta el punto de que la dirección del norte verdadero provoca que algunas señalizaciones, como la de las pistas de aterrizaje, sean obsoletas. El cambio impacta más algunos aeropuertos que otros, dependiendo de la dirección en que se enfrentan las pistas y cuando fueron actualizadas por última vez.
Como señala Scientific American, la necesidad de los satélites para aterrizar, curiosamente, es una consecuencia de los movimientos del polo magnético. Como el NMP (el Polo Norte Magnético en su siglas en inglés) se desplaza más hacia el mar, se vuelve cada vez más difícil que un avión se guíe por un aparato de navegación convencional como el magnetómetro.

Vía | news.discovery.com
Fotografía | SoHome Jacaranda Lilau

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Teoría propone que las aves usan sus picos para detectar el campo magnético de la tierra


Las vacas y los ciervos pueden sentir el campos magnético de la tierra, así que se alinean en dirección norte-sur. Para qué les sirve esta capacidad, no lo tengo claro. Sí está más claro, en cambio, para qué les sirve a los pájaros: usando el código magnético de la tierra, la aves migratoria hacen sus rutas. El secreto parece estar en el pico.
Al menos esa es una de las teorías que intentan explicar cómo las aves usan el campo magnético de la tierra para navegar. Sus picos contienen partículas magnéticas que funcionan como una suerte de compás. Para probarlo, los científicos del Instituto Max Planck de Alemania han remagnetizado los minerales de hierro presentes en el pico de un número de aves.
Luego, les han hecho despegar en diferentes direcciones. Los resultados del experimento, publicados en el Journal of the Royal Society Interface, sugieren que los picos actúan como dispositivos de navegación vinculados al sistema nervioso y ayudan a las aves a decidir qué dirección tomar.
Citado por The Telegraph, el doctor Richard Holland, quien dirigió la investigación, dijo que la investigación indica que la migración de las aves requiere de un sistema sensorial que utiliza partículas de mineral de hierro para detectar el campo magnético de la tierra.
La otra teoría señala que las aves de hecho ven el campo magnético de la tierra.

Vía | www.telegraph.co.uk
Fotografía | Alastair Rae

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