Cambio climático, del condicional al presente

Hemos explicado el cambio climático conjugado en el condicional y el futuro y esto ha condenado las historias que contábamos en un escenario incierto, que parecía que había validar continuamente.
Con la reciente presentación del informe de expertos del IPCC , el cambio climático ha vuelto a nuestros informativos, breve e intensamente, quizás para recordarnos que nunca se había ido del todo, quizás para hacernos pensar (de nuevo) en cómo comunicar mejor un fenómeno global y trascendente como pocos .
Brevemente, apunto cuatro reflexiones al hilo de la actualidad .
1. Pasar del condicional al presente: Hemos explicado el cambio climático conjugado en el condicional y el futuro y esto ha condenado las historias que contábamos en un escenario incierto, que parecía que había validar continuamente. Nuestro lector no ha sabido cómo procesar titulares llamativos pero excesivamente lejanos en el tiempo, llenos de cifras redondas y rotundas que el superaban en magnitud. Y en cambio, el cambio climático se puede y se debe explicar en presente; porque es en el presente que ya sufrimos algunos de sus efectos y porque es en el presente que debemos activar urgentemente y decididamente las políticas para abordar sus potenciales efectos una vez se produzcan en el futuro .
2. No es una fatalidad, es una realidad en la que podemos intervenir (al menos en la parte del cambio climático atribuible a la acción del hombre, se entiende). Es verdad que algunos datos científicos nos invitan a pensar que en algunos casos ya nos encontramos en una situación de no retorno, que ya es tarde para invertir la inercia. Pero no es menos cierto que estos escenarios son precisamente eso, proyecciones que pueden pasar o no, y que en todo caso hay un margen de acción reconocido por los expertos en el que podemos y debemos actuar. Cabe modular bien la tentación del catastrofismo, por tanto, y preguntarnos cuál es la estrategia más apropiada para activar el preciado binomio atención-reacción. ¿Decir que todo está perdido? ¿O decir que todavía estamos a tiempo? Nuestra mirada, saturada de señales, ha sido vacunada contra el tremendismo y desconfía de la complacencia, demasiado a menudo disfrazada de marketing verde. Debemos hablar, con las dosis justas de pasión y realismo, de las respuestas que ya son posibles hoy.
3. No es sólo un tema científico, es también un tema político. La Academia tiene en el cambio climático uno de sus campos de debate y trabajo más cruciales. Y como tal lo aborda, aplicando el método científico, con su propio vocabulario y convenciones. Es natural que sea así. Los datos del último informe del IPCC tienen un gran valor porque sintetizan el estado de la cuestión en la ciencia sobre el cambio climático, son, además, una herramienta para hacer mejor política. Pero la 'política' no la podemos dejar en 'suspenso' a la espera de la concreción del debate científico. Los dos procesos tienen que estar bien coordinados, aceptando que tienen dinámicas y tiempos diferentes. Hemos hablado ampliamente de equipos de investigadores y universidades de gran prestigio, pero menos de las políticas públicas que ya están marcando la diferencia. Y hemos perdido la oportunidad de valorizar estas iniciativas ... y estos actores, algunos de los cuales muy cercanos .
4. El cambio climático es un tema local, principalmente. Aunque la mayoría de medios generalistas suelen aproximarse al tema desde la perspectiva de la política internacional (grandes cumbres, protocolos internationales, etc ) una parte significativa de políticas concretas las están promoviendo ciudades y regiones, por no hablar de empresas y organizaciones. Es conveniente bajar el reto a pie plano. La falta de voluntad política de los grandes eventos internacionales se explica, sencillamente, por la debilidad del tema en las agendas locales. Focalicemos, pues, en lo más pequeño para luego elevar nuestra mirada, dotados de razones y con el apoyo de nuestras comunidades, en los espacios de decisión globales. Hacerlo al revés, lo hemos visto, está condenado al fracaso. Podemos ayudar a ello desde los medios. Sostenible hace tiempo que trabaja en esta línea, reivindicando el trabajo de tantos y tantos ayuntamientos!
www.sostenible.cat
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La NASA confirma la reducción del agujero de ozono en la Antártida

Este fenómeno se presenta cada año. Comienza a formarse en la primavera antártica, en  agosto y septiembre, cuando el sol aparece de nuevo tras la oscuridad de meses del invierno antártico.
El agujero de ozono que cada año se forma en la estratósfera sobre la Antártida, presentó una reducción de .5 millones de kilómetros cuadrados (km2) a diferencia de las lecturas de los años 90´s, según informó la NASA en un comunicado.
Este fenómeno se presenta cada año. Comienza a formarse en la primavera antártica, en  agosto y septiembre, cuando el sol aparece de nuevo tras la oscuridad de meses del invierno antártico.
La lectura provista este 2013 por el satélite dedicado Aura de la NASA, luego de varios análisis y comparaciones, arrojó un agujero de 21 millones de km2 contra los 22.5 millones de km2 de mediados de los noventas, sin embargo, habrán de requerirse más lecturas en los próximos años para poder determinar si ha iniciado un proceso de “curación” de la capa de ozono, dijo Paul Newman, experto en las regiones atmosféricas de la Tierra del Centro Goddard de la NASA.
El científico atribuyó la posibilidad de este proceso de reducción, a los protocolos establecidos desde 1987 cuando se iniciaron los trabajos de cuidado de la capa de ozono mediante la eliminación del uso de diversos productos químicos dañinos para ese elemento.
Este hallazgo confirmado, consideró Newman, permitirá hacer entender a los gobiernos la importancia de sostener y reforzar las acciones de protección a las capas atmosféricas,  beneficiando de esa forma las futuras mediciones y poder confirmar, insistió, si se ha logrado revertir la afectación al ozono.
Vía | Kiosco Mayor
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El grosor de los glaciares del Tíbet disminuyó 26,5 centímetros en medio siglo


RIA NOVOSTI (especial para ARGENPRESS.info)

El grosor de los glaciares que cubre el Tíbet disminuyó en 26,5 centímetros en medio siglo, reveló hoy un informe del servicio meteorológico de esta región autónoma de China.
Entre el periodo comprendido entre 1961 hasta 2012, el grosor máximo de la capa de hielo en el Tíbet disminuyó en 5,3 centímetros cada diez años, y en el transcurso de los últimos 30 años el proceso aceleró a 7,4 centímetros cada diez años”, dice el informe revelado por la agencia china XINHUA.
De mantenerse esa tendencia, en los próximos 20 años la capa de hielo de la zona más alta del planeta se reducirá en un 3-5 % subrayó el informe.
Al enumerar las causas de este fenómeno los científicos chinos destacan el calentamiento global que también afectó la zona del Tíbet.
Así, en los últimos cincuenta años, la temperatura promedio en esa zona aumentó 1,6 grados, la temperatura mínima anual resultó más caliente en 2,1 grados, al tiempo en que las lluvias en la región aumentaron considerablemente.
El derretimiento de los glaciares del Tíbet puede liberar del suelo cantidades enormes de gas carbónico (CO2) a la atmósfera y conducir a la degradación de la estepas en las partes altas de ese macizo montañoso.
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El cambio climático hace más tóxicas las algas en agua dulce


Conforme este enriquecimiento de nutrientes o "eutrofización" aumenta, mayor será la proporción de cepas productoras de toxinas de cianobacterias en las floraciones de algas nocivas
El enriquecimiento de nutrientes y el cambio climático están planteando una nueva preocupación cada vez más importante: un aparente aumento de la toxicidad de algunas floraciones de algas en lagos de agua dulce y estuarios de todo el mundo, lo que pone en peligro los organismos acuáticos, la salud del ecosistema y la seguridad del agua potable humana, según concluye un estudio que se publica este viernes en 'Science'.
   Conforme este enriquecimiento de nutrientes o "eutrofización" aumenta, mayor será la proporción de cepas productoras de toxinas de cianobacterias en las floraciones de algas nocivas, alertan los científicos de esta investigación, profesores de la Universidad Estatal de Oregón y la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, ambas en Estados Unidos.
   Las cianobacterias son algunos de los microorganismos más antiguos de la Tierra, que data de alrededor de 3,5 millones de años, un momento en que el planeta estaba falto de oxígeno y estéril de la mayoría de la vida. Se cree que estas bacterias han producido el oxígeno que allanó el camino para la evolución de la vida terrestre. Son muy adaptables y persistentes, dicen los investigadores, y hoy están nuevamente adaptándose a las nuevas condiciones de una manera que pone en peligro algunas de las vidas que originalmente hicieron posible.
   Una preocupante en particular es 'Microcystis sp', una cianobacteria casi omnipresente que crece en aguas cálidas y ricas en nutrientes y estancadas de todo el mundo. Al igual que muchas cianobacterias, puede regular su posición en la columna de agua, y con frecuencia algas verdes como espumas cerca de la superficie.
   En un entorno con mucha luz y ambiente oxidativo, las cianobacterias productoras de microcistinas tienen una ventaja de supervivencia sobre otras formas de cianobacterias que no son tóxicas. Con el tiempo, pueden desplazar las cepas no tóxicas, lo que resulta en floraciones que son cada vez más tóxicas.
   "Las cianobacterias son, básicamente, las cucarachas del mundo acuático, que son el huésped no invitado que no acaba de salir", puso como ejemplo Timothy Otten, investigador postdoctoral en la Facultad de Ciencias y la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Oregón, cuyo trabajo ha sido financiado por la Fundación Nacional de Ciencia.
   "Cuando se tiene en cuenta su historia evolutiva y el hecho de que han persistido incluso a través de las edades de hielo y los impactos de asteroides, no es de extrañar que sean tan difíciles de eliminar una vez que han echado raíces en un lago", destacó. "En su mayor parte, lo mejor que podemos hacer es tratar de minimizar las condiciones que favorecen su proliferación", aconsejó.
   Los investigadores no tienen un extenso registro histórico de eventos floración y sus toxicidades asociadas para poner estas observaciones en un contexto a largo plazo. Hay más de 123.000 lagos de más de 10 acres de extensión repartidos en Estados Unidos y, en base a la última Evaluación Nacional de los Lagos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, al menos un tercio puede contener la toxina que producen las cianobacterias.
   La contrucción de presas, el aumento de las temperaturas y mayores concentraciones de dióxido de carbono, las sequías y la creciente escorrentía de nutrientes de las tierras urbanas y agrícolas están agravando el problema.
Muchos grandes lagos eutróficos, como el Lago Erie se ven afectadas cada año por la proliferación de algas tan masiva que son visibles desde el espacio exterior.
   Los investigadores que estudian las toxinas de cianobacterias dicen que es improbable que su verdadera función sea la de ser tóxicas, ya que en realidad son anteriores a cualquier depredador. Una nueva investigación sugiere que la potente toxina hepática y posible carcinógena, microcistina, tiene un papel protector en las cianobacterias y les ayuda a responder al estrés oxidativo.
AFECTA AL AGUA POTABLE
   Debido a la flotabilidad y ubicación de las toxinas, los riesgos de exposición son mayores cerca de la superficie del agua, lo que plantea mayor peligro para las prácticas de natación, canoa y otros usos recreativos. Además, dado que las floraciones de cianobacterias se arraigan y, por lo general, se producen cada verano en los sistemas afectados, la exposición crónica al agua potable que contiene estos compuestos es un asunto importante que necesita más atención, alertó Otten.
   "Los administradores de la calidad del agua tienen una amplia caja de herramientas con opciones para mitigar los problemas de toxicidad de cianobacterias, suponiendo que son conscientes del problema, y están obligados a actuar", dijo este experto. "Sin embargo, no existen regulaciones formales sobre cómo responder a estos eventos", lamentó, tras solicitar que se aumente la conciencia pública sobre estos temas.

ep

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