Desarrollo fallido: La intensificación de la agroindustria no beneficia ni a la sociedad ni al medio ambiente


    •    En los países con rentas medias y bajas los intentos de producción masiva benefician solo a los ricos y perjudica enormemente a los agricultores más pobres


Científicos y políticos consideran que la intensificación de la agricultura es una estrategia fundamental para el cumplimiento de los compromisos sociales y ecológicos mundiales, como acabar con el hambre y proteger la biodiversidad, tal como se establece en los Objetivos de Desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y en el Acuerdo de París. Pero los intentos de conseguir mayores cantidades de productos agrícolas a toda costa (como ocurre en algunos ejemplos de intensificación agrícola) no son tan positivos como se esperaba.

Por: Dr. Esteve Corbera


Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Nature Sustainability en que ha participado el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), liderado por investigadores de la Universidad de East Anglia y la Universidad de Copenhague en colaboración con científicos de Escocia, Francia y España.
Resultados del estudio
La intensificación agrícola, definida como las actividades destinadas a aumentar la productividad o la rentabilidad de un área determinada de tierras agrícolas, raramente genera resultados positivos simultáneos para los servicios ecosistémicos y para el bienestar humano
Este estudio es el primero que evalúa qué repercusión tiene la intensificación de la agricultura tanto en el medio ambiente como en el bienestar humano, en los países con rentas medias y bajas. Para tratar de encontrar resultados, los investigadores realizaron una revisión de 53 estudios existentes sobre los efectos de la intensificación agrícola al bienestar humano y los servicios ecosistémicos.
A raíz de esta revisión los investigadores creen que la intensificación agrícola, definida como las actividades destinadas a aumentar la productividad o la rentabilidad de un área determinada de tierras agrícolas, raramente genera resultados positivos simultáneos para los servicios ecosistémicos y para el bienestar humano.
Muy pocos de los casos revisados demuestran que la intensificación agrícola esté contribuyendo simultáneamente a los Objetivos de Desarrollo sostenible, como eliminar el hambre y lograr el uso sostenible de ecosistemas terrestres
Dr. Esteve Corbera
Codirector del grupo de investigación LASEG del ICTA-UAB
El Dr. Esteve Corbera, codirector del grupo de investigación LASEG del ICTA-UAB destaca que “muy pocos de los casos revisados demuestran que la intensificación agrícola esté contribuyendo simultáneamente a los Objetivos de Desarrollo sostenible, como eliminar el hambre y lograr el uso sostenible de ecosistemas terrestres. por ello, debemos ser cautelosos sobre las expectativas que atribuimos a la intensificación agrícola “.
Aunque los autores creen que existen expectativas y anhelos considerables sobre su contribución al desarrollo sostenible, el estudio considera que sólo una minoría de los estudios existentes presenta evidencia de ello. Incluso en los casos -poco frecuentes- de éxito se tiende a no tener pruebas que demuestren los efectos positivos en la moderación de los ciclos del agua o en los nutrientes del suelo.
la intensificación agrícola puede socavar las condiciones que podrían ser fundamentales para el apoyo a la producción estable de alimentos, incluida la biodiversidad, la formación del suelo y la regulación del agua
Dr. Esteve Corbera
Codirector del grupo de investigación LASEG del ICTA-UAB
Corbera además alerta que “la intensificación agrícola puede socavar las condiciones que podrían ser fundamentales para el apoyo a la producción estable de alimentos, incluida la biodiversidad, la formación del suelo y la regulación del agua “.
Un sistema bueno para los ricos, malo para los pobres
Además los investigadores alertan que estos cambios son a menudo impuestos a los grupos de población más vulnerables que no tienen recursos económicos suficientes o de seguridad en la tenencia de la tierra para que estos cambios funcionen. Por otro lado, esta intensificación sí beneficia a las personas más adineradas.
Uno de los estudios revisados demuestra este beneficio a los más ricos. En Bangladesh se ha demostrado como la rápida adaptación a la producción de gamba de agua salada ha permitido a los inversores y terratenientes obtener mayores ganancias mientras que las personas más pobres tienen que hacer frente a las consecuencias ambientales que afecta esta producción masiva a sus vidas y sus medios de subsistencia a largo plazo.
Los encargados de formular políticas y los profesionales deberían moderar sus expectativas sobre los resultados de la intensificación agrícola y poner sus esfuerzos en prácticas alternativas mejores que tengan en cuenta aspectos que van más allá de la productividad de los alimentos y los beneficios económicos

Dr. Esteve Corbera
Codirector del grupo de investigación LASEG del ICTA-UAB
Los investigadores también alertan que los infrecuentes casos de éxito tienen lugar principalmente en situaciones donde la intensificación implica un mayor uso de productos como fertilizantes, riego, semillas y mano de obra. En este sentido, Corbera alerta que “los encargados de formular políticas y los profesionales deberían moderar sus expectativas sobre los resultados de la intensificación agrícola y poner sus esfuerzos en prácticas alternativas mejores que tengan en cuenta aspectos que van más allá de la productividad de los alimentos y los beneficios económicos”.


Fuente: http://www.lavanguardia.com/natural/20180615/45120513095/intensificacion-sostenible-agricultura-estudio-negativo-sociedad-medio-ambiente.html - Imagen de portada:

Dos cosechadoras trabajan en un campo de trigo (Tamas Soki / EFE)

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