El casino del clima

Frenar el alcance del calentamiento global es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad actual: Estamos jugando con el futuro de nuestro planeta. William Nordhaus, premio Nobel de Economía 2018, responde en el libro ‘El casino del clima: por qué no tomar medidas contra el cambio climático conlleva riesgo y genera incertidumbre’.

William Nordhaus
 
Si lees el periódico, escuchas la radio o lees noticias por internet, estoy seguro de que te resultará virtualmente imposible esquivar el incesante goteo de noticias referidas al cambio climático.
Aquí va un resumen de ideas que seguro te resultarán familiares: La última década ha sido la más caliente de todos los registros conocidos. La verdad más incómoda es que ha pasado más de una década y no se está produciendo el calentamiento global que se había anunciado. Los osos polares podrían desaparecer durante el próximo siglo. Las afirmaciones referidas al cambio climático son una farsa. La caра de hielo de Groenlandia se está derritiendo a una velocidad récord.
Claramente, el calentamiento global es un asunto al que los medios prestan mucha atención. Y creo que no sorprendo a nadie cuando digo que la gente no se pone de acuerdo en esta cuestión.
Hay quienes consideran que es real, pero también hay quienes dicen lo contrario. Hay también diferencias notables en cuanto a la importancia que debemos dar a esta cuestión o sus implicaciones para la sociedad. ¿Qué puede concluir un ciudadano bien informado ante tantos mensajes contradictorios? Y, si ese ciudadano acepta que el calentamiento global es un fenómeno real, ¿qué actitud debe tomar al respecto? ¿Cómo jerarquizamos este problema en relación con otros males de nuestro tiempo, como el enquistamiento del desempleo, el imparable crecimiento de la deuda pública, las guerras de baja intensidad o la proliferación nuclear?
La respuesta breve es que el calentamiento global es una amenaza significativa para las personas y la naturaleza. En este libro empleo la metáfora del «casino del clima». El crecimiento económico está produciendo cambios no intencionados pero peligrosos para el sistema climático terrestre. Esos cambios pueden dar lugar a consecuencias imprevistas que, probablemente serán graves. Por eso hablo del «casino»: porque estamos tirando los dados al aire y no sabemos cuál será el resultado, aunque sí podemos anticipar que algunos de los posibles resultados son muy poco deseables. De modo que ha llegado el momento de empezar a desgranar esta compleja cuestión.
Tres pasos cruciales
Los ciudadanos preocupados por la preservación del planeta se preguntan qué deberíamos hacer para frenar el alcance del calentamiento global. La respuesta no es sencilla, puesto que requiere medidas políticas, económicas, tecnológicas…, pero hay tres pasos cruciales que debemos dar si queremos tener éxito:
En primer lugar, la población mundial tiene que entender y aceptar lo grave que es el impacto derivado del calentamiento global, tanto para los seres humanos como para la naturaleza. Los científicos deben continuar realizando investigaciones exhaustivas que cubran todo tipo de aspectos ecológicos, económicos, políticos… Es importante que la ciudadanía desconfíe de los negacionistas que siempre encuentran razones para que retrasemos durante décadas la toma de medidas adecuadas.
«No hay solución al cambio climático que no pase por acciones coordinadas a nivel global»
En segundo lugar, los gobiernos nacionales tienen que aprobar medidas encaminadas a aumentar el precio de emitir CO2, y otros GEI. Estas normas despertarán críticas y generarán resistencia, del mismo modo que muchos pacientes se muestran reacios a aceptar una medicina o terapia nueva. Sin embargo, a pesar de dicha oposición, es esencial actuar en este sentido y conseguir la entrada en vigor de normas que limiten las emisiones contaminantes y fomenten el desarrollo de tecnologías bajas en carbono. De esta forma, podemos empezar a contener la amenaza de un calentamiento descontrolado. En paralelo, hay que intentar que estas políticas sean globales y no sólo nacionales. La política es, por definición, un asunto inseparable de la comunidad local. Si a esto le sumamos los sentimientos y actitudes nacionalistas, parece fácil anticipar que la oposición será real. Sin embargo, no hay solución al cambio climático que no pase por acciones coordinadas a nivel global.
En tercer lugar, es evidente que conseguir cambios tecnológicos de gran calado en el sector energético es una de las reformas clave para conseguir una economía más sostenible. Las tecnologías bajas en carbono que conocemos hoy no logran sustituir el empleo de combustibles fósiles, puesto que no hay medidas compensatorias que impongan el debido castigo a las tecnología que sí deterioran el medio ambiente con notable intensidad. Hay que desarrollar nuevas soluciones que nos acerquen a los objetivos medioambientales deseados, y las innovaciones en este campo son uno de los puntos irrenunciables para conseguir las mejoras esperadas. Por tanto, actores públicos y privados deben colaborar intensamente para conseguir tecnologías bajas en carbono y, más aún, tecnologías de cero emisiones o incluso tecnologías que hagan un uso negativo del carbono (es decir, que no sólo no lo generen sino que ayuden a la mitigación de emisiones contaminantes nacidas de otras tecnologías).
Estos tres pasos son cruciales y, por tanto, aparecen de forma recurrente en este libro. Tenemos que concienciar a la ciudadanía, incorporar las emisiones al sistema de precios y acelerar la investigación en tecnologías enfocadas a la descarbonización de nuestras economías.

Este es un extracto del libro ‘El casino del clima: por qué no tomar medidas contra el cambio climático conlleva riesgo y genera incertidumbre‘, del premio Nobel de Economía 2018 William Nordhaus (Deusto).  Fuente e
Imagenes: Ethic

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