Argentina / Rosario: Escrache al remate del primer lote de soja del año en la Bolsa de Comercio

El pasado jueves, organizaciones ambientales, sociales y políticas concentraron frente a la Bolsa de Comercio de Rosario para repudiar el primer remate de soja de la campaña 2021/2022. Se realizó una radio abierta, se leyó un documento y se instaló una muestra de fotografías intinerante, «El Costo Humano de los Agrotóxicos» del fotógrafo Pablo Piovanno.

Fotos y textos por Edith L. Gauna.

El pasado jueves, organizaciones como Pañuelos en Rebeldía, Colectivo Amaranto, Semillas de Rebelión, Casa de la Memoria – Movimiento Amplio de Izquierda, Multisectorial Paren de Fumigarnos, Protegiendo nuestros árboles Rosario – COAD, Propuesta Sur, Marcha Plurinacional de los Barbijos, La Otra Casa, Asamblea la 18, Subversión, Taller de Comunicación Ambiental (Rosario), Vecinas de La Sexta en Lucha, Red de Comercio Justo del Litoral, Almacén de las 3 Ecologías, ATTAC/ CADTM, Conciencia Solidaria, Comisión de Salud y Medio Ambiente SIPRUS y Autoconvocadxs convocaron y concentraron, durante más de dos horas, en las puertas de la Bolsa de Comercio de Rosario. 
Repudiaron como hace 13 años, el remate del primer lote de soja de cada año,  está vez  de la campaña 2021/ 2022, tratándose de una partida de 29.840 kilos, de la variedad DM 3312 (Semilla Don Mario, tolerante a glifosato), producida en Chañar Ladeado. La actividad consistió en un escrache con lectura de documento, radio abierta y muestra de fotografías «El costo humanos de los agrotóxicos» de Plablo Piovanno.
En un documento en conjunto y que se leyó en las puertas de la Bolsa de Comercio expresaron que : «En Argentina, el capitalismo se manifiesta principalmente a través de la cadena del agronegocio que fomenta el monocultivo de soja, con el consecuente aumento en el uso de agrotóxicos y la implementación de semillas transgénicas. La “Estrategia de Reactivación Agroindustrial Exportadora, Inclusiva, Sustentable y Federal. Plan 2020 – 2030”, impulsada por el Gobierno Nacional es una apuesta acordada con las corporaciones para profundizar el modelo del agronegocio, sin medir las consecuencias ambientales ni los impactos sociales.»

Y agregaron: «También se manifiesta en la aprobación del trigo transgénico HB4 (tolerante a la sequía y resistente al herbicida glufosinato de amonio) siendo Argentina el primer país del mundo en aprobar la comercialización del mismo. En este contexto y hasta el día de hoy, continúan los focos de incendios intencionales en el Delta del Paraná que destruyeron cientos de miles de hectáreas de un ecosistema clave para la regulación, el almacenamiento de agua y el sostenimiento de biodiversidad y la cultura de los pueblos de la región, obligando a comunidades a migrar y empeorando sus condiciones de vida. Este ataque a la naturaleza es el responsable de la bajante récord del Río Paraná, que sólo en Rosario ya ha dejado a cinco barrios enteros sin agua. Por eso decimos que no es sequía sino saqueo. A nivel regional, a través de mega obras de Infraestructura interprovinciales, entre las que se encuentra la canalización de nuestro río mediante el proyecto Hidrovía Paraguay – Paraná, y que se desarrollan en el marco de proyectos de IIRSA – COSIPLAN. Este proyecto no es otra cosa que un intento de recolonización, privatización, contaminación y destrucción de los territorios. Expresamos que este sistema económico produce también un modelo de organización social, un régimen político, un sistema judicial cómplice profundizador de la in-justicia, cuerpxs sometidxs y patrones culturales racistas, clasistas y patriarcales, que ha sido sostenido por todos los gobiernos, y profundizado tanto a nivel nacional, como provincial y municipal. Y para ello se vale tanto de leyes, como de la propaganda emitida por las empresas de des-información, y cuando esto no alcanza, mediante la represión y la criminalización de las luchas…», señala parte del documento pronunciado.

«Entendemos que es un evento simbólico de todo lo que representa este modelo productivo del agronegocio y del extractivismo. Este año tenemos mayor preocupación porque el gobierno necesita juntar dólares que salen de la renta sojera para pagar el acuerdo que hicieron con el FMI. Este modelo lejos de generar ingresos para la salud, la educación, el buen vivir enriquece a unos pocos, a empresas multinacionales. Nos deja hambre, saqueo, pobreza y contaminación. Vemos que hay mucha resistencia de parte de las organizaciones pero esta fragmentado. Un efecto visible tiene que ver con las quemas de las islas relacionadas con el agronegocio, la cría intensiva de ganado y los negocios inmobiliarios. Quienes luchan por tierra para vivir están directamente afectados, en Rosario tenemos un montón de gente viviendo hacinada y como contraste muchos edificios que son contruidos con la renta sojera vacíos y destinados a la especulación inmobiliaria. En este sentido reivindicamos la lucha de los pueblos originarios, de los campesinos, exigimos tierra para producir alimentos, para vivir, defendemos la agroecología y sostenemos la necesidad de llevar a adelante la soberanía alimentaria para que sean los pueblos quienes decidan qué, cómo y para quién producir y eso no puede estar desligado de una soberanía energética, política y económica sustentable para la población y para con la naturaleza y sostenida en el tiempo para las generaciones futuras», señala Sol, integrante de Semillas de Rebelión

«Esa soja que se está rematando es la que pone en riesgo la vida y la salud de los pueblos, o sea, que lo que se está rematando dentro de la Bolsa de Comercio es la salud de nuestra gente. En toda Argentina se está utilizando más de 500 millones de litros de agrotóxicos por año, esta soja viene toda contaminada, lo menos que se le hecha es glifosato que está en la categoría D, de moderada toxicidad pero categorizado por la Organización Mundial de la Salud como probable cancerígeno, que en términos médicos quiere decir que se puede probar, el glifosato produce cáncer y, por lo tanto, la soja produce cáncer», sostiene Sergio Gorosito integrante de la Multisectorial Provincial Paren de Fumigarnos.
Néstor, autoconvocado, expresa: «Soy Mapuche. Lo que comemos no es alimento. La riqueza la mal entendemos. La riqueza y la abundancia están en la naturaleza y lo que plantea occidente nunca lo hemos necesitado para sobrevivir, para reír, para estar sanos. Los primeros que padecen la hambruna son los animales y, o tienen que emigrar o desaparecen. Tengo 60 años, cuando era chico veía cruzar de las islas al campo grandes bandadas de jilgueros, que eran como nubes. Hace 40 años lo dejé de ver. Eso me dice que si ellos desaparecen, nosotros también podemos desaparecer. Hace mucho tiempo habíamos estado sin este modelo de vida. Creo que otro mundo es posible y depende de cada uno de nosotros».

Fuente: ANRed.org

 

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