Chile: «Otro Habitar»: reconectar con lo esencial desde el territorio

En un rincón al sur de Chile, entre paisajes que parecen narrar historias olvidadas y ciclos naturales que marcan el ritmo de la vida, surge un proyecto con una misión poderosa: Resignificar nuestra relación con el territorio. «Otro Habitar», un emprendimiento liderado por Magdalena Ulloa y su pareja Marcos Zegers, que no sólo da voz a los saberes ancestrales y rurales, sino que los transforma en herramientas vivas para un presente más justo y consciente. Este colectivo interdisciplinario, nacido del deseo de difundir y proteger el patrimonio cultural vinculado al habitar rural, hoy se consolida como un puente entre la investigación, la educación y la acción social.

Texto por Paula Rosales

En esta entrevista, Magdalena comparte cómo el proyecto germinó desde sus raíces familiares, profesionales y personales, y cómo, junto a un equipo diverso, está transformando la forma en que entendemos y valoramos nuestra conexión con la tierra. Una historia que invita a mirar hacia lo esencial y a cultivar un habitar más consciente y armónico.

«Otro Habitar» transforma los saberes ancestrales en herramientas vivas para un presente más justo y consciente. ©Otro Habitar
El proyecto germinó desde sus raíces familiares, profesionales y personales, cuenta Magdalena Ulloa, cofundadora. ©Otro Habitar

Endémico: ¿Cómo surge  Otro Habitar?.
Magdalena:
Otro Habitar surge desde atrás, de nuestras experiencias personales y profesionales. Soy arquitecta, y mi pareja –Marcos– también, pero se dedica a la fotografía. Ambos compartimos un vínculo con el territorio rural. Marcos desde una visión fotográfica documental, y por mi lado, quizás por mi historia personal e intereses, estoy abocada en temas territoriales y de justicia. Mi familia paterna es de Lanco y la materna de Punta Arenas. El territorio rural fue un espacio donde todas mis motivaciones se alinearon. Guiada por esta motivación me fui a estudiar un magíster en geografía humana a Londres. A nuestro regreso, fui madre y nos fuimos a vivir a la Araucanía y siento que eso me impulsó a querer desarrollar proyectos que pudiesen ser un aporte para las cosas en las que creía. Así surge el motivo de formalizar algo que ya veníamos haciendo de manera espontánea con Marcos: combinar investigación, fotografía y difusión para promover el patrimonio cultural vinculado al habitar rural, campesino e indígena.
E: ¿Por qué hablar de la ruralidad?
M:
la ruralidad representa para mí, un espacio lleno de belleza y sabiduría, donde se encuentran la esperanza, la justicia y los temas de género. Lo siento como un modo de habitar honesto, sabio y conectado con los ciclos de la naturaleza, enfocado en lo verdaderamente importante. Por otra parte, las comunidades rurales han sido las más afectadas por la crisis climática y el extractivismo, lo que refuerza la importancia del trabajo y atención en estos territorios. Siempre he sentido fascinación por temas vinculados a nuestra historia campesina y los procesos que atañen la ruralidad.

Ilustración del proyecto Memoria Huertera. ©Belén Chávez

E: ¿Cuál fue el primer proyecto que desarrollaron?
M:
Nuestro primer proyecto se llamó Inventario de Saberes Territoriales para la Infancia: Pueblo Mapuche, y fue financiado por un fondo del patrimonio y desarrollado junto a la Fundación Escala Común. En este trabajo, recopilamos saberes sobre la naturaleza desde la perspectiva del pueblo Mapuche, usando entrevistas, talleres en escuelas y revisión bibliográfica. El objetivo era crear una herramienta que ayudara a aprender sobre la naturaleza a través de la visión Mapuche, llena de significados, y que además inspirara a niñas y niños a conectarse con su entorno de esta forma. El resultado fue un diccionario que reúne relatos, nombres y significados de elementos naturales desde la cosmovisión Mapuche, una bitácora de exploración, y una serie de fichas ilustradas, todos productos diseñados de manera accesible y simbólica para la infancia.
E: ¿Qué otros proyectos han desarrollado?
M:
Además del diccionario mapuche, que pronto será impreso, estamos iniciando una investigación para crear un Diccionario de saberes sobre la naturaleza: Pueblo Aymara, gracias a una beca de National Geographic. En paralelo, hemos estado desarrollando una línea de trabajo sobre conocimiento agrícola tradicional de mujeres huerteras de la Araucanía Andina. En esta línea desarrollamos “Memoria Huertera” con 9 mujeres de la zona. Este proyecto busca ser una herramienta práctica y de divulgación, y tuvo como resultado una página web con entrevistas e ilustraciones, un cortometraje, una cuenta de Instagram y un canal de YouTube. Además, estamos muy contentos porque conseguimos dos fondos para hacer talleres y un podcast en el marco de Memoria Huertera.

También estamos trabajando en una “Guía del Habitar Campesino”, que abarca desde la huerta hasta el manejo de animales, todo basado en prácticas sostenibles y conocimientos locales. Este proyecto busca ser útil y rendir homenaje a quienes han trabajado la tierra por generaciones. Estos son los proyectos más avanzados en los que estamos trabajando, aunque hay varios más en desarrollo.

«La suerte de vivir en el territorio nos permite estar cerca de las personas con quienes trabajamos y de las escuelas» dice Magdalena Ulloa. ©Otro Habitar

E: ¿Cómo se vinculan con las comunidades?
M:
Creemos que lo importante es acercarse de una forma honesta. La suerte de vivir en el territorio nos permite estar cerca de las personas con quienes trabajamos y de las escuelas. Así poco a poco, en las conversaciones y en las visitas se van estableciendo lazos de confianza. Muchas de estas personas pasan a ser parte de nuestra vida cotidiana y nosotros de las de ellas, nos mantenemos conectados para cosas más allá del trabajo. Por eso también es importante ir dándole continuidad a los proyectos, porque con estas personas vamos armando equipo para seguir desarrollando cosas juntas. También diría que es importante no entregar falsas expectativas y ser claro con lo que se puede alcanzar con los proyectos.
E: ¿Cómo influye el territorio en la inspiración de su trabajo?
M:
La Araucanía andina ha sido una fuente inagotable de inspiración. Es un lugar profundamente fértil, no solo en términos de tierra, sino también en conocimiento, tradiciones y mujeres fuertes y sabias. Vivir aquí te invita constantemente a observar, aprender y admirar. Cuando ves la belleza de las huertas, el orden ancestral de los predios rurales o la sabiduría de las mujeres campesinas, no puedes evitar sentir la urgencia de preservar y compartir ese legado. Creo que trabajar en este entorno nos permite mantenernos conectados con la esencia de nuestro proyecto. Si hubiéramos intentado desarrollar Otro Habitar en algún lugar más urbano, tal vez no habría sido posible porque el ritmo y las prioridades son diferentes. Este territorio, con su riqueza y sus desafíos, nos impulsa a soñar en grande y a mantener viva la conexión con el alma del proyecto.
E: ¿Qué retos han enfrentado en este camino?
M:
Uno de los principales retos ha sido encontrar el equilibrio entre la vida familiar y el trabajo. Este es un proyecto muy personal que incluye a nuestras hijas, pero también requiere una gran inversión de tiempo y energía. Otro desafío ha sido financiar nuestras ideas; dependemos de fondos públicos, y eso implica postular, planificar y adaptarnos a sus requisitos.
E: ¿Cuáles son los sueños para el futuro de Otro Habitar?
M:
Lo primero sería consolidar nuestras dos líneas principales de trabajo: la divulgación de saberes territoriales de pueblos originarios y el patrimonio cultural campesino. Una de nuestras metas es crear una editorial que nos permita publicar libros hermosos y accesibles basados en nuestro trabajo. Y otro sueño sería que Otro Habitar se convirtiese en una plataforma de difusión de otras iniciativas que trabajan con objetivos similares a los nuestros. En nuestro corto camino recorrido nos hemos ido encontrando con muchos proyectos que nos han servido de inspiración, y que nos hacen sentir que somos parte de algo más grande, que no estamos solos en esto, y eso da esperanza al trabajo que hacemos.
E: ¿Qué mensaje les gustaría transmitir a los lectores de Endémico?
M:
Nos gustaría invitar a mirar hacia dentro, hacia nuestros territorios y comunidades, para aprender sobre modos de vida más sustentables y conectados con la naturaleza y sus ciclos. Cada día surgen más y nuevos conceptos asociados a lo orgánico, la agroecología, la ganadería regenerativa (muy valiosos, por cierto), pero muchas veces olvidamos que estos conceptos vienen a nombrar prácticas que han sido desarrolladas por generaciones en comunidades campesinas e indígenas. Hay una tendencia a creer que el cuidado del medioambiente es algo nuevo o de élite, pero en realidad, somos las generaciones urbanas las que hemos ido desaprendiendo cómo vivir de manera sostenible en este planeta. Otro Habitar busca ser eso, una invitación a mirar quienes nos anteceden, personas que de forma silenciosa y humilde se vinculan con la tierra de la forma que hoy muchos buscamos vincularnos.
 «Cada día surgen más y nuevos conceptos asociados a lo orgánico, la agroecología, la ganadería regenerativa, pero muchas veces olvidamos que estos conceptos vienen a nombrar prácticas que han sido desarrolladas por generaciones en comunidades campesinas e indígenas» (Magdalena Ulloa).


Puedes seguir a Otro Habitar en su Instagram @otrohabitar y encontrar más información de sus proyectos en www.otrohabitar.com
Otro Habitar son:
Magdalena Ulloa, cofundadora, directora proyectos.
Marcos Zegers, cofudador, fotógrafo.
Alejandra Apablaza, gestora patrimonio cultural.
Ana Millaqueo, profesora intercultural y contenidos pueblos originarios.
Piera Medina, encargada vinculación infancias.
Fiorella Cordella, profesional de mediación.
Romina Urra, asesora contenidos agrícolas.
Fuente: https://endemico.org/otro-habitar-reconectar-con-lo-esencial-desde-el-territorio/ - Imagen de portada: Otro Habitar


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