Josefina y el Ojo de Agua contra las plantaciones en los páramos del Ecuador


Ivonne Yanez, Acción Ecológica, Ecuador

Hace 20 años, una empresa holandesa le pagó a varias comunidades para instalar una plantación de árboles de pino en las montañas altas del Ecuador. El objetivo era el de absorber dióxido de carbono para “compensar” las emisiones generadas por una planta térmica construida en Holanda. En 2001, la comunidad de Mojandita de Avelino Ávila firmó un convenio con la compañía ecuatoriana Profafor, subsidiaria del consorcio holandés FACE. El proyecto cambió el uso de la tierra que estaba destinado a actividades de pastoreo y agrícolas así como destruyó importantes fuentes de agua y espacios sagrados

Josefina Lema vive en la comunidad de Mojandita de Avelino Ávila, en la sierra norte del Ecuador. Josefina pertenece al pueblo Otavalo de la nacionalidad Kichwa. Su comunidad tiene más o menos 200 habitantes. Hace 20 años, llegaron a su tierra personas que vinieron a ofrecerles dinero por permitir hacer plantaciones de pino en los páramos, un ecosistema único de las montañas altas de los Andes. Les prometieron empleos, ingresos económicos y beneficios que jamás se cumplieron. Por el contrario, la comunidad no sólo perdió plata sino que los impactos sociales y ambientales debido a las plantaciones de pino han durado hasta el día de hoy. 
La comunidad de Josefina no es la única. Al menos 20.000 hectáreas de plantaciones fueron los planes de la empresa holandesa-ecuatoriana FACE-Profafor en el Ecuador. De acuerdo al director administrativo de la empresa, una proporción significativa de tierras (8.000 hectáreas) fueron acordadas con 39 comunidades locales en la sierra ecuatoriana a través de contratos. Un habitante de la comunidad de SigSig, una de las supuestas beneficiarias de FACE-Profafor, contó cómo su comunidad terminó firmando para que pudieran instalar las plantaciones en sus tierras a cambio de la promesa de mucho dinero: 
“…Llega un extranjero… diciendo que han llegado a saber que la comuna ha tenido unos extensos páramos y que quieren hacer una plantación… nos hizo emocionar que venían ni se cuántos miles de dólares… usted sabe nosotros a veces, la gente del campo, no sabemos, caemos ingenuamente…  En una asamblea estuvo aquí este ingeniero, nos dijo que ingresaba una cantidad de miles de dólares acá a la comuna, y vamos a tener para ir y sembrar plantas…… Vamos a tener fuentes de trabajo después hasta el final de la cosecha, que vamos a coger ni sé cuánta plata, y aceptamos. El Cabildo firmó…” (1) 
La fundación holandesa Forest Absorbing Carbon Dioxide Emissions - FACE (Bosques para la Absorción de Emisiones de Dióxido de Carbono) se creó en 1990 por el Directorio de Empresas Holandesas Generadoras de Electricidad, N.V. Sep. FACE se planeó plantar alrededor de 150 mil hectáreas de árboles alrededor del mundo para “absorber grandes cantidades de dióxido de carbono”. Con el lema “Más Bosque. Menos dióxido de carbono”, la empresa alimenta el falso supuesto que equipara a las plantaciones con los bosques (2) Profafor es una empresa ecuatoriana de prestación de servicios cuya finalidad es apoyar al establecimiento y manejo de plantaciones forestales para capturar el dióxido de carbono de la atmósfera. Profafor tiene además proyectos relacionados a otros “servicios ambientales”, entre los que están recientemente proyectos tipo REDD+.
En 1994, a la comunidad de Josefina le ofrecieron US$ 21.450 por plantar árboles de pino en 130 hectáreas de páramos. De este dinero les descontaron varios gastos operativos y les entregaron solo US$ 11.700. Una de las cláusulas del contrato que firmaron con la empresa era que de haber diferencias contractuales o incumplimiento, la comunidad indígena tenía que pagar a la empresa holandesa-ecuatoriana US$ 35.100, es decir, mucho más de lo que la comunidad recibió de la empresa. 
Con este convenio, FACE-Profafor retiene el 100% de los Créditos de Carbono generados por los árboles de pino. En un inicio, éstos créditos buscaban “compensar” las emisiones de una nueva planta térmica de carbón de 600 MW de potencia ha ser construida en Holanda, la cual hubiera seguido emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera durante sus 25 años de vida. La planta no fue construida, pero FACE continuó invirtiendo en proyectos de compensación y vendiendo los créditos de carbono a otras corporaciones e individuos (3). Mientras que FACE-Profafor se queda con los créditos, la comunidad de Mojandita es la que debe asumir las obligaciones derivadas del mantenimiento e impactos ambientales de la plantación de Profafor. Ante esto, Josefina explica: 
“La empresa FACE-Profafor es un nuevo patrón. Han estado utilizando nuestra fuerza de trabajo. Teníamos que seguir trabajando gratis como contraparte. Hacer contrafuego, ralear, podar, sin ninguna plata” (4) 
FACE-Profafor además se benefició de la tierra de la comunidad, se apropió del trabajo de los comuneros y de la Minga (5), dispuso del dinero de la gente y de la comunidad pues tuvieron que poner dinero del cabildo para comprar insumos y contratar a técnicos. Además, tenían que arrendar tierras para que pasten sus animales. Las plantaciones secó muchas fuentes de agua y arrasó con los nutrientes del suelo, acabó con grandes extensiones de páramo, y les robó energía y espacios sagrados al acabar con ojos de agua.
“En mi comunidad, nos dimos cuenta que las plantaciones de pino eran venenosas contra nuestras pantas nativas. Estaba envenenando a la paja que es como un colchón de agua. Y los árboles de pino estaban secando los ojos de agua (6)” […] “Por eso, hace más o menos 8 años, la Pachamama no quiso que haya más plantación de pino y se quemaron como 70 hectáreas. Después de un tiempo hubo otro incendio y se quemó el resto. Ahora vemos que los ojos de agua están volviendo” (7). 
A pesar de que la Pachamama sabiamente fue la encargada de acabar con la plantación, la empresa Profafor quiso enjuiciar a la comunidad, pero esta demanda no ha progresado. Hace pocos días, la comunidad de Mojandita envió una carta a Profafor dando por terminado el contrato. La lucha de las mujeres de esta comunidad, lideradas por Josefina Lema, para defender el  páramo, es un ejemplo a seguir (8).

“Si no fuera por el agua por el páramo
No hubiera vida en nuestro planeta y país
Se habla de dios pero no le vemos,
nosotros vemos a nuestra Pachamama, nuestra naturaleza" (9)

(1) Testimonio de la comunidad de SigSig, una de las “beneficiarias de FACE-Profafor”
(2) Riofrancos, T (2015), Pines on the Páramo: The Disastrous Local Effects of the Carbon Market, NACLA, https://nacla.org/news/pines-páramo-disastrous-local-effects-carbon-market
(3) ACCIÓN ECOLÓGICA/WRM. 2005. Sumideros de carbono en los Andes ecuatorianos. Los impactos de las plantaciones forestales del proyecto holandés FACE-PROFAFOR sobre comunidades indígenas y campesinas.
(4) Josefina habla en el video de Acción Ecológica. La Pachamama no se vende. http://www.accionecologica.org/servicios-ambientes/multimedia/1503-video-la-pachamama-no-se-vende
(5) Minga: se denomina así a los trabajos comunitarios en los que la comunidad reunida realiza alguna labor de beneficio común
(6) Los ojos de agua, pukyu para los indígenas kichwa son sagrados y están cargados de energía.
(7) Com. Pers. Con Josefina Lema. 2013.
(8) Para saber más sobre los impactos de las plantaciones en las mujeres se puede ver: Bonilla, N. Ramos. I. Acción Ecológica. Mujeres, comunidades y plantaciones en Ecuador. 2008. Testimonios sobre un modelo forestal social y ambientalmente destructivo. http://www.accionecologica.org/bosques-y-plantaciones/monocultivos/publicaciones
(9) Josefina Lema.
 Boletin 211 del WRM

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