Las Mujeres y el paradigma del Decrecimiento

La deuda de cuidados es la que tiene contraída el patriarcado con las mujeres de todo el mundo, por el trabajo que realizan gratuitamente. La economía feminista pone patas arriba la categoría del trabajo, desvelando la centralidad de la actividad de las mujeres que, históricamente invisibilizada sostiene la vida cotidiana.

Por:  Yayo Herrero(adaptado por Esperanza)

 1.- Trabajo de cuidados:  Son todos los trabajos  destinados a satisfacer las necesidades del grupo, su supervivencia y reproducción y que son una seria de actividades complejas y continuadas, necesarias para la existencia de la vida humana, y que de forma mayoritaria son realizados por las mujeres. A este trabajo se le llama “sus labores”, “trabajo domestico”. 
Tenemos que decir que no solo debemos pensar en pequeños, niños y niñas sino en personas mayores, que tienen alguna discapacidad y que no pueden cuidar de sí mismas. La atención de esta población dependiente es asumida mayormente por mujeres. Estos trabajos generan una materia prima  esencial para el proceso económico convencional: la fuerza de trabajo. La reproducción y los cuidados diarios requieren una cantidad de tiempo y de energía que el sistema no puede remunerar.
Solo la gran cantidad de tiempo y de trabajo domestico y de cuidados que se desarrolla en el mundo invisible de lo no monetarizado hace posible que el sistema económico siga funcionando- De esta manera la economía del cuidado, sostiene la trama de la vida social humana y esto constituye la basa del sistema económico. Pero para el mercado no existen la interminable lista de trabajo que implica para la mayoría de las mujeres: Que los 365 días del año hay  hacer comida 3 veces al día, cuidar a los bebes, dar la medicación en la enfermedad, atender a los ancianos dependientes, hablar con los tutores de los hijos, parir, amamantar, mediar en las discusiones, ordenar armarios, relacionarse con la vecindad…  Todo este trabajo invisible para el mercado, es lo que sostiene la trama de la vida social humana. Toda esta ingente carga de trabajo  entre otras cosas ha llevado a la mujer en las últimas décadas a cuestionar este modelo de reparto de las tareas de cuidado, apareciendo una Crisis de cuidados.
2.- Crisis de los cuidados. 
-Esto es el resultado de la confluencia de un conjunto de factores, entre los que destaca el acceso de las mujeres a un empleo remunerado, dentro de un sistema patriarcal. Cuando la mujer tiene una independencia económica, el trabajo gratuito que antes realizaba, pasa a verse como una atadura del pasado de la que hay que huir. Sin embargo no son tareas que puedan dejar de hacerse. Y el paso de las mujeres al mundo publico laboral no se ha visto acompañado de un reparto d la actividad demestica por los varones,  Y la mujer siegue asumiendo dobles o triples jornadas laborales pero es incapaz de ver el desorden en su casa, y si no la ordena suele tener sensación de culpa.
Dado que la mayor parte de la población vivimos en ciudades, esto complica la situación, porque tenemos menos tiempo, al dedicar horas a los desplazamientos, no hay espacios seguros para los niños, que tienen que estar acompañados o no pueden ir solos al colegio, también vivimos mas y hay mas años de ancianidad y dependencia.
Todo esto, y además  la pérdida de redes sociales y las lejanías en las familias hace que todo este trabajo de la cotidianidad de la vida, sea solucionado de forma individualizada con las dificultades que esto supone. También repercute la crisis económica y el deterioro de los servicios públicos que podían facilitar la cotidianidad del trabajo de cuidados, facilitando guarderías, enseñanza primaria unidades de día, residencias para dependientes, parques, bibliotecas,.. y todo ello suficiente y cercano al hogar.
Aquellas mujeres  solventes económicamente compran en el mercado los servicios domésticos de otras mujeres que tienen que abandonar a veces los de su propio hogar para atender el  hogar de otras, realizando este trabajo, con fuerte precariedad laboral. Vemos la función de las mujeres emigrantes en este trabajo de cuidados. Ellas sufren horarios prolongados y viven a veces en  condiciones muchas de cuasi esclavitud. El estado regula algunas ayudas sociales pero son insuficientes y deja este sector en manos de la empresa privada (guarderías, residencias….). Como vemos esta crisis de cuidados y las soluciones que el estado da, perpetua la crisis con la división sexual del trabajo y agravando las diferencias socioeconómicas que acaban generando un nuevo “lumpen” femenino.
 3.- Deuda ecológica y deuda de cuidados.
-Podemos hacer un paralelismo entre deuda ecológica que es la que tienen los países ricos con los empobrecidos. Esto se mide a través de la huella ecológica y es cuantificar en unidades de superficie, lo que los habitantes de los distintos países necesitan para vivir. Un ejemplo: si toda la humanidad viviera como vivimos en España se necesitarían tres planeta. Tierra para poder mantener nuestra forma de vivir. De igual manera podemos decir que la huella de cuidados de las mujeres  es un indicador que evidencia el desigual impacto que tiene en el mantenimiento y calidad de la vida, la dedicación a ello, de las mujeres y de los hombres. La huella de cuidados es la relación entre  el tiempo, el afecto y la energía humana que las personas necesitan para atender sus necesidades reales ( Cuidados básicos, cariño, tareas asociadas a la reproducción… ) La deuda de cuidados es la que tiene contraída el patriarcado con las mujeres de todo el mundo, por el trabajo que realizan gratuitamente. Esto es objeto de denuncia de un orden social basado en la explotación de las mujeres. 
4,. Colocar la vida en el centro. Cambiar las prioridades.
-La economía feminista pone patas arriba la categoría del trabajo, desvelando la centralidad de la actividad de las mujeres que, históricamente minusvalorada e invisibilizada sostiene la vida cotidiana. Las mujeres son por todo lo referido anteriormente muy importantes. Son personas muy activas, creadoras de cultura y de valores de trabajo pero distintos del modelo capitalista. El trabajo doméstico es un trabajo necesario dotados de un sentido vital, es un trabajo “con sentido” alejado de la alienación y el extrañamiento de muchos de los trabajos mercantiles. Hay un trabajo que es para la vida y un trabajo que es para el mercado y si no encajan siempre se prioriza el trabajo del mercado. Los trabajos de uso como es llevar un niño al colegio, no tiene valor de cambio en el mercado y no persigue un aumento constante de la productividad.

Fuente: - Colectivo de iguales - decrecimiento.info Se trata de una síntesis de un capitulo del libro de Carlos Taibo “ Decrecimientos” Lo que hay que cambiar en la vida cotidiana”, este capítulo de YAYO  HERRERO. Imagenes: ‪Va Con Firma Mendoza‬ - ‪rtve.es‬


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