Guterres se enfrenta al primer ministro neozelandés por levantar el veto a las exploraciones petrolíferas en el mar

 

El primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, derogó la prohibición de hacer exploraciones de petróleo y gas en el mar, una ley aprobada durante el mandato de la laborista Jacinda Ardern. Esta decisión llevó al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, a reconvenir al actual gobierno neozelandés, formado por una coalición de partidos de derechas, nacionalistas y ultraliberales.

«Lo único que puedo decirles es que el petróleo y el gas que se descubra, y de esto estoy absolutamente seguro, nunca se usará», dijo Guterres en Auckland, donde se reunió con Luxon y con el ministro de Asuntos Exteriores, Winston Peters. El diplomático portugués hizo escala en Nueva Zelanda antes de acudir a la reunión del Foro de las Islas del Pacífico, que tendrá lugar en Tonga esta semana.

«Mi presencia en el Foro es, básicamente, una expresión de solidaridad con las islas del Pacífico», añadió el secretario general de la ONU en referencia a una de las latitudes más golpeadas por el cambio climático. Países como Tuvalu, Kiribati o las Islas Marshall están en la lista de las zonas más amenazadas por la subida del nivel del mar. El peligro que corren estas naciones, vecinas de Nueva Zelanda, no han hecho reconsiderar a Christopher Luxon sus planes de dar vía libre a la industria de los combustibles fósiles. Deshacer los avances en materia climática del anterior gobierno progresista se ha convertido en uno de los ejes de su gabinete.
«Tienen que cambiar», añadió Guterres, aunque no en referencia directa a Luxon, sino a todos los países desarrollados, responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. «Tienen que tomarse en serio la acción climática. Hay que eliminar progresivamente los combustibles fósiles y adoptar todas las medidas necesarias para reducir drásticamente las emisiones actuales».
Estas medidas, que Jacinda Ardern implementó durante su mandato, están siendo meticulosamente desmontadas por Luxon. En su primer presupuesto anunció un «ahorro» de 102 millones de dólares en el sector medioambiental, en el que se incluyen recortes en programas para luchar contra el cambio climático y para los científicos que se encargan de recopilar datos y asesorar al gobierno.
Cuando Guterres se refería a que «nunca se usará» el gas y el petróleo que las industrias fósiles logren localizar en las costas neozelandesas se remitía al lapso de tiempo que se tarda entre conseguir el permiso, hacer las exploraciones y la extracción final: una media de 16 años. Las proyecciones sobre el desarrollo de la crisis climática y el aumento de la temperatura global, según la práctica totalidad de la comunidad científica, hacen muy improbable que esos combustibles puedan ser quemados algún día. Queda, no obstante, el daño medioambiental provocado por la exploración, un punto que tampoco parece preocupar demasiado a Luxon: entre sus recortes presupuestarios se encuentra la deducción de 33 millones de dólares al año en programas de conservación.
Antes de aterrizar en Auckland, el secretario general de la ONU visitó Samoa, donde pidió una «reforma de las instituciones financieras internacionales para que se satisfagan las necesidades de financiación de países como los del Pacífico». A su juicio, «el dinero que se necesita [para emprender la necesaria adaptación climática] no llega». Y cuando llegue, añadió, debe hacerlo «con unas condiciones justas».

Fuente: https://climatica.coop/guterres-nueva-zelanda-exploraciones-petroleo/

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