Chile: La cuestión Mapuche.


El gobierno parece haber perdido el control de sí mismo y desde sus portavoces más significativos sólo se escuchan amenazas sobre el pueblo originario, las cuales parecen ser también una suerte de empeño por auto inferirse valor.
El tema es complejo y escapa a las posibilidades legales y fácticas del Ministerio Público, Carabineros y la Policía de Investigaciones. La cuestión Mapuche es un PROBLEMA POLITICO, que sólo podrá resolverse en ese ámbito.
El pueblo mapuche fue objeto de una gigantesca agresión por parte del imperio español, la cual se estabilizó, luego de la derrota de los invasores en Curalaba (1598), en una situación de guerra/paz que tuvo como límite geográfico el río Bío Bío.
En la segunda mitad del siglo XIX el estado chileno emprendió una campaña militar de exterminio, despojo y sometimiento llamada eufemísticamente pacificación de la Araucanía. Esta situación histórica ha reaparecido en el escenario político nacional a partir del mantenimiento de la injusticia histórica, de la ausencia de una política global de reparación y de la creciente conciencia de su identidad y derechos por parte de este pueblo originario.
El pueblo mapuche cuenta con amplia simpatías en nuestra ciudadanía en todo lo que se refiere a sus reivindicaciones. A nadie se le pasaría por la cabeza desatar una guerra contra nuestro pueblo originario. Una situación de campaña militar desplegada requeriría la intervención del Congreso Nacional y no la simple acción del ministerio Público. 
Como se aprecia no se trata ni de una situación de guerra interna como parece entender el fiscal regional, que propone despliegues militares tipo Plan Colombia en contra de un "adversario" a neutralizar, ni de simples delincuentes comunes como señala el Ministro del Interior.
En nuestro mundo posmoderno el reconocimiento de lo parcial y fragmentario expresado en las minorías étnicas forma parte del saber común de la comunidad internacional. El desenfadado camino de la represión a que el gobierno parece dirigirse acicateado por el discurso represivo de algún parlamentario de ultraderecha le traerá los más graves problemas internacionales.
Prudencia, dialogo, inteligencia, ponderación y sentido de justicia, es lo que falta.
Aún es tiempo.
El Clarín de Chile 
http://www.elclarin.cl
Ilustración: Gabriela Kovacevich-Epuyen

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