Los monocultivos de árboles no son bosques


A nivel de todo el mundo los gobiernos están promoviendo activamente la expansión de monocultivos de árboles a gran escala, a pesar de los graves impactos sociales y ambientales ya constatados en las plantaciones existentes. Quienes impulsan este modelo afirman que las plantaciones son bosques, lo cual no es cierto. Las plantaciones no son bosques. Lamentablemente, muchos de nuestros colegas forestales apoyan ese modelo y nuestras instituciones de enseñanza continúan preparando nuevas generaciones de profesionales forestales formados para perpetuar y ampliar este tipo de modelo forestal que pretende ver bosques donde no los hay.
 Es por ello que consideramos necesario afirmar públicamente, no sólo que los monocultivos de árboles no son bosques, sino que tales plantaciones resultan o han resultado en la destrucción de nuestros bosques nativos y de otros ecosistemas igualmente valiosos que sustituyen.
 En todo el mundo, quienes conocen mejor este tema son las poblaciones locales que sufren directamente los impactos, tales como:
 - Pérdida de biodiversidad (alimentos, medicinas, leña, materiales para vivienda, artesanías, entre otros)
- Alteración del ciclo hidrológico, que resulta tanto en la disminución y agotamiento de fuentes de agua, así como el aumento de las inundaciones y deslizamientos. 
- Disminución de la producción de alimentos 
- Degradación de suelos
- Pérdida de culturas indígenas y tradicionales dependientes de los ecosistemas originales
- Conflictos con empresas forestales sobre tenencia de la tierra en territorios indígenas y de otras comunidades tradicionales
- Disminución de fuentes de empleo en zonas de tradición agropecuaria
- Expulsión de la población rural
- Deterioro del paisaje en zonas turísticas
 
Es por ello que los profesionales forestales que aspiramos a la conservación de los bosques y que reconocemos los derechos básicos de los pueblos que allí habitan debemos ponernos del lado de quienes verdaderamente defienden los bosques –las comunidades locales– y oponernos a la expansión de estos monocultivos.
 Queremos resaltar que este proceso no se inicia hoy, sino que tuvo su punto de partida en Porto Alegre, durante el Foro Social Mundial 2005. Allí un grupo de estudiantes y profesionales acordamos en la necesidad de “otra formación forestal relacionada con una forma diferente de ver el mundo, en la cual los bosques no sean vistos simplemente como madera sino como lo que son: ecosistemas diversos de flora, fauna y pueblos de los bosques”. Como parte de esa línea de pensamiento, l@s  participantes nos manifestamos claramente "en contra de la implantación de extensos monocultivos o grandes plantaciones homogéneas de árboles".
 En ese marco, hacemos entonces hoy un llamamiento a estudiantes y profesionales forestales a adherirse a la presente declaración y a iniciar un proceso, dentro y fuera de los centros de estudio, que permita que quienes ingresamos a esta profesión podamos hacer lo que en ese momento pensamos que iríamos a hacer: defender los bosques y los pueblos que dependen de los mismos. 

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