Lobbies del turismo. Negocios privados, un asunto de Estado


Rodrigo F. Miranda | Alba Sud

La concentración e internacionalización de los capitales turísticos globales ha ido acompañado del desarrollo de potentes grupos de presión que actúan sobre los poderes públicos.

                              No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia (Montesquieu)
Detrás de la industria del turismo globalizado existe un engranaje de actores públicos, privados y organismos internacionales. El trabajo cooperativo entre éstos es condición necesaria para que la expansión del turismo dominante pueda ser efectiva y rentable. En esta cadena de actores, los grupos de presión son el eslabón menos visible, operando detrás de las transnacionales, dentro de las instituciones, y a espaldas de la ciudadanía y la opinión pública.
Transnacionales: actores estelares del turismo global
Dado su carácter reticular y multisectorial, en el sector turístico internacional intervienen directa e indirectamente empresas privadas de distinta índole, actividad y tamaño [1]. No obstante, son las corporaciones transnacionales las que mantienen un control sobre los instrumentos clave del negocio (infraestructuras, alojamientos, transporte, construcción, ocio y servicios complementarios) y concentran una parte cada vez mayor de los ingentes beneficios derivados de su explotación.
La concentración e internacionalización de capitales, dinámicas definitorias de la globalización económica, caracterizan también a esta industria. Los procesos de fusión, adquisición, integración vertical y horizontal de los grandes operadores son cada vez mayores y más acelerados. Asimismo, las transnacionales se expanden por los mercados geográficos del Sur, deslocalizando los destinos y diversificando su oferta turística, impulsadas por los Estados centrales y apoyadas por los organismos internacionales [2].
Las principales marcas de la hotelería mundial se concentran en un grupo reducido de empresas con sede en Europa y Estados Unidos. La oferta de habitaciones de las 10 principales cadenas hoteleras representa el 20% de la oferta global, 15 corporaciones poseen más de 35 mil hoteles y 4,3 millones de habitaciones en el mundo [3]. Asimismo, la expansión territorial de estas compañías es notable: por ejemplo, Accor tiene presencia en 80 países, Starwood Hotels & Resorts en 95 e Intercontinental Hotel Group en más de 100 (CEPAL, 2008).
Más allá de los hoteles, otro parámetro sobre el que se asienta el turismo es el transporte. En torno al 43% de los desplazamientos turísticos internacionales se realizan por avión (WWF España, 2011).En la aviación internacional, el 8% del PIB mundial en 2010,el 10% de las empresas [4] concentra el 84% de la cuota de mercado (IATA, 2013). En los últimos años, la tendencia de este sector fue formar alianzas entre transnacionales, dando lugar a la creación de 5 grandes consorcios: OneWorld, Star, Wings, Sky Team y Qualiflier.
A partir del fuerte proceso de internacionalización iniciado en los 90 [5], el turismo español es uno de los más fuertes del mundo. Algunos casos emblemáticos del sector hotelero son Sol Meliá [6], grupo hotelero vacacional más grande del mundo (CEPAL, 2008) y líder en América Latina y el Caribe, Barceló, con más de 150 hoteles y más de 450 agencias de viajes en 17 países, e Iberostar, presente en 19 países (Consejo Empresarial para la Competitividad, 2012). Con respecto a la aviación civil, en 2011 el 75% del flujo de pasajeros de las aerolíneas que operan en el país se concentró en 15 compañías (Ministerio de Fomento, Gobierno de España, 2013) [7].
Detrás del poder de estas corporaciones existen organizaciones con un bajo perfil público y una fuerte presencia en las instituciones políticas. Los grandes actores privados del turismo globalizado, además de dominar cada vez más la explotación de la actividad, a través de los lobbies ejercen presión sistemática en los espacios de toma decisiones.
Lobbycracia: detrás de las transnacionales, dentro de las instituciones
Los lobbies son colectivos con intereses comunes que ejercen influencia en los centros de decisión política para suscitar que las decisiones adoptadas sean favorables a estos intereses. Desde la sombra y generalmente de forma sectorial, estas organizaciones pretenden que los intereses de sus corporaciones queden plasmados lo mejor posible en las decisiones de los poderes públicos. A mayor poder económico, mayor capacidad de incidencia, dinámica que favorece desde la política institucional los procesos de concentración de capital y la primacía de intereses privados de grupos concentrados.
En el turismo globalizado, el principal lobby es el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, World Travel & Turism Council), que reúne al centenar de empresas más grandes del sector. Presidido por David Scowsill y JW Marriot Jr.[8], el WTTC representa sus intereses frente a gobiernos de muchos países y regiones del mundo, además de fomentar las alianzas público-privadas para el desarrollo de esta actividad (WTTC, 2013). En el transporte aéreo, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) representa a 240 aerolíneas, el 84% del tráfico aéreo del planeta [9] (IATA, 2013). En 2011, al asumir como CEO de esta asociación, Tony Tyler, ex directivo de Swire & Cathay Pacific Airways y John Wire & Son, hacía una declaración de intenciones a todas luces clarificadora: “mi misión como director y CEO de IATA es hacer del mundo, un mundo mejor para que las aerolíneas puedan hacer sus negocios” (Gran Portal de la Aviación , 2011).  
En el turismo globalizado existen otros grupos internacionales de presión:
    •    La Federación Universal de las Asociaciones de Agencias de Viajes (FUAAVV) representa la unificación de las agencias de viajes y tour-operadores en una federación única a nivel internacional. Está integrada por las Asociaciones Nacionales de Agencias de Viajes de casi 100 países.
    •    La Unión de Federaciones de Agencias de Viajes (UFTAA) procede de la FUAAVV y tiene estatuto consultivo en Naciones Unidas. Representa a las agencias de viajes y turismo a nivel mundial ante organismos gubernamentales.
    •    La Asociación Internacional de Hoteles y Restaurantes (IH&RA representa los intereses de unos 300 mil hoteles y 8 millones de restaurantes en el mundo
    •    La Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA), formada por 700 miembros en 80 países, representa a las agencias de viajes de congreso, organizadores y centros de convenciones y congresos
La Federación Internacional de Tour-operadores (IFTO) representa a los principales tour-operadores de los mercados europeos
Estas estructuras de presión también operan con una descentralización territorial. En el turismo español se encuentra Exceltur, Alianza para la Excelencia Turística, miembro del WTTC. Presidida desde 2013 por el directivo del Grupo Hotusa Amancio López Seijas [10], esta asociación aglutina y protege los intereses de los 27 actores clave del sector (hoteles y alojamientos, transporte, distribución, ocio y servicios complementarios [11]) con actividades en más de 175 países. En sus prioridades estratégicas [12] destaca la necesidad de que el turismo sea considerado como “sector prioritario” para la “recuperación” y en “el nuevo modelo productivo”, con un “reflejo en los presupuestos del Gobierno” y “los programas que rijan las elecciones autonómicas” (Exceltur, 2013).
Otro lobby español es la Asociación Empresarial Mesa de Turismo, integrada por los principales empresarios del sector y cuyo fin es la “coordinación privada y la divulgación de la función del turismo en el marco de la economía de mercado, como factor esencial de desarrollo económico y social”. Presidida por ex ministro y empresario Abel Matutes [13], la Mesa tiene dos líneas de actuación, sobre el poder político y la opinión pública [14], y entre sus objetivos destaca “recabar de los poderes públicos el rango político y económico que corresponde al turismo” (Mesa de Turismo, 2013) [15].
En los sectores conexos, se encuentra el G-14, Inmobiliarias por Excelencia [16], y el Club de Exportadores e Inversores. El G14, creado en 2007, es un “grupo organizado para la defensa de sus intereses empresariales y el desarrollo de todo tipo de acuerdos y medidas que redunden en la defensa de la actividad” (G14 Inmobiliarias, 2007), aglutina a las principales inmobiliarias españolas y su presidente es directivo del Grupo Sacyr Vallehermoso [17](G14 Inmobiliarias, 2013). El Club de Exportadores e Inversores salvaguarda los intereses de los capitales internacionalizados, inversores en el extranjero y exportadores, y “mantiene un contacto permanente con la Administración española, representando y actuando en defensa de los intereses de los socios” (Club de Exportadores e Inversores, 2013) [18].
A pesar de tratarse de grupos que inciden de manera opaca en las reglas del juego democrático, su regulación es tibia o inexistente. En la UE en 2008 se creó un registro público para dotar de una mínima transparencia a estas organizaciones y sus gestiones en las instituciones europeas (Parlamento Europeo y Comisión Europea, 2012). En el Estado español hasta el momento no existe regulación alguna de los lobbies [19].  
“Un mundo mejor… para los negocios”
Algunos ejemplos pueden servir para ilustrar el funcionamiento de los lobbies.
En primer lugar, la legislación del clima y las medidas regulatorias del cambio climático en la UE. En 2005, teniendo en cuenta que la aviación es una de las actividades humanas que genera mayores emisiones de CO2 [20], IATA puso en marcha una “estrategia para abordar el problema del cambio climático”, valorada por la organización Transport and Enviroment (T&E) como completamente “ajena a la verdad”. En 2008 este lobbyejerció presión sobre las instancias competentes de la UE para excluir a la aviación del Sistema de Comercio de Emisiones. En septiembre de 2009 IATA anunció durante la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático una supuesta reducción del 50% de las emisiones del sector de la aviación prevista para 2050. Este anuncio fue calificado como un “truco” por organizaciones ecologistas y considerado “irreal” por basarse en datos claramente manipulados. Sus objetivos eran excluir a este sector de la conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático a realizarse en Copenhague dos meses después, mermar las crecientes críticas sobre sus impactos ambientales y evitar nuevos impuestos para la aviación.
Un caso más cercano es la modificación de la Ley de Costas española en 2013, no incluida en el programa electoral del Partido Popular. En este caso, lo que la Mesa de Turismo denominó “aportación de ideas y sugerencias para la promulgación de una nueva Ley de Costas” (Mesa de Turismo, 2013) supuso de hecho que en la modificación de esta Ley prevalecieran los intereses del sector a los de la ciudadanía y la conservación de los entornos naturales.
La nueva Ley, considerada “conservacionista” por la Mesa de Turismo (Nexotur, 2012) y que “privatiza y desprotege la costa” por los grupos de la oposición (Público, 2013), permite que se mantenga una gran cantidad de edificaciones turísticas que en la anterior norma se exigía demoler. La medida fue valorada por organizaciones ecologistas como “una de las peores noticias medioambientales de los últimos tiempos” y  “abrir la puerta a un montón de amigos que tienen sus ojos puestos en los últimos tramos de costa sin construir”(Greenpeace, 2013); “dar rienda suelta a la privatización” y "vía libre para la ocupación del 75% de la costa, facilitando otra nueva oleada de edificación en el litoral” (Ecologistas en Acción, 2013), o que responde a “las presiones de intereses particulares; pero en la costa deberían prevalecer los intereses generales” (WWF) (Cerrillo, 2012) [21].
En este caso también hay que añadir las “puertas giratorias” por las que ha transitado el actual Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español y su entorno. Arias Cañete, uno de los políticos con mayor patrimonio, está relacionado con empresas constructoras, promotoras e inmobiliarias, fabricantes de hormigón, petroleras, entre otras: “…un ministro con una “peculiar” sensibilidad ambiental y donde podría haber posibles conflictos de intereses. Y de ahí su peculiar visión de lo que tiene que ser la costa y la Ley de Costas, una herramienta más parecida a la regularización del suelo urbano y de bienes inmobiliarios” (Greenpeace, 2012).
Estos dos casos contribuyen a comprender cómo estos grupos de presión escudan unos intereses minoritarios que van en detrimento del beneficio del conjunto de la población y de la preservación de sus entornos naturales. Utilizando, justamente, unas instituciones nacionales o regionales cuya finalidad debería ser conseguir el interés general y el bien común, que son mucho más que la suma de los intereses particulares.
Una alargada sombra de antidemocracia
“Por cada europarlamentario (…) hay más de 20 representantes de intereses cuyo trabajo es condicionar sus decisiones políticas”, con “acreditación para trabajar desde dentro de las sedes del Parlamento Europeo y la Comisión y comparten vida con funcionarios y cargos políticos“ (Sánchez, 2010). Estas relaciones estrechas y conniventes entre grupos de presión y poder político son condición necesaria para profundizar un modelo turístico insostenible [22], diseñado en pos de intereses monetarios y de corto plazo de las corporaciones del sector.
Detrás de las transnacionales, dentro de las instituciones políticas y de espaldas a la ciudadanía, los grupos de presión pretenden hacer de sus negocios privados un asunto de Estado. Con gran opacidad y mayor despliegue de recursos para potenciar su capacidad de lobista, las transnacionales van logrando mejoras continuas de las condiciones del negocio.
Estas prácticas y actores constituyen una alargada sombra de antidemocracia. La lobbycracia, lejos de cualquier forma de regulación efectiva, supone un asalto sistematizado del poder económico a los estamentos públicos, una embestida ilegítima de los sectores dominantes sobre la soberanía popular y sus hipotéticos representantes. En definitiva, estos grupos se encargan de traducir y operar en las instituciones políticas las demandas de privilegios del gran empresariado, con un fin inequívoco: “hacer del mundo, un mundo mejor para (…) los negocios”.
En este punto, parece pertinente volver a incidir en los intereses que salvaguardan actualmente las instituciones políticas de esta democracia. Si una plataforma ciudadana que defiende derechos fundamentales lleva al Congreso una Iniciativa Legislativa Popular apoyada por 1,5 millones de firmas [23], si otra junta en una semana más de un millón de firmas exigiendo la dimisión del Presidente del Gobierno y la cúpula de su partido por casos de corrupción e incumplimiento del programa electoral, y ambas son democráticamente ignoradas. ¿Cuántas firmas necesitan los lobbies de la industria más grande y nociva de la globalización económica para ser escuchados, comprendidos y apoyados por los poderes del Estado?
Imagen: Crédito Fotografía: Mariano Rajoy en FITUR (Madrid, enero 2012). Fotografia de UNWTO (bajo licencia Creative Commons)
Notas:
[1] Por ejemplo, establecimientos hoteleros y hosteleros, compañías de transporte nacional e internacional, agencias de viajes, entretenimiento, equipamientos y publicidad, además de la construcción y la promoción inmobiliaria.
[2] Los Estados centrales, donde las transnacionales tiene su sede,impulsan a estas empresas a través de líneas de financiación, cobertura, presión política y otros instrumentos de internacionalización. Los Estados periféricos, dónde se deslocaliza la actividad turística y receptor de inversión extranjera directa y visitantes internacionales,incentivan estas inversiones a través de atractivas condiciones fiscales, laxas regulaciones laborales y ambientales, y cesiones y concesiones diversas para la explotación del territorio y sus recursos, entre otros.   
[4] La aviación internacional cuenta con unas con 2092 empresas, una red de 3754 aeropuertos, una flota de 23 mil aviones. En 2010 alcanzó una tasa de ocupación superior al 75% y transportó a 2400 millones de personas (ACETA, 2011).
[5] La internacionalización del turismo español comienza en 1985, con la construcción de un hotel de la cadena Barceló, Barceló Bávaro Beach Resort, en Punta Cana, República Dominicana. En 1990, esta iniciativa expansiva fue seguida por Sol Meliá y Occidental. Las 10 principales cadenas hoteleras con sede en el Estado español por cantidad de hoteles y habitaciones son: Sol-Meliá, NH, Barceló, Riu Hotels, Iberostar Hotels & Resorts, Fiesta Hotel Group, Be Live Hotels, Husa Hotels, Grupo Piñeros y H10 Hotels.  
[6] Fundada y dirigida por el empresario balear Gabriel Escarrer Juliá y con sede en Palma de Mallorca. Cotizada en Bolsa desde 1996, la empresa es propietaria de distintas marcas de alcance internacional, como Sol Hoteles, Gran Meliá, Tryp Hoteles, Sol y Paradisus, entre otras.
[7] En 2011 las compañías aéreas que operan en el país transportaron 165,9 millones de pasajeros (un 7,6% más que en 2010) (Ministerio de Fomento, Gobierno de España, 2013).
[8] Scowsill es ex directivo de Worldhotels, Opodo, Hilton International, American Airlines, Easyjet y British Airways y Marriot es Presidente del Consejo de Marriot International. Entre los miembros globales del WTTC figuran ejecutivos de capitales españoles en su carácter de CEO o Chairman, como Simón Barceló de Barceló Hotels, Gabriele Burgio de NH Hoteles, Sebastián Escarrer de Meliá Hotels International, Luis Maroto y José Antonio Tasón de Amadeus IT.  Las prioridades estratégicas del Consejo son “libertad para viajar; políticas de crecimiento y turismo para el mañana” (WTTC, 2013).
[9] De la cual forman parte empresas como American Airlines, British Airways, KLM, Lufthansa, United Airlines o Iberia.
[10] Anteriormente había sido presidida por Fernando Conte de Orizonia (comprada recientemente por Globalia), quien sucedió a Sebastián Escarrer de Meliá Hotels International.
[11] Forman parte de Exceltur las principales empresas españolas hoteleras (Barceló, NH, Lopesan, Fiesta, Iberostar, Husa, Hoteles Playa, Sol Meliá, Fiesta, Hesperia, Hotusa o Rium), agencias de viajes (Viajes El Corte Inglés, Viajes Ecuador, Travelplan y Halcón Viajes), transporte (Iberia, Orizona, Air Nostrum, Renfe y Air Europa), medios de pago (American Express España y Servired), empresas de alquiler de coches (Pepe Car y Avis), ocio, parques temáticos (Loro Parque) y otros servicios turísticos (Amadeus IT), entre otros.
[12] Las líneas de trabajo se resumen en: “procurar que el turismo goce del mayor reconocimiento y autoestima de la sociedad española […] Procurar una mayor prioridad de Gobierno y convergencia entre las Administraciones Públicas […] Promover los mayores niveles de competitividad y crecimiento sostenible para el sector turístico español […] Promover la corresponsabilidad social entre las empresas del sector...” (Exceltur, 2013).
[13] Ex ministro español de Asuntos Exteriores durante el Gobierno de Aznar, eurodiputado, senador por Baleares y alcalde de Ibiza, y actualmente es presidente del Grupo Matutes y propietario de Fiesta Hotel Group, directamente vinculado al sector turístico.
[14] Entre sus iniciativas durante 2013 destacan la solicitud al Presidente de la Comunidad de Madrid que “considere prioritario el estímulo del turismo interior”, la reclamación de una “Ley de Huelga que asegure los objetivos turísticos nacionales” y la presión por una Ley de Unidad de Mercado. Asimismo, en su memoria de actividades de 2012 constan distintas acciones relacionadas con proyectos legislativos, entre ellas la “aportación de ideas y sugerencias para la promulgación de una nueva Ley de Costas”, una Ley de Unidad de Mercado, una Ley de Huelgas, la liberalización del transporte, Ley de Financiación del Transporte o el mantenimiento del IVA reducido para el turismo. Además, esta memoria registra encuentros con responsables políticos, como la Secretaria de Estado de Turismo, el Príncipe de Asturias, la Alcaldesa de Madrid, la Secretaria General de Transporte o el Secretario de Estado de Medio Ambiente (Mesa de Turismo, 2013).
[15] También hay que señalar a la Confederación Española de Agencias de Viajes y Tour-operadores (CEAVYT) , miembro no federado de la Unión de Federaciones de Agencias de Viajes (UFTAA).
[16] Las empresas asociadas a este lobby son: Colonial, Chamartín Inmobiliaria, Hercesa, Martinsa - Fadesa, Metrovacesa, Nozar, Parquesol Inmobiliaria, Grupo Rayet, Renta Corporación, Realia, Restaura, Vallehermoso y Royal Urbis.
[17] Desde marzo de 2012 su presidente es Fernando Rodríguez-Avial, presidente de Testa Inmuebles en Renta y de Vallehermoso (Grupo Sacyr Vallehermoso) (G14 Inmobiliarias, 2013).
[18] A este marco de relaciones público-privadas se debe añadir las “puertas giratorias” de miembros destacados del actual partido de Gobierno con empresas turísticas o de sectores vinculados. Cristóbal Montoro, Ministro de Hacienda, Abengoa; Pedro Morenés, Ministro de Defensa, Construcciones Navales del Norte; Pío Cabanillas, Acciona; Josep Piqué, Vueling y Mixta África; Jauma Matas, Grupo Barceló; Abel Matutes. FCC. Balearia. Fiesta Hotel.
[19] En marzo de 2013, el presidente del Gobierno manifestó su intención de iniciar el correspondiente proceso para regular a estas organizaciones, aunque sin realizar ninguna medida concreta hasta el momento.
[20] En la actualidad, el transporte aéreo contribuye al 13,6% del sector transportes y al 3% del total de emisiones de CO2. Asimismo, las emisiones procedentes de este medio de transporte se han incrementado de forma notable desde 1990: las emisiones de la aviación internacional aumentaron un 73% entre 1990 y 2006 (Comisión Europea, 2007).
[21] Para más información ver: El último y peor temporal conocido (Pinya, 2012).
[22] Para más información ver: Los límites olvidados. Reflexiones sobre turismo global, sostenibilidad y decrecimiento (Fernández Miranda, 2013).
[23] Para más información ver: El reino del revés. Escraches, ilegitimidad y antidemocracia (Fernández Miranda, El reino del revés. Escraches, ilegitimidad y antidemocracia., 2013).
Imagenes: evwind.com - vuelaviajes.com


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